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Penta UC: 15 años desarrollando talento académico


En el aniversario de este programa, que tiene por objetivo el enriquecimiento extracurricular para alumnos con altas habilidades cognitivas, se han organizado una serie de actividades, entre ellas, un seminario dictado por Francoys Gagné considerado como uno de los pilares de este modelo académico y una feria de aprendizaje.

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photo_camera Archivo UC

Este año se cumplen 15 años desde que la UC decidió ocuparse de aquellos estudiantes de entre sexto básico y cuarto medio que demostraran tener talento académico, es decir, competencias muy superiores a las del promedio en una o más áreas de las aptitudes humanas. Desde ahí que Penta UC ha trabajado este concepto, pues a pesar de que se da en forma natural, necesita de un contexto de aprendizaje adecuado para crecer y manifestarse.

Con el objetivo de celebrar esta fecha es que el programa, dirigido por Marcelo Mobarec, realizó una serie de actividades de aniversario. La principal de ellas fue la charla del psicólogo de la Universidad de Quebec, Francoys Gagné. En su presentación, Gagné explicó la importancia del desarrollo de talentos académicos.

“El talento académico es la búsqueda sistemática por parte de los estudiantes de los objetivos personales de excelencia a largo plazo dentro de un programa estructurado de actividades de aprendizaje anclados en un currículo académico que ofrece un desafío constante”, explicó.

Asimismo el experto ahondó en lo que es el aprendizaje y en cuatro conceptos que resultan clave a la hora de analizar este fenómeno y que son las competencias, las aptitudes, el proceso y el apoyo que se obtiene. Según el académico, las competencias aparecen en todas las etapas de la vida y todo quien quiere ser un experto en alguna materia tiene que desarrollar estas competencias.

“Las competencias se inician con las aptitudes, es decir el potencial para aprender. No es sólo intelectual, sino que tiene diferentes dimensiones, existen seis: intelectual, creativo, social, perceptual, muscular, control motor. La aptitud se desarrolla, la mayoría de las veces, tempranamente en la vida. Aptitudes se pueden desarrollar según propios interesas, propuestas de padres o según el medio”, explicó.

Además, explicó que existe una diferencia clave entre dotación y talento, pues una tiene que ver con el potencial, la otra con el logro. La dotación, dijo, tiene que ver con capacidades destacadas mientras que el talento tiene que ver con competencias destacadas. Un individuo que tiene aptitudes destacadas pero sin desarrollar altas competencias es dotado pero no talentoso. 

A continuación te presentamos un artículo del diario Visión UC que recoge testimonios de alumnos que han pasado por el programa:

El odontólogo que llegó de Puente Alto

Si bien los primeros alumnos que entraron a Penta UC lo hicieron en 2001, la primera generación que cursó el programa completo -de sexto básico a cuarto medio- lo hizo dos años más tarde. Entre ellos estaba Rodrigo Díaz (25), quien en ese entonces era alumno del colegio subvencionado El Sembrador de Puente Alto y que luego postularía, junto a compañeros del programa, al Instituto Nacional. Como la mayoría de sus pares en este proyecto, Rodrigo tenía un rendimiento escolar alto y por lo mismo, era esperable que su ingreso a la universidad estuviera asegurado, aunque él lo ve de otra manera: «El colegio no te exige, ni te incentiva a desarrollar tus talentos. Lamentablemente el sistema está hecho para un promedio. En ese promedio hay personas que están bajo y por sobre la media y los extremos se pierden. Si no hubiera participado en Penta UC, ese potencial de talento no lo hubiera desarrollado, hubiera nivelado para abajo», explica este profesional de la salud. Rodrigo estudió Odontología en nuestra universidad y fue parte de la segunda generación de egresados de esa carrera. Hoy en día trabaja como

dentista en su propia alma máter y en consultas particulares. Según Díaz, el programa lo ayudó a fomentar el pensamiento crítico y mantenerse desafiado para seguir aprendiendo. Además asevera que, al reunir a alumnos de distintas realidades sociales y opiniones, Penta UC lo ayudó a ser más tolerante con la pluralidad de visiones y modos de vivir: «Esto me ha ayudado para entablar relaciones positivas en la unión dentista-paciente y ser un promotor en su salud, es decir, saber cómo llegar a ellos para que generen cambios de vida positivos para su salud oral», finaliza.

La maestra incansable

Oriunda de Concepción, María Isabel Rauld llegó a la Facultad de Matemáticas en 1989. Por más de una década hizo clases ahí, hasta que el año 2002 se le presentó un desafío peculiar: realizar talleres a alumnos de distintos sectores, pero en su mayoría de zonas vulnerables, afiliados a un programa de talento académico conocido como Penta UC. Tenía dudas, pero aceptó y le gustó, tanto que lleva ya 14 años en este lugar. Ha conocido el programa prácticamente desde sus inicios, con todas sus evoluciones. «Al principio era todo súper artesanal. Se hace difícil de comparar, porque en ese minuto había todo un equipo de gente. Ahora los procesos están mucho más establecidos y la dinámica con los niños mucho más clara, porque también han cambiado los alumnos», dice. Según Rauld, uno de los grandes desafíos como maestra ha sido adaptarse a las nuevas tecnologías. A su juicio, el hecho de que los estudiantes estén sobre estimulados con las tecnologías –especialmente los actuales teléfonos inteligentes- obliga a los académicos a innovar en la docencia. «La motivación tiene que ir por otro plano, hay que estimularlos de manera distinta», dice. Pero no es el único desafío. Debido a distintos factores, muchos alumnos y sus padres, han llegado al programa considerándolo un símil a un preuniversitario: «Los papás creen que porque vas a tomar un curso de matemáticas les va a ir bien en matemáticas en la escuela, pero ese no es el punto. Probablemente influye, pero ese no es el fin del sistema», explica. La académica, que es profesora de planta en la Facultad de Matemáticas, reconoce que no nota una diferencia importante, en cuanto a conocimientos, en sus alumnos, a pesar de los distintos contextos de los que vienen. Eso porque los contenidos que pasa –principalmente geometría, álgebra y aritmética- son temas nuevos para todos.

El cazador de estrellas

Tenía un buen rendimiento, pero como el mismo lo dice, nunca fue de los primeros del curso. Su hermano había sido seleccionado para entrar al programa, cosa que a él siempre le llamó la atención. Ahí fue cuando Ariel Sandoval decidió postular, por iniciativa propia y no del colegio, a Penta UC. «Algunos dicen que con el colegio basta, pero para mí no fue así. Si le pones un poco más de entusiasmo y pasión, uno puede llegar a hacer más cosas», explica. Ariel estaba en el colegio particular Tantauco, en la comuna de El Bosque. Su generación estaba compuesta por unos 80 alumnos, de los cuales 40 ingresaron a la educación superior. Muchos eligieron carreras tradicionales. Ariel cree que por desconocimiento y porque los colegios dan poca orientación. ¿Por qué entonces él optó por Astrofísica, una carrera que cursa desde este año? La respuesta: el factor Penta UC. «Sí, (el programa) ayudó harto porque tiene una gama amplia de cursos. Ahí tomé asignaturas de física, astronomía, matemática. Ahí pude ir viendo qué es lo que me gustaba de verdad», asevera. Según Ariel, una de las fortalezas del proyecto es que, por un lado, considera las diferentes formas de aprendizaje que existen entre los alumnos y, por otro, potencia que cada uno de ellos desarrolle sus habilidades. Por lo mismo, explica, la iniciativa va más allá de entregar conocimiento: estimula las capacidades de sus alumnos. Sin embargo, cree que el programa todavía tiene desafíos por delante. Uno de ellos, avanzar mucho más en inclusividad. «De la comuna de El Bosque éramos solo dos personas las que asistimos a este proyecto. Todavía falta que el programa se abra un poco más para llegar a sectores donde no se potencia el conocimiento ni hay muchas oportunidades», explica.

El escenario como pasión

«¿Por qué no estudias otra cosa, siendo que eres tan inteligente? ¿Por qué vas a estudiar teatro?», le dijo su mamá a Eliana Hernández (23) cuando cursaba cuarto medio en el colegio concesionado Nuestra Señora del Rosario, en la comuna de Las Condes. «Quiero que vayas, me veas actuar y después de eso conversemos esto de nuevo», le respondió ella. Fue a la presentación con la idea de hacerla cambiar de opinión una vez terminada la obra, una dinámica de improvisación, pero la que cambió de parecer no fue la hija, sino la madre, convencida de que el teatro era la vocación de su hija. Hoy en día, luego de su paso por la Escuela de Teatro de la UC, es actriz y dramaturga, y desde el 2012 dirige la compañía de teatro T de cobre. «Fue una apertura de mundo, descubrí un abanico de posibilidades de conocer que no tenía cuando sólo iba al colegio», explica. Eliana entró a Penta UC cuando cursaba octavo básico. Llegó junto a una decena de alumnos provenientes de Las Condes, comuna que se incorporó al programa ese año. Siempre quiso ser actriz, incluso antes de entrar al programa, pero fue ahí donde se relacionó directamente con la escritura y el teatro. «Tuve muchos cursos de escritura creativa. Así agarré práctica escribiendo en muchos formatos», dice. Hoy dirige Entenderse, obra escrita por ella misma, que cuenta la historia de una asesora del hogar que, luego de presentar un cuadro de descontrol e ira en su lugar de trabajo, es obligada a asistir a tratamiento psicológico. La pieza es parte de Trilogía social que encabezó el drama Acreditada y cuya tercera parte pronto se dará a conocer.

El modelo Penta UC en Santiago y las regiones

Penta UC es un programa de enriquecimiento extracurricular para alumnos entre sexto básico y cuarto medio con altas habilidades cognitivas, de sectores mayoritariamente vulnerables. Son los mismos profesores de los establecimientos los que los nominan. Luego, los elegidos por sus colegios rinden una prueba en Penta UC, de los cuales cerca de un 25 por ciento queda seleccionado. Los cursos, que se dictan en las salas de clases en el campus San Joaquín, son variados y cada año se realizan alrededor de 220. Al ser extracurricular, el programa es compatible con la escolaridad, pues exige unas 300 horas anuales presenciales, divididas en dos periodos semestrales de unas 120 horas cada uno, además de un período intensivo de verano de 60 horas de duración. Según Marcelo Mobarec, director del proyecto, actualmente enfrentan tres desafíos. A nivel interno, quieren generar más instrumentos de reflexión para la universidad, pues la idea es seguir avanzando en inclusión, evaluando más vías para estudiantes con talento de sectores vulnerables. A nivel externo son dos los desafíos: por un lado buscan que la experiencia aquí logre convertirse en una política pública. «Queremos que el Mineduc reconozca a los alumnos con altas capacidades como una necesidad educativa especial», sostiene. Para ello se trabaja en un piloto con esta cartera que partirá en noviembre y que consiste en trabajar con diez colegios vulnerables de dos comunas del Gran Santiago. El fin es que el trabajo de Penta UC pueda ser transferido al aula regular. La última de las metas es llevar esta iniciativa a todo el país. «Ya hemos transferido el modelo a Antofagasta, Valparaíso, Concepción, Talca, Temuco y Valdivia», dice. «El desafío es completar la transferencia al menos en una universidad por capital regional con respaldo del ministerio, de los Seremis y los municipios, entre otros".

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Rafael Zanetta B., Dirección de Comunicaciones, rzanetta@uc.cl


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