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Desierto florido: las claves para entender este particular fenómeno


Gracias a las intensas lluvias que cayeron en el norte del país, las áridas tierras de Atacama se están cubriendo de verdaderos campos de flores de colores, que se calculan que en total llegan a las cerca de 200 especies. Las características del fenómeno, sus especies y consejos para disfrutar de este hermoso panorama, es lo que nos cuenta la agrónoma UC Josefina Hepp. 

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photo_camera Archivo UC

Al salir de Copiapó rumbo al sur, inmediatamente se nota algo distinto. El paisaje, que suele ser extremadamente árido, se va tiñendo de un tímido verde, el que se va intensificando en la medida que se avanza por la Ruta 5 camino a Vallenar. De pronto, manchones blancos y violeta irrumpen en el paisaje, convirtiéndose en verdaderos “campos de flores bordados”, como reza nuestro himno nacional. Son las conocidas “pata de guanaco” (Cistanthe sp.) y “suspiro blanco” (Nolana baccata).

En total, son cerca de 200 especies, muchas de ellas endémicas o propias de este lugar, las que brotan en el llamado “Desierto florido”, el que se produce los años inusualmente lluviosos. El último gran florecimiento en Atacama fue en 2015, y antes de eso, en 2002, 2000, 1997, 1995 y 1991. 

La agrónoma y estudiante de doctorado en Ciencias de la Agricultura UC, Josefina Hepp, investigadora del Centro UC del Desierto de Atacama, quien estudia hace años las semillas del desierto, nos explica cómo se produce este particular fenómeno y cómo podemos disfrutar de él.


¿Qué es el “desierto florido” y cada cuánto tiempo ocurre?

Este fenómeno ocurre cada cierto número de años (se habla de entre cinco a siete, o diez años), generalmente asociado al fenómeno de El Niño; cuando se acercan aguas tropicales cálidas a estas costas, se produce una mayor evaporación, y por tanto, también altas precipitaciones.

En esos años más lluviosos, el banco de semillas que se encuentra en el suelo recibe suficiente agua (en cantidad y fechas adecuadas), las condiciones de temperatura son favorables, y entonces muchas de las semillas y algunos órganos subterráneos como bulbos, tubérculos o rizomas “despiertan” de su estado de latencia, y germinan o brotan. Se dice que deben caer al menos 15 mm para que esto suceda.

¿Se da sólo en Atacama?

El florecimiento ocurre también en otros desiertos, en Perú, Estados Unidos, Namibia, Australia y en el Sahara; aunque en Atacama no florece todos los años, como en varios de esos desiertos, sino que muy esporádicamente. Además, Atacama ostenta el título de ser “el desierto más árido del mundo” (claro que más hacia el interior), por lo tanto el que florezca, sobre todo en esta abundancia, es muy especial y atractivo para todos los visitantes. En todo caso, otros desiertos tienen floraciones igualmente irregulares, por ejemplo en los del sur de California.

¿Qué pasará en este desierto florido?

Este año, por ejemplo, en Caldera, han caído más de 35 mm hasta la fecha, lo cual nos indica que podemos esperar floraciones intensas en esa zona, claro que también dependerá de las temperaturas. Ya sabemos que la floración comenzó temprano, pues en agosto ya se veía gran cantidad de flores, y hemos tenido algunos eventos extraños (granizo en agosto) que podrían haber dañado algunas flores. Tendremos que esperar y observar cómo sigue.

Hace dos años, el 2015, también tuvimos un desierto florido importante, que pudo observarse hasta Tarapacá, y de hecho hubo dos floraciones, por las precipitaciones tempranas en el año, y luego en agosto. El tener dos desiertos floridos tan seguidos es algo bastante inusual.

¿Dónde se puede observar en general?

El lugar más conocido para observarlo es la región de Atacama, en la costa y hacia los valles entre Vallenar y Copiapó, pero ya desde Coquimbo y hasta Tarapacá, es posible apreciar cuando el fenómeno es muy intenso.

Algunos paseos interesantes se dan en el polígono entre Vallenar – Copiapó – Bahía Inglesa – Llanos de Challe – Huasco – Freirina. Los típicos manchones más abundantes se ven en la Ruta 5 entre Vallenar y Copiapó (prados de patas de guanaco moradas, o nolanas blancas y celestes), pero hay que aprovechar de observar una mayor diversidad de flores en las quebradas junto a Freirina, en el Parque Nacional Llanos de Challe, y también se puede entrar por el camino que une la costa con la carretera, por Canto del Agua.

¿Cuántas especies aparecen?

Se habla de más de 200 especies de plantas anuales, que completan su ciclo de vida en una temporada, y geófitas, aquellas que pueden dejar estructuras vegetales (bulbos, rizomas, tubérculos, etc.) bajo el suelo para que continúen el ciclo; pero podrían ser muchas más, incluso el doble.

¿Hay especies que son únicas del desierto de Atacama?

Claro que sí, hay muchas especies endémicas. Algunas fáciles de reconocer:

- Las Nolana o "suspiros" (varias especies) con sus corolas blancas o de un azul intenso
- "Añañuca roja" (Myostemma phycelloides, antes llamada Rhodophiala phycelloides)
- Muchas especies del género Leucocoryne, los "huilli", todos endémicos de Chile
- La gran "garra de león" (Bomarea ovallei, antes llamada Leontochir ovallei)
- La "mariposa blanca" o "cacatúa" (Schizanthus candidus)

Otras especies nativas (se encuentran naturalmente también en otros países):

- "Amancay" (Balbisia peduncularis) o copa de oro, flor amarilla muy abundante
- El "terciopelo" (Argylia radiata), de color naranjo, pero también amarillo y rojo oscuro
- Las altas "patas de guanaco" (Cistanthe longiscapa) formando alfombras de color morado

¿Qué características tienen estas especies del desierto?

Las plantas del desierto son muy especiales, están adaptadas para vivir en condiciones muy extremas: esto significa que son capaces de guardar agua en sus tejidos, sobre todo en sus hojas pero también en tallos o raíces, para sobrevivir en los períodos de mayor sequía; tienen hojas pequeñas para transpirar menos, o definitivamente han eliminado las hojas y sólo realizan fotosíntesis en los tallos verdes; poseen espinas para defenderse, o para captar la humedad de la neblina costera; han adquirido colores blancos o grises para reflejar la luz y no absorber tanto calor; o se han cubierto de ceras y pelos para evitar perder agua y protegerse del viento; y en especial, tienen semillas que son capaces de permanecer largos períodos bajo el suelo, en estado “dormante”, hasta que se dan las condiciones para germinar. Muchas veces las semillas son pequeñas y se confunden con pequeñas piedras, son muy resistentes y duras; o se desplazan distancias cortas por tener algunas adaptaciones para moverse con el viento. 


Libros recomendados:

- “Flores del Norte Chico”, de Mélica Muñoz (1991)
- “Flora Nativa de Valor Ornamental, Zona Norte”, de Paulina Riedemann, Gustavo Aldunate y Sebastián Teillier. Viene con un libro de Rutas y Senderos con muy buenos datos de circuitos para recorrer (2016)
- “Cuando el desierto florece. Volumen 1, Monocotiledóneas y otros taxones”, de Adriana Hoffmann, John Watson y Ana Flores (2015)
- Guía para apreciar las especies del Desierto Florido


Galería fotográfica: Las flores del desierto

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Nicole Saffie, Dirección de Comunicaciones, nsaffie@uc.cl


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