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Imagen de moléculas con fondo azul

Nuevo Instituto Milenio MIGA busca generar conocimiento y tecnología sobre el amoníaco verde


El Instituto Milenio en Amoníaco Verde Como Vector Energético, también conocido por sus siglas MIGA, es el único en su tipo en toda Latinoamérica. Está integrado por reconocidos científicos, ingenieros y académicos, tanto nacionales como extranjeros. El proyecto busca acortar brechas tecnológicas y contribuir a la consolidación de una economía basada en energías limpias para Chile y todo el mundo.

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photo_camera Buscar y producir de manera sostenible el amoníaco por medios electroquímicos, y a su vez, hacerlo por medio del uso de energías renovables, es el objetivo del Instituto Milenio MIGA, el primer centro de Latinoamérica que investiga en esta tecnología. (Fotografía: Equipo Instituto Milenio MIGA)

¿Qué es y para qué sirve el amoníaco (NH3)?

Quizás pocos lo saben, pero el amoníaco está presente en nuestro diario vivir y de muchas formas. Es usado en la agroindustria para la producción de fertilizantes, además se puede encontrar en los explosivos utilizados en el rubro minero, e incluso, puede ser un sistema de almacenaje y transporte de energía química, o ser usado directamente como combustible.

Por todos estos usos es que el mundo mira con atención este elemento que, en su elaboración tradicional -que es a partir de hidrógeno y nitrógeno-, consume casi el 2% de la energía mundial y genera ~1,9 toneladas métricas de CO2/ton NH3. Este proceso también es conocido con el apellido de los científicos Haber – Bosch, responsables de la fabricación de amoníaco.

Ante esta problemática, y tomando en consideración que existe una manera de producir amoníaco de manera sostenible y ambientalmente amigable, es que el Instituto Milenio en Amoníaco Verde Como Vector Energético (MIGA) asume este desafío desde Chile al mundo.
 

Botella rociando fertilizante a una planta de tomates
El amoníaco está presente en nuestro diario vivir y de muchas formas; entre ellas, es usado en la agroindustria para la producción de fertilizantes. (Crédito fotográfico: iStock Photo)

Punto de desarrollo e investigación

MIGA es un centro de investigación científica financiado por la Iniciativa Científica Milenio y está integrado por un equipo multidisciplinario compuesto por físicos, químicos, ingenieros y otros profesionales de la Universidad Católica de Chile, Universidad de Santiago de Chile, Universidad Austral y Universidad de Talca.  

“La idea de crear MIGA surge de la necesidad, del afán y de la curiosidad de los investigadores en aportar a encontrar vías alternativas de creación y almacenamiento de energía, y de esta forma, encontrar un vector químico que pueda complementar la economía del hidrógeno. Además de contribuir al conocimiento y desarrollo del país”, dice Mauricio Isaacs, director del Instituto Milenio MIGA y académico de la Facultad de Química y de Farmacia UC. 

El objetivo es buscar y producir de manera sostenible el amoníaco por medios electroquímicos. Y a su vez, esto se hace por medio del uso de energías renovables, lo que genera una reducción de las emisiones y el consumo energético en el proceso.

“El amoníaco verde es una tecnología que se complementa con el hidrógeno. El país tiene las capacidades tecnológicas y geográficas para producir hidrógeno a partir de la energía solar o la energía eólica. Por lo tanto, acoplando ambos procesos, es una situación que pone en cierta ventaja a Chile en términos de economía de escala”, dice el profesor, quien además es investigador principal de una de las líneas del Instituto.

El trabajo de MIGA se enfoca en cinco áreas de investigación interdisciplinaria e interrelacionadas:

  1. Producción electroquímica de NH3,
  2. Producción de H2 a partir de electrólisis de NH3,
  3. Diseño y prototipos de pilas de combustible de NH3,
  4. Procesos de corrosión y protección,
  5. Economía del amoniaco.

Es importante tener un amoníaco a costo competitivo y más barato para poder masificarlo y difundirlo a nivel mundial. El amoníaco puede tener muchos usos, pero en el que estamos más enfocados en el instituto es en el uso como vector energético, es decir, puede ser una forma de almacenar energía a través de productor químicos. De esa forma, el mismo amoníaco después se puede convertir en energía a través de celdas de combustible o a través de reinyectar energía a la red eléctrica”, dice Enzo Sauma, investigador principal de la línea 5 de investigación y académico de la Escuela de Ingeniería UC. 

“Estamos buscando soluciones combustibles que van a poder reemplazar los combustibles fósiles a futuro, y vemos que el amoníaco es una muy buena transición a lo que sería el hidrógeno verde, solventando actualmente todos los problemas que tiene el hidrógeno verde y que tiene que ver con almacenamiento y transporte. Vemos en el amoníaco un vector energético que va a solucionar, en el mediano plazo, todos los problemas que presenta el hidrogeno verde para poder ser escalado a futuro como un vector energético”, explica Carlos Restrepo, investigador principal de la línea 3 de investigación y académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Talca

“El amoníaco verde es una tecnología que se complementa con el hidrógeno. El país tiene las capacidades tecnológicas y geográficas para producir hidrógeno a partir de la energía solar o la energía eólica. Por lo tanto, acoplando ambos procesos, es una situación que pone en cierta ventaja a Chile en términos de economía de escala” - Mauricio Isaacs, director del Instituto Milenio MIGA y académico de la Facultad de Química y de Farmacia UC.

El amoníaco verde y hidrógeno como tema país

Moléculas del amoniaco verde
"Hacer una transformación total de nuestros sistemas energéticos es una idea factible y viable, y que va a empujar no sólo el desarrollo de nuestro país sino que esperamos de toda la región”, expresa la directora alterna de MIGA y profesora de la Universidad de Santiago, María Jesús AguirreYour. (Fotografía: MIGA)

Según un estudio desarrollado por el Programa de Energías Renovables y Eficiencia Energética de GIZ sobre la industria del amoniaco, Chile podría producir 8,9 millones de toneladas anuales de amoniaco verde al 2030. El potencial con que cuentan las regiones de Antofagasta y Magallanes permitirían una producción de NH3 a gran escala en el país.

“En Chile están las capacidades científicas, de gestión, y por lo tanto, es un muy buen lugar para partir. Además de que tenemos bastantes energías renovables de distintos tipos a lo largo del país. Y por lo tanto, hacer una transformación total de nuestros sistemas energéticos es una idea factible y viable, y que va a empujar no sólo el desarrollo de nuestro país sino que esperamos de toda la región”, expresa María Jesús Aguirre, directora alterna de MIGA, investigadora principal de la Línea 2 y académica de la Facultad de Química y Biología de la Universidad de Santiago.

MIGA además es parte de una alianza entre el Centro de Energía UC (CE-UC), el Centro de Investigación en Nanotecnología y Materiales Avanzados (CIEN-UC) y la incorporación de Instituciones nacionales e internacionales. El Instituto Milenio espera que los logros incidan directamente en la descarbonización de la economía nacional, impulsar la minería verde y agricultura sostenible, todos ellos declarados como prioritarios por el Estado de Chile.


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