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Crean nueva metodología para reclasificar los territorios de Chile


“Urbano o rural”, “ciudad o campo”. Así normalmente se simplifica la forma de denominar en qué lugar vivimos, pero al hacer estas declaraciones ignoramos una serie de características particulares de nuestro territorio que deben ser consideradas, sobre todo por organismos públicos encargados de generar políticas públicas. La Metodología CASA, propuesta por el Núcleo Milenio CEDIT, intenta dar una aproximación más cercana a la realidad de los variados territorios que componen Chile.

Botes en primer plano y de fondo, unas viviendas en el desierto.

photo_camera El Núcleo Milenio CEDIT elaboró una propuesta de clasificación a escala sub-comunal, con especial relevancia para el ciclo de políticas públicas en Chile. (Crédito fotografía: Gustavo Sánchez/Unsplash)

Al hablar de los territorios que componen Chile, es muy común clasificarlos en zonas urbanas o rurales. Esta forma de denominar diferentes extensiones geográficas se utiliza no solo en entornos más informales, sino que también a nivel institucional y académico. Sin embargo, la clasificación binaria urbano-rural resulta demasiado superficial para el país, sobre todo considerando que las características del paisaje socioeconómico son variadas y complejas.

Gustavo Anríquez, director alterno del Núcleo Milenio para Desarrollo Integral de los Territorios (CEDIT) y académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales, explica que actualmente existen tres definiciones oficiales para clasificar territorios.

En primer lugar, está la que utiliza el Censo: las entidades (asentamientos humanos) que superan las 2.000 personas, son consideradas como zonas urbanas. En segundo lugar, está la Ley General de Urbanismo y Construcciones, acuñada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, definiendo el límite urbano en los instrumentos de planificación territorial. Finalmente, está la Política Nacional de Desarrollo Rural, que define tres áreas: urbana, mixta y rural.

“Hay municipios muy grandes en Chile, como por ejemplo, Antofagasta, que es tan grande como Bélgica en extensión. Y todo ese territorio del tamaño de Bélgica está clasificado como urbano, lo que es un evidente sinsentido, porque en realidad un pedacito muy chiquito es urbano y la mayor parte del territorio es rural”, explica el profesor Gustavo Anríquez.

La nueva metodología

Imagen que muestra distintos mapas de clasificación del territorio.
Nuevos mapas que clasifican el territorio es uno de los principales resultados del estudio, tras identificar todos los centros urbanos de Chile y los tiempos de desplazamiento entre diferentes asentamientos. (Imagen gentileza CEDIT)

Considerando las limitaciones que actualmente tienen las clasificaciones territoriales, la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) solicitó un estudio para mejorar la definición de ruralidad, con una escala más precisa que representara la diversidad de la geografía chilena. De esta forma, el Núcleo Milenio CEDIT elaboró una propuesta de clasificación a escala sub-comunal, con especial relevancia para el ciclo de políticas públicas en Chile.

“La propuesta que realizamos es consistente con lo que está pasando en el mundo, no tenemos la intención de reinventar la rueda. Queremos utilizar lo que se usa en distintas partes del mundo y para eso hay que reconocer que existen principalmente dos dimensiones que se utilizan para definir lo rural: por una parte, la densidad poblacional, que siempre se ha utilizado; pero por otra, la distancia a centros urbanos. En base a esas dos dimensiones se puede dividir el territorio en muchas divisiones, pero nosotros proponemos nueve tipos de territorio en una gradiente urbana rural”, detalla el académico.

A esto lo denominaron Metodología CASA (Clasificación Ajustada por Separación y Aglomeración). La separación, que hace referencia a la distancia a los centros urbanos, no es considerada de acuerdo a su distancia física (kilómetros entre dos puntos), sino que como el tiempo de desplazamiento, una medida que describe de mejor manera el impacto de la distancia en las personas.

Nuevos mapas que clasifican el territorio es uno de los principales resultados del estudio, tras identificar todos los centros urbanos de Chile y los tiempos de desplazamiento entre diferentes asentamientos.

Además, el profesor Anríquez complementa que “identificamos que Chile es un país extremadamente interconectado: más del 80% de los ciudadanos viven a menos de 45 minutos de una gran ciudad. Sin embargo, hay muchas zonas intermedias que hay que entenderlas, porque juegan un rol muy importante de conexión con las áreas rurales más profundas”.

Camino con un entorno de campo y montañas.
"(...) hay muchas zonas intermedias que hay que entenderlas, porque juegan un rol muy importante de conexión con las áreas rurales más profundas”, explica el profesor Gustavo Anríquez. (Crédito fotográfico: Marcus Dall/Unsplash)

Políticas públicas que fomenten el desarrollo territorial

Comprender el territorio chileno de acuerdo a la realidad de sus características es fundamental para generar políticas de desarrollo territorial que ayuden a combatir los diferentes problemas que afectan a las zonas. Las políticas públicas deben ser adecuadas a cada territorio, y si existe un lugar mal clasificado, es más difícil que las políticas que se generen desde el gobierno central sean apropiadas y efectivas.

“Retomemos el ejemplo de Antofagasta, que si bien es un ejemplo extremo, ilustra bien el problema con las clasificaciones actuales y la generación de políticas públicas. Si consideramos actualmente Antofagasta como un territorio completamente urbano, tendríamos que aplicar una política urbana en toda la extensa comuna, lo que no tiene sentido, porque se produce una disparidad entre el territorio que realmente es urbano y las políticas que son adecuadas para esa zona”, finaliza el profesor Anríquez.


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