Voluntariados y trabajos de invierno: estudiantes de la UC al servicio del país
Cada invierno, más de 3.000 estudiantes de la Universidad Católica se movilizan a lo largo de Chile con un objetivo común: servir. Dejando atrás las vacaciones, el descanso y la comodidad, se sumergen en comunidades vulnerables con las manos, el corazón y el conocimiento al servicio de las comunidades. Se trata de los Voluntariados de Invierno UC, una tradición profundamente arraigada en nuestro estudiantado, que representa el espíritu solidario y transformador de la Universidad.
photo_camera Contribuir a que las personas tengan una vida más digna es los que buscan los voluntariados y misiones de invierno, no solo aportando con soluciones concretas, sino también creando una relación de mutuo aprendizaje, acompañamiento y genuina empatía. (Crédito fotográfico: Muévete por la Salud)
Durante cada año, cientos de estudiantes de la UC participan de forma activa en combatir las desigualdades que marcan el panorama nacional. Y este 2025 no será la excepción: 15 organizaciones estudiantiles serán parte activa del cambio, movilizándose a zonas rurales, localidades aisladas, comunidades con carencias materiales y espirituales, trabajando codo a codo con vecinos, familias y comunidades. De esta forma, construyen, acompañan, educan, sanan y escuchan. Y lo hacen como parte de su formación universitaria integral, no solo académica, sino también valórica, espiritual y ciudadana.
Un legado con sentido
Los trabajos voluntarios son mucho más que una experiencia solidaria: son una instancia de formación profunda fuera del aula que transforma a quienes participan. En estos espacios, los estudiantes de la UC tienen la oportunidad de aplicar lo aprendido en sus carreras, pero también de desarrollar habilidades humanas esenciales como la empatía, el liderazgo, el trabajo en equipo y la capacidad de escuchar.
Al enfrentarse a realidades distintas a las propias, se forman no solo como profesionales más completos, sino también como personas más conscientes, comprometidas y dispuestas a poner sus talentos al servicio del bien común. Esta vivencia —en terreno, con las manos en la acción y el corazón en la comunidad— les permite descubrir el verdadero sentido de su vocación y el impacto que pueden tener en la vida de otros. Así, los voluntariados se convierten en una extensión del proceso formativo universitario, que forja agentes de cambio con una mirada integral del país y del mundo.
Para la directora de Asuntos Estudiantiles Carola Méndez, esta experiencia es mucho más que una actividad extracurricular. Es parte del sello que la universidad busca formar en sus estudiantes. "Sin duda que ser voluntario y voluntaria es y será una experiencia importante. Nosotros también tuvimos nuestra época marcada por personas que llevamos en el corazón, y por eso estamos seguros de que vivir este tipo de experiencia será igual o más significativa para su formación como humanos", afirmó durante la reciente ceremonia de envío, instancia simbólica de inicio de los voluntariados.
La directora destaca la importancia de las historias que emergen de estos trabajos: “Reflejan el compromiso de aportar, de dejar huellas, de hacer más digna la vida de las personas, sobre todo en estos tiempos donde las necesidades son muchas y los recursos escasos. Ustedes, los estudiantes, pueden aportar soluciones reales, con conocimiento y empatía”, afirma.
El voluntariado, además, representa un momento clave de encuentro personal y colectivo: “Es una oportunidad para ponerse en el lugar del otro, para aprender del otro. Estamos orgullosos y agradecidos de ustedes y del esfuerzo que realizan al autogestionarse, conseguir fondos, alimentos, coordinarse... eso habla de liderazgo social en su forma más noble”, enfatiza.
"Ustedes, los estudiantes, pueden aportar soluciones reales, con conocimiento y empatía” - Carola Méndez, directora de Asuntos Estudiantiles.
El “rostro noble” de la UC
El rector Juan Carlos de la Llera, también resalta el carácter simbólico de estos trabajos. "Me emociona profundamente ver en ustedes el rostro más noble de una universidad al servicio, que escucha, que acompaña y que actúa", afirmó durante la tradicional ceremonia de envío, en que se efectúa la entrega de las banderas a los y las voluntarias.

Revisa la Ceremonia de Envío 2025 en fotografías. (Crédito fotográfico: Vive la UC)
"Chile necesita más de esta energía transformadora. Necesita jóvenes que no pasen de largo frente a la vulnerabilidad, que sean capaces de mirar a los ojos, de escuchar, de acompañar. Que entiendan que construir un país más justo no es tarea exclusiva de las autoridades, sino de cada uno de nosotros. Y ustedes ya lo están haciendo, de forma concreta, silenciosa muchas veces, pero tremendamente significativa", agregó el rector.
Y añadió: "El Papa Francisco, en una de sus intervenciones más recordadas en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, instó a los jóvenes a “no balconear la vida”. A no quedarse mirando desde lejos, cómodos e indiferentes, mientras otros actúan. Ustedes, están haciendo precisamente lo contrario: se han bajado del balcón, se han involucrado, se han comprometido. Han decidido actuar. Y eso, en un mundo que muchas veces premia la indiferencia, es un gesto profundamente contracultural y profundamente valioso. Han asumido la vida como un proyecto compartido, como un camino que se recorre con otros, no como espectadores, sino como protagonistas".
"Chile necesita más de esta energía transformadora. Necesita jóvenes que no pasen de largo frente a la vulnerabilidad, que sean capaces de mirar a los ojos, de escuchar, de acompañar" - Juan Carlos de la Llera, rector UC.
Construyendo dignidad
Entre los distintos proyectos que conforman los voluntariados de invierno UC, hay un grupo que se pone manos a la obra —literalmente— para apoyar a familias vulnerables a través de la construcción. Estos voluntariados no solo levantan viviendas o infraestructuras comunitarias, sino que construyen también dignidad, oportunidades y esperanza.
En zonas rurales y comunidades afectadas por la pobreza, catástrofes naturales o el abandono, estos estudiantes diseñan y ejecutan soluciones concretas que responden a las necesidades reales del territorio. Ya sea edificando espacios de encuentro, viviendas de emergencia o herramientas para el emprendimiento local, lo hacen combinando el conocimiento técnico de sus carreras con un profundo sentido social.
Nacido desde estudiantes de Construcción Civil, “Acción constructiva” es un voluntariado especializado en soluciones habitacionales y de infraestructura. Su coordinadora general, Araceli Coria, explica que su enfoque está en “entregar soluciones concretas a necesidades reales”, como mediaguas adaptadas, invernaderos para personas con discapacidad o talleres de capacitación.
“Aprendemos tanto de las comunidades como ellas de nosotros. Aplicamos conocimientos y desarrollamos empatía, comunicación, gestión y trabajo en equipo. Es un aprendizaje bidireccional con impacto real”, asegura.
Salud al servicio de las comunidades
En el corazón de los voluntariados de invierno, también hay un grupo de estudiantes que ha decidido poner su vocación de servicio al cuidado directo de la salud de las personas. Son futuros profesionales que recorren zonas rurales y comunidades vulnerables para acercar una atención sanitaria que muchas veces no llega, ya sea por falta de recursos, distancia o escasez de especialistas.
Desde la prevención del cáncer oral, la promoción del autocuidado infantil y la higiene bucal, hasta atenciones odontológicas, dermatológicas y kinesiológicas, estos voluntariados tienen un objetivo común: contribuir de forma concreta al bienestar integral de las personas. Más allá de la sala de clases y la teoría, llevan consigo conocimiento, humanidad y empatía, con la convicción de que el acceso a la salud no puede depender del lugar donde se nace o se vive. En cada intervención no solo entregan tratamientos o información, sino también escucha, cercanía y dignidad. En un país donde aún persisten grandes desigualdades, estos estudiantes UC son un testimonio vivo de que otra forma de ejercer la salud —más humana, comprometida y comunitaria— sí es posible.
El voluntariado “Bocas más que dientes”, liderado por estudiantes de Odontología, tiene como misión prevenir el cáncer oral. Su encargado de logística, Francisco Velásquez, detalla que han realizado operativos en comunas vulnerables, enfocados en la educación y diagnóstico oportuno. “Muchos de nuestros pacientes nunca habían ido al dentista. Poder educar y prevenir una enfermedad mortal es una forma concreta de poner nuestra carrera al servicio de las personas”, dice. “Desarrollamos habilidades clínicas, pero también humanas: liderazgo, empatía y responsabilidad social”, afirma.
Ethan Rothfeld, jefe general de “Muévete por la salud”, organización estudiantil que este año cumple 10 años desde su creación, asegura que los voluntariados son un puente directo entre la universidad y la realidad del país: “llevamos el conocimiento, la voluntad y la energía de la UC a comunidades que históricamente han sido desatendidas. Pero también traemos de vuelta aprendizajes valiosos que enriquecen profundamente nuestra formación”, cuenta.
“Muchos de nuestros pacientes nunca habían ido al dentista. Poder educar y prevenir una enfermedad mortal es una forma concreta de poner nuestra carrera al servicio de las personas” - Francisco Velásquez, encargado de logística voluntariado "Bocas más que dientes".
Sobre la experiencia, dice: “Nos permite comprender las desigualdades en el acceso a la salud que existen en Chile, y nos impulsa a ser parte activa del cambio hacia un sistema más justo. Se genera así un diálogo bidireccional: mientras las comunidades se benefician de nuestra labor, nosotros nos transformamos en estudiantes más conscientes, empáticos y comprometidos con la realidad social del país”, asegura.
Pastoral UC: un espacio abierto
Para la directora de la Pastoral Ángela Parra, el voluntariado también es un camino de formación espiritual, abierto a todos: “Independiente de las creencias, el voluntariado es una instancia de encuentro con el otro y con uno mismo. Es una búsqueda por la verdad, por el sentido, que también es parte de la misión universitaria”.
Más de 100 jóvenes integran el Coro Misión País, un proyecto que lleva la música a las comunidades como medio de encuentro espiritual. Su coordinador, José María Correa, explica: “Trabajamos en zonas mixtas con proyectos de trabajo y misión, complementando la experiencia con música en talleres, espacios de oración y encuentros comunitarios (…) “La música une, traspasa diferencias. Es una forma de acercar a las personas a Dios, y también entre ellas. Es un servicio que entrega belleza, consuelo y sentido”, dice el estudiante.
Para Cristóbal Peirano, coordinador general de Trabajo País, ser parte de un voluntariado es algo que sin duda trasciende en la vida propia “Lo que me mueve es sentir que, con mis manos, mi esfuerzo y mi tiempo, estoy aportando a la sociedad. Forjo un carácter de servicio que me servirá también en lo laboral, pero, sobre todo, en lo humano”, expresa.
Un país más justo, un corazón más lleno
Los voluntariados de la UC no son una actividad más del calendario universitario. Son una escuela de humanidad, donde los estudiantes se descubren en comunidad, se desafían y aprenden que servir es también una forma de liderazgo.
La universidad, a través de la Dirección de Asuntos Estudiantiles, Pastoral y distintas facultades, promueven estos espacios como parte de su misión formativa integral. "Les deseo que estos trabajos de invierno sean una experiencia enriquecedora, de aprendizaje mutuo, de conocerse más, de crecimiento colectivo. Que vuelvan con más preguntas, con nuevas ideas y con el corazón más lleno", dijo el rector De la Llera.
Chile es extenso, desigual y desafiante. Pero en cada rincón donde llega un grupo de voluntarios, también llega un pedazo de esperanza. Jóvenes que no se quedan mirando, que se arremangan y construyen, sueñan con un país más digno y trabajan para lograrlo.
Conoce las distintas iniciativas de voluntariado estudiantil