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Patentes y transferencia tecnológica en los 130 años de la UC


Desde el año 2015, la UC ha sido reconocida tres veces consecutivas como la institución que más solicitudes de patentes de invención presentó en Chile. No obstante, esta historia comienza en el año 1976, cuando la universidad solicitó su primera patente al Estado de Chile. #130AñosUC

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photo_camera Archivo UC

La protección intelectual a través de las patentes es una estrategia que facilita la transferencia tecnológica, pues genera reglas claras para la masificación y comercialización de las innovaciones. En Chile, en las últimas décadas, se ha cuadruplicado las solicitudes de patentes de invención. De acuerdo a información del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), en 1990 se presentaron 695 solicitudes de patente y en el 2017 fueron 2.894.

Según los expertos, las principales razones de este auge son el cambio del escenario político, la apertura económica y la adhesión de Chile a tratados internacionales sobre patentes, lo que ha generado una mayor conciencia y necesidad de protección entre los innovadores.

En nuestra universidad, la historia de las patentes se remite a un par de décadas antes del auge gestado en los 90. La primera patente de la universidad fue solicitada en el año 1976, y se trató de una tecnología del rubro energético, que buscaba proteger maquinarias trifásicas de las variaciones anormales de la electricidad

Luego de esa primera experiencia, en el año 1979, se solicitaron dos patentes vinculadas al área de la ingeniería en minas. Una de ellas buscaba nuevas formas de refinamiento de metales, y la otra tenía como fin obtener acero, simplificando el proceso tradicional utilizado para ese objetivo.

Estas tres patentes buscaban mejorar las tecnologías de industrias que han sido de gran importancia para Chile. Este espíritu innovador, que ha llegado a revolucionar algunos sectores económicos, es el que caracteriza los resultados de investigaciones que la Pontificia Universidad Católica de Chile, a través de la Dirección de Transferencia y Desarrollo, busca patentar, transferir y eventualmente comercializar en nuestro país y en el extranjero. “Esto es el resultado del establecimiento de un diálogo continuo con la sociedad, de un empatizar, de un comprender, de leer las necesidades y requerimientos de la sociedad actual, proceso fundamental para que una universidad cumpla su rol público” explicó Pedro Bouchon, vicerrector de Investigación UC. 

Hasta el 2007, la mayoría de las patentes históricas concedidas a la UC provenía del área de ingeniería. No obstante, este es un escenario que ha ido cambiando en los últimos años. El área biomédica ha alcanzado un protagonismo importante en la última década. Sin ir más lejos, las patentes de la Facultad de Ciencias Biológicas, son las que lideran actualmente las más de 100 patentes concedidas a la UC. "El desafío es conseguir que el conocimiento que surge en nuestras aulas y laboratorios logre salir del espacio académico, a través de bienes y servicios que impacten la calidad de vida de las personas. No solo en Chile, sino en todo el mundo”, explicó Álvaro Ossa, director de Transferencia y Desarrollo UC.

UC es número 1 en patentes en Chile

Desde el año 2015, la Universidad Católica ha sido reconocida, tres veces consecutivas, como la institución que más solicitudes de patentes de invención presentó en Chile, con un total de 40 solicitudes en el año 2017. Además, la UC fue reconocida por INAPI en otras dos categorías que tradicionalmente obtienen las empresas: se trata de las solicitudes de patentes de modelos de utilidad y diseños industriales, hecho que muestra cuánto se ha avanzando en estos temas.

En el marco de este reconocimiento, Maximiliano Santa Cruz, director nacional de INAPI, comentó que la Universidad Católica “está jugando un rol clave junto a otras universidades. Son, sin lugar a dudas, la locomotora del sistema de patentes en Chile. La generación de nuevo conocimiento a través de la actividad científica de las universidades, es un instrumento fundamental para llegar al desarrollo económico, social y cultural”.

Por su parte, el equipo de la Dirección de Transferencia y Desarrollo UC, perteneciente a la Vicerrectoría de Investigación, apoya a los investigadores a generar estrategias de protección intelectual de acuerdo a las características de cada desarrollo y a su mercado potencial, con el fin de lograr que las innovaciones lleguen a los usuarios finales.

Los últimos años han sido importantes para la UC, ya que ha logrado un posicionamiento importante a nivel nacional. “En el futuro próximo, queremos continuar siendo líderes en gestión de la propiedad intelectual, y pondremos todos los esfuerzos en transferir estas patentes a través de diversas vías. Al 2020, queremos duplicar el número de contratos de licencias”, explicó Alvaro Ossa.

Una de las primeras investigadoras en entender la relevancia de la protección intelectual y quien ha impulsado a sus alumnos de doctorado a patentar sus descubrimientos ha sido Gloria Montenegro, académica de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal. “Uno tiene que aprender que cuando uno descubre algo, es importante protegerlo. Yo aprendí eso cuando estuve en Estados Unidos trabajando en la búsqueda de drogas en plantas. Cuando volví a Chile, traje un proyecto financiado por la NIH que nos obligaba a patentar si encontrábamos algo que sirviera como antibiótico natural. Sin darme cuenta me convertí en pionera en la Universidad Católica en temas de patentes”, dijo la académica.

Patentar para transferir

La universidad ha logrado licenciar 62 tecnologías desde el año 2007. Las dos primeras licencias fueron tecnologías desarrolladas para el ámbito de la construcción y arquitectura. La primera tiene como nombre "Arquitectura y diseño urbano para nuevas viviendas sociales", mientras que la segunda es un "Sistema de construcción prefabricado modular" para ser utilizado en la edificación de diferentes tipos de inmuebles. Ambas tecnologías fueron desarrolladas por el reconocido arquitecto nacional Alejandro Aravena Mori. Es importante destacar que estas licencias fueron otorgadas a la empresa spin off Elemental, promovida por miembros de la comunidad universitaria, para la explotación de nuevos procesos, productos y servicios a partir del conocimiento adquirido y los resultados obtenidos en la universidad.

La primera empresa spin off creada en la UC fue SOLEX S.A. un joint venture entre SONDA y DICTUC, apartir de un proyecto I+D FONDEF desarrollado en 1993. Esta empresa ofrece soluciones tecnológicas e implementa sistemas informáticos para la gestión de operaciones de diversas industrias. Actualmente, SOLEX tiene presencia en Colombia, Perú y Ecuador. De hecho, hoy en día existen un total de 23 empresas spin off derivadas desde actividades de la Pontificia Universidad Católica de Chile

El Impacto social detrás de una transferencia

El decano de la Facultad de Ingeniería UC, Juan Carlos de la Llera, es el inventor detrás de una serie de patentes asociadas a sistemas de protección antisísmica que hoy se comercializan a través de la empresa spin off SIRVE S.A. Sus tecnologías permiten resolver los problemas de la ingeniería estructural, para mejorar el comportamiento de las estructuras frente a los terremotos y mitigar los daños humanos y materiales que estos han causado en Chile y el mundo.

Para el decano, la propiedad intelectual y el fomento de la transferencia en patentes que hace la universidad, “tiene una relevancia enorme. Es una manifestación de valoración del trabajo. Una retribución muy importante a la innovación y creatividad desarrollada. Además, en mi caso particular, esta investigación termina siendo utilizada y así hemos podido proteger hospitales, edificios y principalmente a las personas”.

Otro caso notable son las investigaciones lideradas por Alexis Kalergis, académico de la Facultad de Ciencias Biológicas UC, quien junto a su equipo lideran el desarrollo de la primera vacuna contra el virus respiratorio sincicial, que ya fue patentada en Chile, Estados Unidos y China.

Kalergis considera que es un deber de los académicos proteger el conocimiento que se genera en la universidad, para luego buscar caminos que permitan la llegada de este conocimiento a la sociedad, a través de contratos de licencias, la creación de empresas de base tecnológica o la firma de convenios con agencias públicas o privadas. “En el caso nuestro, estamos transfiriendo la vacuna del sincicial al Estado, a través del Ministerio de Salud, a fin de asegurar que esta vacuna, que es una necesidad para todos los chilenos, pueda realmente ser asequible. Y eso es posible solamente si uno tiene una patente sólida. Uno puede transar, donar, vender, regalar algo, solo si es de uno. Y para hacerlo de uno, se requiere una patente que sea resistente y bien armada”, explicó el académico. 

La vacuna contra el virus sincicial fue patentada en Chile, Estados Unidos y China debido a que todas las patentes tienen un alcance territorial limitado. Es decir, si se solicitaba solo en Chile, cualquier persona, podría haber tomado la vacuna y comercializarla en otro país, sin darle ninguna retribución a quien realizó la investigación y dio con el producto final.

Finalmente, es importante destacar que cuando se patenta una invención se hacen públicos todos los pasos que llevaron a esa innovación. Es por eso que se debe definir los mejores mercados internacionales para transferir y comercializar lo investigado. “Estamos desarrollando una estrategia de protección, ya que es uno de los elementos transcendentales para generar una transferencia y eso es un cambio bastante relevante que hemos abordado en los últimos dos años”, agregó finalmente el vicerrector Pedro Bouchon.
 

*Esta nota es parte de la Campaña #130AñosUC 

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Javiera Herrera Andreucci, Dirección de Transferencia y Desarrollo UC, javiera.herrera@uc.cl


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