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Los desafíos de la universidad a la luz de sus 130 años


Extender las fronteras de la inclusión, fijar áreas prioritarias para el país e innovar en la gestión organizacional son algunos de los objetivos para los próximos diez años con los que, según autoridades y representantes de académicos, estudiantes y trabajadores, la UC debiera proyectarse.

Fachada Casa Central UC

photo_camera Orgullo es el término más utili­zado para describir qué significa ser parte del plantel, el segundo más an­tiguo de Chile y el de más prestigio en América Latina, según el último reporte Quacquarelli Symonds. Foto: César Cortés

¿Qué implica alcanzar 130 años de existencia, y qué retos esenciales enfrentamos en un horizonte de mediano plazo? Para conocer la visión transversal de la comunidad UC, autoridades, alumnos y trabajadores respondieron a esa pregunta.

Orgullo es el término más utili­zado para describir qué significa ser parte del plantel, el segundo más an­tiguo de Chile y el de más prestigio en América Latina, según el último reporte Quacquarelli Symonds.

Asimismo, hay un reconocimiento a lo realizado en forma previa y que permite la actual sustentabilidad de este proyecto nacido en 1888. “Que esta institución cumpla 130 años siendo un proyecto real y un aporte a la sociedad, significa que aquí ha ha­bido un esfuerzo de muchas genera­ciones”, dice Carlos Frontaura, exdeca­no y profesor de la Facultad de Derecho.

Para el Vice Gran Canciller, Tomás Scherz, los 130 años otorgan perspectiva para “reflexionar con realismo” sobre cómo se ve a futuro a la UC ante las necesidades del país.

En sus pensamientos sobre los desa­fíos, la mayoría de los representantes de la comunidad enfatiza, como sus­tento previo, la relevancia de man­tener el rumbo. “No perder nuestra identidad UC, nuestros principios y valores”, señala Héctor Flores, pre­sidente del Sindicato 5, el de mayor número de afiliados de la institución.

Coincide con esta apreciación la di­rectora de Personal, Fernanda Vicuña, al decir: “Tenemos que ser fieles a la misión de la universidad, que es ex­celencia en la creación y transmisión de conocimiento, en la formación de personas, inspirada en la concepción católica al servicio de la Iglesia y de la sociedad”.

La fidelidad de la UC con sus prin­cipios y valores no impide la disposi­ción al diálogo y a conocer otras visiones, explica el rector Ignacio Sánchez. “La uni­versidad está abierta a creyentes y no creyentes, es un espacio de encuentro entre la cultura, la fe, la actividad cien­tífica y la actividad artística. Todas las voces, debates y opiniones son bien­venidos”. Pero ello –aclara–, no sig­nifica que la universidad renuncie a su visión, su misión y su identidad, y que opte por tomar sus decisiones conforme a lo que resuelvan las mayorías. “Participar no se reduce a votar”, explica. “Y en temas valóricos”, conti­núa, “las votaciones no tienen ningún sentido”.

“La uni­versidad está abierta a creyentes y no creyentes, es un espacio de encuentro entre la cultura, la fe, la actividad cien­tífica y la actividad artística. Todas las voces, debates y opiniones son bien­venidos” - Ignacio Sánchez, rector UC

Josefina Canales, presidenta de la FEUC 2018, se declara orgullosa de ser parte de una institución más que cen­tenaria, y subraya entre las cualidades de la UC la posibilidad de los estu­diantes de participar e involucrarse a través de diversas instancias de discu­sión y trabajo conjunto, “como La UC Dialoga, y el encuentro universitario, que son espacios esenciales para de­sarrollarnos como comunidad”.

Otros ejes que los representan­tes de la comunidad instalan como norte a seguir en los próximos diez años, son inclusión, innovación, in­vestigación transferible y compromiso país.


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