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Líderes de opinión: una mirada autocrítica a 50 años del golpe de Estado


Josefina Araos, Daniel Matamala, Loreto Cox y Ricardo Brodsky, reflexionaron sobre los 50 años del Golpe de Estado, poniendo énfasis en el debate público y en la necesidad de condenar de forma sistemática las violaciones a los derechos humanos.

imagen correspondiente a la noticia: "Líderes de opinión: una mirada autocrítica a 50 años del golpe de Estado"

photo_camera De izquierda a derecha: Patricio Bernedo, Ricardo Brodsky, Josefina Araos, Daniel Matamala, Loreto Cox y el Rector Ignacio Sánchez. (Créditos: Karina Fuenzalida).

“Un espacio para el diálogo y escucha”, con esas palabras el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, definió y dio inicio al cuarto seminario“1973: A 50 años del golpe de Estado. Lecciones desde el pasado, para hoy y el futuro. Mirada de los líderes de opinión”, organizado por el Centro UC para el Diálogo y la Paz.

El académico del Instituto de Historia UC y director del Centro, Patricio Bernedo, fue el moderador de este cuarto seminario quien comenzó señalando la importancia de conversar en un contexto seguro, respetuoso y diverso. “De lo que se trata es asumir nuestras diferentes y legítimas visiones acerca del presente y el pasado, que nos pongamos a trabajar con esperanza para resolver los conflictos que siempre nos acompañarán en oportunidades de cambio y mejoramiento de la vida en sociedad. Ese es el llamado que hacemos desde nuestra universidad y su Centro para el Diálogo y la Paz, a una cultura del encuentro donde aprendamos a no considerar al que piense distinto como un enemigo”, afirmó Bernedo.

En esta ocasión se contó con la participación de Josefina Araos, investigadora del Instituto de Estudios de la Sociedad; Ricardo Brodsky, exdirector del Museo de la Memoria, Gabriela Mistral y Vicuña Mackenna; Daniel Matamala, periodista y escritor; y Loreto Cox, economista, socióloga y profesora en Escuela de Gobierno UC.

La primera intervención del panel fue de la investigadora, Josefina Araos, su reflexión hizo hincapié en dejar de lado la historiografía y lógica conmemorativa: “No se trata de defender y justificar sino de entender las distintas experiencias que conducen a posiciones tan divergentes, el escándalo, la denuncia, es liberador, pero inconducente políticamente”.

“Pareciera que sobre la caída de nuestra democracia no hay hipótesis en disputa, sino una trayectoria comprobada frente a la cual se posicionan, no miradas diferentes, sino acusadores y justificadores. Se excluye así uno de los modos de nuestra historia republicana y de la reflexión intelectual, la perspectiva histórica, y esto quizás es lo más grave, se presenta como revisionismo ilegítimo de un pasado sobre el cual no pueden existir versiones”, indicó Araos. "Quizás podemos empezar a sacar lecciones compartidas si tratamos no por acordar respuestas, hipótesis resueltas, sino más bien si partimos por el esfuerzo de encontrarnos en preguntas en la búsqueda colectiva siempre abierta de sentido”, prosiguió.

"Pienso que quizás podemos empezar a sacar lecciones compartidas si tratamos no por acordar respuestas, hipótesis resueltas, sino más bien si partimos por el esfuerzo de encontrarnos en preguntas en la búsqueda colectiva siempre abierta de sentido"- Josefina Araos.


Por su parte, el licenciado en literatura, Ricardo Brodsky, indicó que “al menos hay una lección obvia que es muy simple de formular, pero tremendamente difícil de convertir en una práctica política, y es que hay que cuidar la democracia y respetar los Derechos Humanos”. Destacando que la erosión de la democracia fue una responsabilidad colectiva: “De alguna manera todos fueron responsables del término de la democracia en 1973, lo que ocurrió fue un fracaso de la política. El camino que tendríamos que seguir ahora entonces no es el señalar la responsabilidad de los otros, sino que la autocrítica y del aprendizaje”."La democracia solo se puede salvar con mejor política respetando a la democracia, sus métodos, sus formalidades, ese debería ser el único marco posible y razonable para luchar por nuestras aspiraciones sustantivas”, concluyó Brodsky. 

En tercer lugar, el periodista Daniel Matamala, señaló que: “Si hacemos un breve recuento de lo que ha pasado en otros aniversarios, desde 1973 hasta ahora, cada uno de ellos podría entenderse con un cierto avance. Estos 50 años, sin embargo, estamos viendo un retroceso. Y quiero reiterar este punto, no se trata del pasado, se trata del futuro, de cómo una sociedad democrática requiere consensos mínimos en cuanto a la condena a los golpes de Estado y la condena también sin matices a las violaciones de derechos humanos. Sin embargo, esto se ha debilitado. Importantes sectores políticos hoy en día reivindican la dictadura y celebran el 11 de septiembre”, comentó el periodista.

"Estos 50 años, sin embargo, estamos viendo un retroceso (...) no se trata del pasado, se trata del futuro, de cómo una sociedad democrática requiere consensos mínimos en cuanto a la condena a los golpes de Estado y la condena también sin matices a las violaciones de derechos humanos. Importantes sectores políticos hoy en día reivindican la dictadura y celebran el 11 de septiembre" - Daniel Matamala, periodista y escritor


“Se trata de alcanzar un consenso mínimo sobre el cual podamos construir nuestras bases de convivencia y entendimiento en torno a la democracia a futuro. Que todas las fuerzas políticas, que todos los líderes de opinión, que todos quienes tenemos alguna responsabilidad en el debate público, y más ampliamente, ojalá que todos los chilenos, podamos convenir en un nunca más".  concluyó el periodista.


Una herida abierta

“El golpe de Estado inició un período caracterizado por un quiebre profundo de la democracia en que se intervinieron los poderes del Estado, también las universidades, se perdió la libertad de expresión, se violaron derechos humanos y se persiguió a personas por sus ideas, presentándose la dolorosa situación de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos cuya herida persiste abierta hasta hoy”, dijo el rector Ignacio Sánchez.

“El golpe de Estado inició un período caracterizado por un quiebre profundo de la democracia en que se intervinieron los poderes del Estado, también las universidades, se perdió la libertad de expresión, se violaron derechos humanos y se persiguió a personas por sus ideas, presentándose la dolorosa situación de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos cuya herida persiste abierta hasta hoy” - rector Ignacio Sánchez.


“Lamentablemente no ha habido desde las Fuerzas Armadas el reconocimiento necesario, en término de hacer todo lo posible por buscar esa información (sobre los detenidos desaparecidos) y entregar esa información detallada y no genérica, como se hizo en la mesa de diálogo, al Estado, a la sociedad chilena y a los familiares (...) ahí hay todavía una deuda pendiente, muy importante, que sigue sin asumirse”, recalcó Daniel Matamala.

"El Golpe no salvó la democracia ni restituyó la institucionalidad quebrantada, por el contrario, instaló una dictadura refundacional de carácter criminal dejando heridas que hasta el día de hoy están", indicó Ricardo Brodsky. (Créditos: Karina Fuenzalida). 

La polarización de la historia

“50 años de historia: la mirada de los chilenos hoy”, es el estudio que encabezó la profesora del Centro de Políticas Públicas, Loreto Cox, junto con el Centro para el Diálogo y la Paz UC. En el seminario se presentaron resultados preliminares de la investigación, la cual tiene como objetivo mostrar la mirada de los “ciudadanos comunes y corrientes” sobre su posición respecto a diferentes hitos de la historia chilena, desde el gobierno de Salvador Allende hasta los ciclos electorales más recientes.

“Este estudio se enmarca en la literatura de polarización y el estudio de la polarización tradicionalmente la comprendía como una cuestión ideológica. Pero desde hace al menos una década hay un montón de investigación y también de discusión política relativa a que la polarización no es solo una cuestión ideológica, sino también afectiva”, explicó la académica Loreto Cox.

“Este estudio se enmarca en la literatura de polarización y el estudio de la polarización tradicionalmente la comprendía como una cuestión ideológica. Pero desde hace al menos una década hay un montón de investigación y también de discusión política relativa a que la polarización no es solo una cuestión ideológica, sino también afectiva” - Académica Loreto Cox.


Se encuestó a 1.545 personas mediante un panel online a finales de junio de este año. A los encuestados se les pidió evaluar a grupos de personas que apoyaron o se opusieron a distintos hitos políticos de la historia de Chile.

Los resultados preliminares del estudio arrojaron que prácticamente todos los hitos tienen una evaluación promedio a cero. “En el gobierno de Allende, hay un grupo de personas que evalúa mucho mejor a los que apoyaron a la Unidad Popular, y otro grupo de personas que evalúa mucho mejor a los que se opusieron, pero en promedio estos se anulan porque son similares en magnitud, solo que en distintas direcciones”. “La segunda cosa interesante es que, si nos fijamos, para el golpe, la dictadura y el Plebiscito del 88, la evaluación promedio es claramente a favor de las personas que apoyaron la posición de izquierda, que en este caso coincide con haber estado del lado de la democracia” aclaró Loreto Cox. 


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