Tesis de estudiantes UC se convierten en soluciones tecnológicas con impacto social
Un sistema de biofabricación más resistente y sustentable, una estrategia gamificada para incentivar la actividad física en escolares, un compuesto para potenciar la efectividad de terapias contra el cáncer, un prototipo para producir metano limpio a partir de CO₂ y un bioplaguicida desarrollado a partir de hongos nativos, son las innovaciones surgidas de tesis de estudiantes UC que obtuvieron financiamiento público de la ANID para avanzar en su validación y escalamiento.
photo_camera Los ganadores UC del Concurso de Valorización de la Investigación Universitaria (FONDEF VIU 2025): De izquierda a derecha, Katherine Saavedra, Teresita Reymond, Carlos Silva, la vicerrectora de Investigación y Postgrado María Angélica Fellenberg, Lucas Oyaneder y Pedro Pablo Jofré. (Crédito fotográfico: Pablo Kohler)
Acercar la ciencia y la investigación universitaria al desarrollo de soluciones concretas para la sociedad, fomentando la creación de nuevos negocios o emprendimientos tecnológicos basados en resultados de investigación, es lo que busca el Concurso de Valorización de la Investigación Universitaria (FONDEF VIU 2025), de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID).
Pero a diferencia de la mayoría de los fondos, este está destinado a estudiantes de pre o postgrado junto a sus profesores guía, quienes trabajan en conjunto para avanzar hacia prototipos funcionales y, en una etapa posterior, hacia iniciativas que puedan captar financiamiento adicional.
Este año, 266 proyectos de distintas universidades del país postularon al concurso, de los cuales 57 resultaron seleccionados (lo que equivale a una tasa de adjudicación del 21%). La Pontificia Universidad Católica de Chile presentó 15 iniciativas, adjudicando cinco, lo que representa un 33% de éxito (respecto a las propuestas UC presentadas) y un financiamiento que asciende a los $36 millones por proyecto, recursos que permitirán continuar avanzado y madurando las tecnologías para acercarlas al mercado y, en definitiva, a las personas.
El resultado ubica a la UC en el segundo lugar nacional, compartiendo posición con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad del Bío-Bío y la Universidad Técnica Federico Santa María, todas con cinco proyectos adjudicados, y detrás de la Universidad de La Universidad de la Frontera, que lideró con 12 propuestas.
“Estos logros demuestran no solo la calidad de los proyectos presentados, sino también la madurez de nuestro ecosistema de innovación y transferencia, además del lugar protagónico que pueden tener los estudiantes en este ámbito”, destacó la vicerrectora de Investigación y Postgrado, María Angélica Fellenberg.
Investigación aplicada con impacto social
Los proyectos de la UC adjudicados en el concurso corresponden a distintas áreas: Facultad de Química y de Farmacia (3); Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos (1) y Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales (1). Cabe destacar que uno de ellos fue postulado desde Química, pero liderado por una estudiante de Diseño, reflejando el carácter interdisciplinario de la investigación.
Como comenta Teresita de Jesús Reymond, estudiante de Diseño y líder de uno de los proyectos seleccionados, que incentiva la actividad física en escolares a través del juego, “la adjudicación del VIU significa una gran oportunidad para mi proyecto, ya que permitirá llevarlo más allá de lo académico y seguir desarrollándolo, abriendo la posibilidad de hacer realidad un cambio en la salud de los niños y niñas de Chile. Esto no solo es un paso importante para validar e impulsar la propuesta, sino también un desafío que marcará mi crecimiento y aprendizaje como profesional”.
Conoce los proyectos ganadores
A continuación, compartimos en detalle los cinco proyectos ganadores del concurso.
BROK: Kit de biofabricación de presas de escalada
Esta solución, liderada por Katherine Saavedra Díaz, estudiante de pregrado de la Escuela de Diseño -postulada a través de la Facultad de Química y de Farmacia-, busca transformar la industria de la escalada, reemplazando las tradicionales presas –los puntos de apoyo para pies y manos en este deporte–, las cuales son fabricadas con resinas que exponen a los productores a compuestos tóxicos y generan elevados niveles de contaminación, además de residuos de difícil reciclaje.
Esta innovación propone un material sustentable, desarrollado a partir de subproductos del sector silvoagropecuario. Gracias a pruebas preliminares que han demostrado una resistencia adecuada para su aplicación en condiciones reales, BROK se posiciona en una etapa avanzada de desarrollo y proyecta consolidarse como un referente en biofabricación y economía circular. Su propósito es fomentar prácticas más conscientes y sostenibles, abriendo oportunidades, no solo en la industria de la escalada, sino también en diversos mercados con potencial de expansión.
Inhibidores de autofagia para tratamiento de cáncer
El proyecto “Inhibidores de autofagia: Pirimidinas trisustituidas como coadyuvantes en quimioterapia”, es liderado por Lucas Manuel Oyaneder Rivera, estudiante de la Facultad de Química y de Farmacia (en proceso de titulación). Enfrentando uno de los mayores desafíos de la oncología actual, la resistencia a la quimioterapia mediada por autofagia, Lucas propone como solución una nueva serie de compuestos inéditos capaces de inhibir este proceso sin generar citotoxicidad, potenciando la acción de fármacos como la doxorrubicina y aumentando significativamente la apoptosis celular en tumores resistentes.
Con prometedores resultados de laboratorio, la iniciativa busca validar al menos dos compuestos para su uso dual: primero, como insumos científicos para investigación biomédica y, en una fase posterior, como coadyuvantes clínicos en cáncer, consolidándose como una innovación con alto impacto sanitario, científico y económico.
Producción local de gas metano
El proyecto “Prototipo de electrolizador modular para la producción local de gas metano a partir de CO₂ en zonas remotas”, encabezado por Pedro Pablo Jofré Ulloa, estudiante del doctorado de la Facultad de Química y de Farmacia, busca dar respuesta al doble desafío de reducir las emisiones de carbono y disminuir la alta dependencia de Chile de las importaciones de gas natural. La propuesta consiste en un electrolizador que utiliza cobre —único metal capaz de reducir CO₂ a hidrocarburos— para transformar este gas en metano mediante procesos electroquímicos sostenibles, con potencial de ser alimentados por energía solar.
“Esta adjudicación me permite dar el paso de materializar esta tecnología y proyectarla fuera del laboratorio, transformando los resultados de mi tesis en una solución energética concreta, local y escalable. Este apoyo impulsa el inicio de una empresa de base científico-tecnológica, orientada a responder a los desafíos del cambio climático y a las necesidades de comunidades y mercados emergentes”, sostiene el líder del proyecto.
Con un prototipo modular en desarrollo y validaciones bajo condiciones ambientales extremas, la iniciativa avanza hacia soluciones descentralizadas para generar combustibles limpios en comunidades aisladas y sectores estratégicos como la minería, con el potencial de reducir costos, dependencia externa y huella ambiental.
Pedro Pablo Jofré busca dar respuesta al doble desafío de reducir las emisiones de carbono y disminuir la alta dependencia de Chile de las importaciones de gas natural, a través de un electrolizador que utiliza cobre para transformar este gas en metano. (Fotografía cortesía de Pedro Pablo Jofré)
Bioplaguicida en base a hongos nativos
Dirigido por el estudiante de postgrado Carlos Alberto Enrique Silva Medina, estudiante de doctorado de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales, el proyecto “Desarrollo de un bioplaguicida en base a hongo entomopatógeno nativo para el control de pulgones”, aborda la necesidad de alternativas sostenibles frente al uso intensivo de pesticidas químicos en la agricultura.
La iniciativa propone un bioformulado a partir de un hongo entomopatógeno nativo capaz de controlar eficazmente diversas especies de pulgones, plagas de alto impacto económico, incorporando mejoras como protectores UV para aumentar su viabilidad en condiciones adversas.
Con validaciones de laboratorio y un modelo de negocio basado en el licenciamiento a empresas agroindustriales, este bioplaguicida se perfila como una solución ecológica y eficiente que fortalece el control biológico y promueve prácticas agrícolas más sustentables.
Actividad física escolar y juego
En Chile, el 27% de los niños y niñas de entre 5 y 19 años presenta obesidad (UNICEF, 2025), mientras que solo 3 de cada 10 niños, niñas y adolescentes mayores de 5 años realizan actividad física de forma regular (Encuesta Nacional de Actividad Física y Deporte, 2024). Como respuesta a esta problemática, Teresita Reymond Ochagavía, estudiante de pregrado de Diseño, lidera el proyecto “Misión Korex: Estrategia gamificada para potenciar la actividad física en escolares”.
Su propuesta combina narrativa, tecnología y juego para motivar a estudiantes de enseñanza básica a realizar actividad física vigorosa. Concebido como un sistema educativo integral, el programa convierte el ejercicio en una experiencia lúdica y colectiva, generando motivación, hábitos saludables y sentido de comunidad, con el potencial de escalar a nivel nacional y contribuir a formar una generación más activa y saludable.
Reconocimiento institucional y mirada de futuro
Los ganadores participaron en un encuentro en el Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, en el cual participaron la vicerrectora de Investigación y Postgrado María Angélica Fellenberg; el director de Transferencia y Desarrollo Álvaro Ossa, junto a autoridades académicas y gestores de proyectos de las facultades involucradas, además del equipo de la Dirección de Transferencia y Desarrollo (DTD), unidad que acompaña activamente a los estudiantes y académicos en el camino de lograr que sus investigaciones tengan un impacto real.
Durante el encuentro, la vicerrectora Fellenberg destacó el rol que cumple la Dirección de Transferencia y Desarrollo, acompañando a los equipos en la gestión de sus proyectos, y en la búsqueda de nuevas oportunidades de financiamiento y colaboración con el sector productivo y social.
Como concluyó la vicerrectora: “Este reconocimiento no es un punto de llegada, sino un punto de partida. Queremos que estos proyectos crezcan, que construyan redes y que se transformen en soluciones de alto impacto para el país. En la UC estamos comprometidos con fortalecer cada vez más un ecosistema que apoye la innovación y la transferencia, porque sabemos que la ciencia y la creatividad de nuestros estudiantes y académicos son una fuente clave de desarrollo para Chile”.