Skip to content

Estrés tóxico y post traumático: algunas de las consecuencias neurobiológicas que producen los abusos sexuales


El médico James Hamilton, y las académicas de Psicología UC Josefina Martínez y María Pía Santelices realizaron la primera clase abierta del Centro Cuida, alianza entre la Fundación Para la Confianza y la UC. En la actividad los profesionales explicaron las consecuencias que los abusos sexuales producen en las personas y cómo es que la crisis social puede afectar a menores de edad.

imagen correspondiente a la noticia: "Estrés tóxico y post traumático: algunas de las consecuencias neurobiológicas que producen los abusos sexuales"

photo_camera Según Hamilton, una persona sometida a abusos nunca va a ser la misma, pero puede llegar a ser muchísimo más de lo que jamás habría soñado. (Foto: Banco de Imágenes UC)

Dos gemelas idénticas, con los mismos cromosomas: ambas fueron dadas en adopción, pero solo una de ellas tuvo cáncer. Mientras una de esas mujeres tuvo una buena situación económica desde su infancia, la otra vivió una vida de abuso, maltrato, mala alimentación y poca actividad física. “No es que estuviera escrito en su genética, sino que una de ellas desarrolló el cáncer por sus experiencias de vida”, explicó el médico James Hamilton en la primera de las clases abiertas del ciclo que realizará esta semana Centro Cuida, alianza entre la UC y la Fundación Para la Confianza. Con este ejemplo, basado en un caso real, Hamilton explicó cómo es que la epigenética (es decir, las modificaciones en los genes que no obedecen a una alteración de la secuencia del ADN) puede incidir en las personas. 

Junto con esto agregó que el estrés post traumático es un daño físico real, un concepto biológico y médico que es concreto y medible. “Esta es una situación de emergencia y hay que cortarla con tener separadas a las ciencias. ¡Todas tienen que estar relacionadas!”, señaló. Hamilton hizo una distinción entre estrés post traumático y estrés tóxico, donde ambos pueden darse tras situaciones de abuso. El primero, señaló, se caracteriza por deterioro medible en las actividades cognitivas como el aprendizaje, la planificación, capacidad de solución, entre otras. El tóxico, por su parte, es un estrés que es fuerte, frecuente y prolongado en el tiempo. Es el que sufren personas que son constantemente abusadas y muchas veces es irreversible.

“Hay ciertos niveles de estrés que son positivos, como el que da cuando voy a jugar un partido de fútbol. Luego vienen otros que son tolerables pero transitorios (terremotos, cataclismos, etc.). Pero el estrés tóxico es tremendamente dañino”, dijo. Basándose en la experiencia científica, Hamilton explicó una serie de procesos que sufren las personas que han sido sexualmente abusadas. “El cerebro se afecta en el hipocampo, pues la adrenalina puede ir matando células. Cuando uno se estresa y está en estrés permanente se mueren células cerebrales, ¡se mueren!”, dijo. 

¿Cómo prevenirlo?

Durante su presentación, se refirió además a las distintas aristas que permiten enfrentar y buscar la superación de un trauma, entre las cuales destaca el apoyo de la comunidad, las terapias mixtas y las terapias físicas. Según Hamilton, los efectos de los abusos pueden ser recuperables. “Hay una cierta reversibilidad, pero en la medida que pasa el tiempo y nos hacemos más viejos somos menos flexibles a esa reversibilidad”, dijo. Entre los factores que juegan a favor luego de estos episodios, el médico también recomendó la actividad física y la buena alimentación.

El impacto del estallido

Luego de la charla de Hamilton y de un participativo espacio para preguntas, vino el turno de las psicólogas María Pía Santelices y Josefina Martínez, directora académica y directora, respectivamente, del Centro Cuida. Ambas se refirieron al impacto que el estallido social de octubre puede producir en las personas, en forma específica en los menores de edad.

“Durante situaciones de trauma o en los mismos días de crisis social, es clave reforzar la empatía con nuestros niños, oír sus preocupaciones, pero también compartir las nuestras, conversar sobre sus angustias, pero sin aumentar la sensación de peligro”, dijo María Pía Santelices.

“Cuando hay un trauma, o un estrés como en estos días de estallido social, nos olvidamos de que los niños y niñas no tienen los recursos para procesar la situación”, agregó Josefina Martínez, psicóloga UC y también miembro del Centro de Estudios del Buen Trato. Ambas expertas coincidieron en que resulta clave determinar el rol que debiesen tener los menores en esta crisis y propiciar la participación. 

Cuida UC

El Centro Cuida busca promover y desarrollar investigación sobre abuso y eventos adversos en niños, niñas y adolescentes, con especial atención al contexto eclesial. Entre sus objetivos está identificar las condiciones que promueven el abuso, desarrollar estrategias para prevenirlo, identificar el impacto de la adversidad temprana en la salud, diseñar instrumentos de intervención y medios de reparación a las víctimas, e impulsar políticas que promuevan el bienestar en la niñez y adolescencia. Este proyecto nace de una alianza entre la UC y la Fundación Para la Confianza.


¿te gusta esta publicación?
Comparte esta publicación

Contenido relacionado