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Propuestas para una nueva educación técnico profesional


En Chile hay más de 500 mil estudiantes que optaron por la educación técnico profesional, lo que representa el 43,3% de la matrícula total de educación superior. El 60% de estos alumnos pertenece a los primeros dos quintiles de ingreso familiar; el 42% de los egresados ingresa a estudiar hasta tres años después de terminar su enseñanza media. Estos datos confirman, según el rector Ignacio Sánchez, en la columna que publica El Mostrador, que la educación técnico profesional debe contemplar las necesidades reales del país, mejorar las competencias de los docentes en el área y redefinir el título del egresado de acuerdo con las cualificaciones requeridas.

En nuestra universidad, en el pasado mes de enero, se presentó el libro “Formación, competencias y productividad”, que reúne las propuestas desarrolladas durante cerca de dos años en un trabajo conjunto entre la UC y su Centro de Políticas Públicas; la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC); la Fundación DUOC UC e INACAP, entidades que conformaron una alianza estratégica de largo plazo para avanzar en este tema. En la presentación del documento se reunieron autoridades, -encabezadas por la ministra de Educación, Marcela Cubillos-, y más de 50 expertos, tanto del mundo de la educación como del sector productivo, con el fin de dialogar sobre cómo transformar la educación técnico profesional (ETP) a partir de las propuestas de esta alianza estratégica.

“Es necesario destacar que, plantea el rector Ignacio Sánchez, en columna que publica este 15 de febrero, El Mostrador, en la ETP hay actualmente más de 500 mil estudiantes, lo que representa el 43,3% de la matrícula total de educación superior, de hecho, desde el año 1990 el sistema de ETP ha cuadruplicado su tamaño”. Y agrega otros datos: "el 60% de los estudiantes pertenece a los primeros dos quintiles de ingreso familiar, el 42% de los egresados ingresa a estudiar hasta tres años después de terminar su enseñanza media, el 44% realiza sus estudios en jornadas vespertinas y el 32% lo hace combinando sus estudios con el trabajo. Por otra parte, el 58% de los docentes que imparte las clases en la ETP carece de un título pedagógico, ya que son en su mayoría técnicos de nivel superior”.

Con estos y otros desafíos, plantea la autoridad universitaria, se realizó un dedicado trabajo durante cerca de dos años, en un proceso guiado por el Centro de Políticas Públicas UC en conjunto con el Laboratorio de Innovación Pública UC y en el que participaron más de 100 actores en 16 encuentros en las ciudades de Santiago, Antofagasta, Talca, Puerto Montt y Valparaíso. Además, dice, se realizaron ciclos de talleres en los que participaron activamente los socios de la alianza y otros actores clave del mundo de la formación técnica. Estos talleres se enmarcaron en las propuestas generales, como también en los subsistemas, dentro de los que se incluyen la enseñanza media técnico profesional, la capacitación, certificación y la enseñanza superior técnico profesional. “En este proceso, se identificó una serie de nudos críticos, tales como la coordinación y articulación del sistema; la pertinencia de la oferta formativa; la actualización de la infraestructura, el equipamiento y los contenidos, entre otros”, enfatiza Sánchez.

“La ETP debe estar inmersa en las necesidades reales del país, por lo que una relación de comunicación bidireccional es muy importante; en este sentido se destaca el trabajo conjunto que se ha hecho, ya que, a través de la CPC, el sector productivo ha estado permanentemente aportando a la academia y a los institutos técnicos para poder relevar competencias, habilidades y requerimientos curriculares que se inserten en cada una de las carreras. También en este trabajo se propone mejorar las competencias de los docentes en la educación media técnico profesional y redefinir el título del egresado acorde a las cualificaciones requeridas”, prosigue.

Las propuestas de este trabajo, relata el rector, incluyeron medidas de corto plazo, tales como fomentar el uso del marco nacional de cualificaciones; generar mecanismos de actualización y pertinencia del currículo en la ETP; crear incentivos para la formación de docentes; evaluar la experiencia internacional y fomentar la acreditación de carreras; recuperar el proceso de acreditación experimental de liceos y facilitar la capacitación de competencias, entre otras. Por otra parte, las propuestas de mediano y largo plazo incluyeron el uso del marco nacional de cualificaciones como guía para la ETP; la creación de un modelo de aseguramiento de la calidad; establecer una relación permanente entre el sector formativo y el sector productivo; la creación de consejos de competencia; mejoramiento de las competencias docentes; la creación de un sistema de orientación laboral y vocacional; mecanismos de articulación entre los distintos subsistemas de formación; nuevos mecanismos de flexibilización de los sistemas de formación y del trabajo; además del monitoreo y evaluación permanente de políticas y programas. “Todas estas son medidas y metas ambiciosas, pero necesarias para avanzar en la mayor calidad del sistema”, recalca.

Así, señala el académico, es preciso generar mecanismos de actualización y pertinencia del currículum, permitiendo una mayor agilidad en la renovación curricular de educación media: “Es de gran importancia la visión sistémica de la educación superior. Por otra parte, es de gran relevancia la creación de un protocolo para que las instituciones tengan experiencias educativas en las empresas e industrias, debido a que allí la formación de los estudiantes puede tener un elemento diferenciador en su formación al servicio de las necesidades del país. Esto también se orienta a enfrentar los retos que implicará la automatización de los trabajos en el presente y futuro del desarrollo del país”.

En suma, concluye, “este trabajo interdisciplinario refleja el compromiso de la UC y su Centro de Políticas Públicas por servir de puente articulador para el adecuado desarrollo de políticas públicas en el área de la educación y su integración con el sector productivo del país”. A su juicio, el avance en calidad de la ETP y su mayor integración con la industria y el trabajo va en directo beneficio del desarrollo de los estudiantes más vulnerables, sus familias y el crecimiento económico del país. “Esta es una tarea conjunta que requiere de un trabajo que genere confianza, para poder lograr metas de largo plazo en beneficio de Chile y sus habitantes.”, finaliza.


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