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Una ciudad pro mujeres y niñas: analizan ley de espacios públicos que exige más seguridad


Tras la aprobación en la Cámara de Diputados, este proyecto de ley pretende exigir que la planificación urbana ponga un énfasis en la seguridad de mujeres y niñas. Con un apoyo político transversal, y como parte del fast track impulsado por el Gobierno, esta ley también considera potenciar que la ciudad sea más accesible para personas mayores y en situación de discapacidad.

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photo_camera Además de un enfoque de género en el transporte urbano, este proyecto de ley quiere impulsar que tanto parques, como veredas y otros espacios públicos sean más inclusivos para todos sus usuarios, sin importar edad o estilo de vida. Créditos: César Dellepiane.

¿Vagones exclusivos en el metro para mujeres? ¿calles más iluminadas? ¿cuál es el mejor camino para hacer que las ciudades sean más inclusivas para todos sus residentes? La Cámara de Diputados y Diputadas de Chile aprobó un proyecto que modifica la Ley General de Urbanismo y Construcciones (LGUC), para exigir que la planificación urbana contemple espacios públicos seguros y accesibles para las mujeres.

La propuesta contó con un apoyo político transversal, alcanzando 112 votos a favor, 1 voto en contra y 11 abstenciones. La iniciativa fue presentada por personas de distintos partidos, como las diputadas Carla Morales, María Francisca Bello, Ana María Bravo, Sofía Cid, María Luisa Cordero, Erika Olivera, Ximena Ossandón, Marcia Raphael, Natalia Romero y Carolina Tello. Así nació la moción de incorporar elementos de prevención situacional, que procuren la visibilidad y seguridad para las mujeres tanto en el diseño como en la planificación urbanística de las ciudades.

"Hemos ido avanzando bastante, desde yo diría la última década, en un diseño de espacios públicos que sean accesibles, seguros, amables con distintos grupos de la población. Ahora estamos avanzando desde un enfoque de género", señala Magdalena Vicuña, decana de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos (FADEU). "Hay una serie de dimensiones de la cotidianeidad de la vida de una mujer que no han estado integradas en la toma de decisiones de planificación urbana. Y yo diría que una primera dimensión es la de la movilidad. Las mujeres hacemos viajes distintos a los hombres", comenta.

Según la experta en planificación urbana, los viajes de las mujeres y sus conductas en la ciudad son muy distintos. "Cuando una ciudad no está diseñada para integrar donde vivimos, trabajamos, cuidamos, donde van los niños al colegio y para cada uno de estos viajes nos vamos a demorar 30 minutos, se hace realmente pesado el día y eso va en detrimento de la calidad de vida. Aquí también vienen los enfoques de interseccionalidad porque probablemente si eres mujer y además eres pobre y vives lejos y estás en la periferia, o eres inmigrante, más barreras vas a tener para que tu día a día sea un día a día amable y saludable", señala Vicuña. Una dimensión a la que, además, se suma la arista de la seguridad.

En esta línea, Carolina Rojas, investigadora del Instituto de Estudios Urbanos y CEDEUS, explica que "para las mujeres es clave eliminar los puntos ciegos o tener continuidad peatonal. Uno tiene que estar haciendo cruces todo el tiempo, lo que aumenta tu posibilidad de tener accidentes, por ejemplo. La iluminación también es clave con paraderos y espacios públicos iluminados con mecanismos de seguimiento. Esto también permite la movilidad adecuada para los viajes relacionadas al cuidado o que se consideran no productivos.

La práctica del acceso al Metro con vagones exclusivos para mujeres ha tenido diversos resultados, no siempre positivos, cuentan desde CEDEUS.

La experiencia internacional

Desde la UC, especialistas advierten que no todas las medidas son de fácil implementación y que hay casos en los que la generación de estos espacios exclusivos puede terminar teniendo una repercusión negativa, y que lo ideal es que la puesta en práctica de este proyecto de ley se guíe por la pregunta “¿Cómo hacer que la urbe tenga no solo un acceso universal si no un uso y goce más universal?”.

Experiencias internacionales como los vagones exclusivos para mujeres en Metro como los de Mexico o Japón, han derivado en problemas insospechados, como la interpretación social que otros puedan dar al ver a una mujer que ingresa a cualquier vagón, no demarcado exclusivamente para mujeres: ¿acaso simplemente entró al vagón más cercano, o es este acto una señal de su interés en interactuar en espacios no seguros, y por ende una señal para que otros puedan acercarse a hablarle? Una interpretación excesiva, pero que demuestra la reflexión que debe haber antes de implementar este proyecto de ley.

“Eso es lo que mencionan algunos expertos: hay una mayor percepción de seguridad cuando hay mujeres, por ejemplo, viajando en vagones exclusivos del Metro, pero en el momento en que se suben a otro vagón normal por la razón que sea, efectivamente el riesgo que se genera es que se perciba que, bueno, si está acá esta persona quizás está buscando algo, aunque esa sea una percepción que no debería existir, por supuesto, pero que algunos podrían tomar como justificación para tener justamente el tipo de comportamientos y actitudes que se quieren evitar a través de los espacios seguros. Entonces el desafío con este proyecto de ley es ver cómo tener espacios inclusivos para todos, en vez de tener espacios exclusivos para grupos específicos. La idea es tener espacios que sean los más transversales”, dice Giovanni Vecchio, arquitecto e investigador de CEDEUS.

Este es un punto en el que concuerdan las especialistas de FADEU. "No es una política con la cual yo esté de acuerdo porque, si bien, las mujeres se sientan seguras, no aborda el problema de fondo. Contar con espacios públicos que son seguros, inclusivos, amables con las mujeres es una política que sí aborda la problemática más de fondo. Porque no es que excluya a otros, sino que tiene el foco puesto en las mujeres", comenta la decana. 

El plan "Bogotá Camina Segura" es un ejemplo de esta planificación urbana que se adapta a las necesidades de todos sus residentes, pensando en calles más iluminadas y veredas más amplias. Créditos: Pexels.


Por lo mismo, la formulación actual del proyecto de ley se ha ampliado a más grupos, no solamente con un enfoque de género, sino también considerando otras variables.

“En Chile, y a nivel mundial, normalmente las ciudades han sido planificadas pensando en que hay una persona estándar, que normalmente es hombre, sano, en edad activa, pero esto invisibiliza toda la diferencia que se puede generar a la hora de estar moviéndonos en el espacio público, en el transporte y otras instancias, en donde exista una percepción de mayor inseguridad para cierto grupo de la población, o una vereda que, tal vez, no permita caminar por ella a personas con movilidad reducida”, agrega Vecchio.

Internacionalmente, el experto cuenta que existen algunos ejemplos a destacar, que han puesto en marcha nuevas formas de hacer ciudad, como la experiencia de “Bogotá Camina Segura”, que forma parte del actual Plan Distrital de Desarrollo 2024-2027. Su objetivo es, según el Concejo Bogotá, ser una ciudad en la que todos sus habitantes se puedan desplazar tranquilamente en los ámbitos urbano, rural y regional; disfrutar del espacio público, y don las poblaciones de especial protección (las mujeres y los niños, niñas y adolescentes, LGTBI, grupos étnicos, población con discapacidad y personas mayores) puedan caminar sin sentir miedo y no haya espacio para el accionar delincuencial y violento

Para ello, de acuerdo con esa planificación distrital de Bogotá, se fortalecerá la administración de los parques con la implementación de la estrategia de guardaparques, ampliaciones de horarios y el mejoramiento de su iluminación. Se realizarán intervenciones artísticas y culturales en el espacio público que busquen promover la convivencia ciudadana para fortalecer el papel del arte, la cultura y el patrimonio como derecho en la ciudad, así como también se desarrollarán programas de prevención de violencias, a través del fortalecimiento de la articulación policial y justicia con tecnología, para la recuperación de barrios o zonas que se consideren riesgosas.

A esto se suma el programa "Ciudades 880" del arquitecto colombiano Guillermo Peñalosa, que enfoca el diseño de los espacios públicos en los niños de 8 años y en los adultos mayores de 80 años, como también para aquellas personas que se preocupan de sus cuidados.

Lo mismo se replica en otro ejemplo del país cafetero, las "manzanas del cuidado". Un sistema que busca crear a cierta distancia plazas con todo tipo de equipamiento que requiere una mujer, por ejemplo, para hacer sus labores de crianza en el espacio público. Un espacio que también se considera interseccional, ya que no considera solo el género, sino también la edad. 

"Las personas, cuando vamos aumentando nuestra edad, nos desplazamos más lento, vamos perdiendo ciertas capacidades, y la ciudad es súper rápida, entonces termina siendo súper insegura. Lo mismo las personas que tienen movilidad reducida, o por ejemplo, que no saben leer o no entienden el idioma. En ese sentido también tienes que hacer un diseño inclusivo. También es súper importante que se promuevan campañas de respeto y uso compartido de la ciudad, entendiendo que no es solo de un tipo de persona y de un tipo de movimiento, y que somos todos responsables de esta convivencia", replica la investigadora Carolina Rojas.

Desde Viena, la capital austriaca, se han concretado más de 60 proyectos que han incorporado la perspectiva de género en el diseño urbano, convirtiéndose en un referente mundial. Créditos: Pexels.


En Europa hay ejemplos como el de Viena, que ha hecho intentos por tener un enfoque de género más marcado en su planificación urbana, desde el diseño de parques, el transporte y la movilidad, aumentando la iluminación pública y el ancho de sus veredas. 

A través de este nuevo proyecto de ley, Chile estaría dando un paso adelante con esta mirada de cuidado urbano transversal, a nivel no solo de ciudad, sino como una determinación país.

“Lograr bajar los principios de este proyecto de ley a lineamientos concretos de una experiencia nacional, haría que Chile efectivamente se pusiera en la vanguardia de la planificación urbana. Muchas veces se han pensado iniciativas aisladas en algunos sitios, y para grupos individuales, en cambio lo que esta norma hace es tratar de abrir un poco el enfoque de género y también tomar temas relacionados, por ejemplo, con la edad, y posicionarlos como un objetivo a nivel nacional”, dice Giovanni Vecchio.


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