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Núcleo Milenio MEMAT:

El poder de las matemáticas


Las habilidades matemáticas pueden ser cruciales para el desarrollo académico y futuro de los y las estudiantes. Pero, ¿cómo se desarrollan en la primera infancia? ¿Hay brechas entre hombres y mujeres? ¿Cómo influyen los padres y educadores? Estas son algunas de las preguntas que busca responder el recién creado Núcleo Milenio para el Estudio del Desarrollo de las Habilidades Matemáticas, liderado por la UC.

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photo_camera “Sabemos que el rendimiento de los estudiantes es central para su desempeño futuro en la universidad, las oportunidades de trabajo e incluso el nivel de ingresos”, afirma la académica de Educación UC María Inés Susperreguy. (Crédito fotografía: iStock Photo)

Desde 2015 que las profesoras María Inés Susperreguy de la Facultad de Educación, Katherine Strasser de la Escuela de Psicología -ambas de la UC- y Francisca del Río, de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, vienen trabajando juntas. Las unen temas comunes y el interés por desarrollar nuevas líneas de investigación en el ámbito de la educación.

Un elemento que inspiró parte del trabajo fue un paper respecto de los mejores predictores del rendimiento académico de los escolares (“School Readiness and Later Achievement”, Greg Duncan, 2007). “Sabemos que el rendimiento de los estudiantes es central para su desempeño futuro en la universidad, las oportunidades de trabajo e incluso el nivel de ingresos”, afirma María Inés Susperreguy y agrega: “Este estudio mostró que las habilidades matemáticas tempranas -antes de primero básico- eran el mejor predictor del rendimiento académico. No solo en matemáticas, también en lectura. Claramente las matemáticas tenían un poder explicativo que ayuda a que a los estudiantes les vaya muy bien durante su periodo escolar”.

Las investigadoras entonces se interesaron en ahondar en este hallazgo: ¿Qué hay en estas habilidades matemáticas, cuáles son los distintos factores que podrían apoyar su desarrollo?

La profesora Susperreguy comenzó a desarrollar una línea de investigación con foco en familia -a través de dos proyectos Fondecyt en que la académica es la investigadora principal-: ¿De qué manera los padres y madres promueven las matemáticas en el hogar? ¿Qué tipo de actividades realizan? ¿De qué manera sus creencias, sus actitudes, sus expectativas promueven estas habilidades?

También se puso la mirada en las educadoras de párvulos y sus interacciones en las aulas de educación preescolar -prekínder y kínder-, de qué manera promovían las matemáticas y de qué forma se involucraban. “Si estas habilidades se desarrollan desde temprano y van marcando la diferencia, no tiene mucho sentido mirar las matemáticas tarde, hay que mirarlas antes”, dice la profesora de Educación.

Estereotipos y brechas de género

“Chile tiene una de las mayores brechas de género en rendimiento matemático a favor de los hombres -la segunda mayor del mundo, solo después de Colombia-", afirma la académica de la Facultad de Educación UDP Francisca del Río. (Crédito fotografía: iStock Photo)
“Chile tiene una de las mayores brechas de género en rendimiento matemático a favor de los hombres -la segunda mayor del mundo, solo después de Colombia-", afirma la académica de la Facultad de Educación UDP Francisca del Río. (Crédito fotografía: iStock Photo)

Otra de las líneas de investigación, fue el estudio de otras variables que influían en la adquisición de estas habilidades. “Chile tiene una de las mayores brechas de género en rendimiento matemático a favor de los hombres -la segunda mayor del mundo, solo después de Colombia-. En la mayoría de los países no hay diferencias, mientras en otros, como Singapur, a las niñas les va mejor en matemáticas”, afirma Francisca del Río.

Y la investigadora agrega: “Entonces nos preguntamos si los estereotipos de género, que asocian las matemáticas a lo masculino, estaban presentes desde temprano en Chile”. De hecho, un paper publicado en conjunto con la profesora Katherine Strasser, en 2013, demostraba que ya en kínder los niños y niñas tenían algunas nociones que asociaban las matemáticas a lo masculino.

En 2015, las tres investigadoras se asociaron con la Universidad de Washington -a través de un proyecto Fondecyt- para aplicar un instrumento que medía los estereotipos implícitos de género y matemáticas. “Lo que vimos es que los estereotipos que asocian las matemáticas a lo masculino están presentes desde kínder, y en ningún otro país están presentes desde tan temprano. Están presentes en los niños y niñas, en los papás y mamás, y en las educadoras de párvulos. O sea, todos piensan que las matemáticas son más masculinas que femeninas”, agrega.

En síntesis, se trataría de un factor cultural, ya que -como afirman las investigadoras- no habría una diferencia biológica que explique un aprendizaje distinto. “En todas partes, en algún momento, emerge esa creencia -es un estereotipo cultural occidental muy amplio- pero aquí en Chile aparece desde mucho más temprano, y por lo tanto, hace daño desde más temprano”, expresa Francisca del Río.

Red de conocimiento

Toda esta evidencia permitió formar un equipo enfocado en entender cómo se desarrollan las habilidades matemáticas desde distintos aspectos.

Asimismo han generado vínculos internacionales con investigadores de la Universidad de Carleton en Canadá y la Universidad de Washington en EE.UU -a través de fondos de la  National Science Foundation. La profesora Susperreguy es además coinvestigadora de un proyecto asociativo de Reino Unido.

“Nos dimos cuenta que todavía hay aspectos que no tenemos tan claros, no solo en Chile, sino a nivel mundial: cómo podemos ir promoviendo las habilidades matemáticas desde temprano, en igualdad de condiciones, para niños y niñas”, afirma la investigadora. “Y sin importar su condición socioeconómica”, recalca.

Asimismo, los estudios que existen respecto de cognición numérica en Chile son muy escasos, “y además están parcelados”, recalca la académica. “La investigación que venía de educación no conversaba con la de psicología, o no se vinculaba con neurociencias, etc.”, dice.

Todo esto llevó a las investigadoras a postular una propuesta para el concurso Núcleos Milenio en Ciencias Sociales 2021, resultando ser una de las nueve adjudicadas entre 71 proyectos admisibles presentados a nivel nacional.

Los núcleos tienen la ventaja de asociar a investigadores de distintas disciplinas, áreas de estudio y expertise, con un foco común. De esta manera, el equipo se amplió hacia las neurociencias, las matemáticas y las políticas públicas. (Ver recuadro al final)

“Nos dimos cuenta que todavía hay aspectos que no tenemos tan claros, no solo en Chile, sino a nivel mundial: cómo podemos ir promoviendo las habilidades matemáticas desde temprano, en igualdad de condiciones, para niños y niñas” - María Inés Susperreguy, académica Facultad de Educación UC. 

Brechas socioeconómicas

El nivel socioeconómico es otro elemento importante en la ecuación. “Si se consideran pruebas como el Simce o Pisa, que son para escolares más grandes, la brecha de género en matemática ya está. Pero si mides la diferencia entre hombres y mujeres en niveles socioeconómicos bajos, la diferencia es el doble de grande que en los más altos. Y las niñas son las que tienen las mayores desventajas”, afirma Francisca del Río, directora alterna del Núcleo.

La situación se ha empeorado con la pandemia. “Hicimos un estudio con las madres de escolares de tercero básico y las entrevistas muestran que las condiciones de aprendizaje en los niveles socioeconómicos bajos y altos fueron completamente distintas, tanto con respecto a los recursos con los que contaron, como el apoyo desde el colegio y de la casa”, cuenta María Inés Susperreguy, directora del Núcleo.

“Hay contextos que ofrecen distintas oportunidades y a nosotros nos interesa enfocarnos en los factores que inciden en las habilidades matemáticas en un momento clave del desarrollo”, agrega.

“Otro aspecto interesante que salió en estas entrevistas, es que las mamás apoyaban a sus hijos e hijas en todas las materias, excepto en matemáticas, que lo derivaban a los papás”, cuenta Francisca. Situación que se da en tercero básico, pero no así en la etapa preescolar.

"(...) si mides la diferencia entre hombres y mujeres en niveles socioeconómicos bajos, la diferencia es el doble de grande que en los más altos. Y las niñas son las que tienen las mayores desventajas” - Francisca del Río, académica Facultad Educación UDP.

Enseñar a enseñar

Un elemento relevante en todo este proceso son las y los educadores. “Nos interesa ir viendo cómo actúan y se alinean el jardín infantil y el colegio con estos procesos”, relata la directora.

De esta manera el núcleo también tiene el foco puesto en la formación de profesores. “La manera en cómo se están educando los niños y niñas es crucial, y una forma de verlo es qué se le está enseñando a los educadores”, agrega. De ahí que también buscan analizar los programas de formación de las carreras de Educación parvularia y básica.

Los factores

las habilidades cognitivas, emocionales y motivacionales. Dentro de las primeras, está el desarrollo del lenguaje y las funciones ejecutivas -memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva, atención, etc.  Y dentro de los emocionales y motivacionales se encuentran: autoconcepto, estereotipo y la ansiedad matemática.
En el desarrollo de las habilidades matemáticas también influyen otras, como el desarrollo del lenguaje y las funciones ejecutivas -memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva, atención, etc; y emocionales y motivacionales, entre ellas, autoconcepto, estereotipo y la ansiedad matemática. (Crédito fotografía: Unsplash)

Además de los contextos -familia, jardín infantil y escuela- hay otros factores que inciden en el desarrollo de habilidades matemáticas: las habilidades cognitivas, emocionales y motivacionales. Dentro de las primeras, está el desarrollo del lenguaje y las funciones ejecutivas -memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva, atención, etc.

Y dentro de los emocionales y motivacionales se encuentran: autoconcepto, estereotipo y la ansiedad matemática. Este último es un factor que no se encuentra estudiado en niños pequeños, por lo que será uno de los focos de las investigadoras. “Hemos visto que el autoconcepto matemático de los niños está explicado por el autoconcepto matemático de sus padres. Y también se relaciona con la ansiedad matemática, esta es la emoción -negativa- o aprehensión que te provoca el hacer tareas de matemáticas”, explica Francisca del Río.

Los desafíos

La tarea que viene por delante no es menor. Implica desde crear instrumentos y métodos apropiados para trabajar con las familias -ya que los existentes provienen generalmente de Estados Unidos y Canadá-, a trabajar muy estrechamente con el Centro de Formación de Profesores del Ministerio de Educación, para aportar evidencia que permita enriquecer la formación continua de profesores.

Así como también levantar información y crear bases de datos, ampliar y formar nuevos investigadores interesados en este tema, trabajar con Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y fortalecer las redes internacionales, entre otros desafíos.

Pero como finaliza María Inés Susperreguy: “Estamos haciendo lo que nos gusta, es una gran oportunidad, estamos haciendo un aporte en una de las “piedra angulares” de la educación”.

 

Equipo

María Inés Susperreguy, Facultad de Educación UC, directora.
Francisca del Río, Facultad de Educación Universidad Diego Portales, directora alterna.
Katherine Strasser, Escuela de Psicología UC, investigadora principal. 
Susana Claro, Escuela de Gobierno UC, investigadora principal. 
David Gómez, Instituto de Educación, Universidad de O’Higgins, investigador principal.


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