Estudio revela envejecimiento poblacional, caída de nacimientos y alza en divorcios en Chile
Investigación realizada por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia (Redifam) y la U. Austral de Argentina, en la que participó el Centro UC de la Familia, abarca a varios países de Latinoamérica y profundiza en un escenario que ya había mostrado el último Censo respecto al envejecimiento de la población. Las investigadoras plantean medidas y hacen un llamado a avanzar en políticas públicas que aborden esta situación.
photo_camera Chile es uno de los países con mayor envejecimiento del continente. Foto: Caminata 60+, Campus San Joaquín, octubre 2024.
Un nuevo escenario y un desafío sin precedentes para nuestro país es lo que muestra una investigación realizada por la Red de Institutos Universitarios Latinoamericanos de Familia (Redifam) y la Universidad Austral de Argentina, en la que participó el Centro UC de la Familia.
El estudio –en el cual colaboró la directora del centro UC, Carolina Salinas, la investigadora Nicole Elizondo y el ayudante de investigación Matías Rojas, y que se puede revisar aquí- abarca a otros países de Latinoamérica y profundiza en un escenario que ya había mostrado el último Censo respecto del envejecimiento de la población chilena y que fue analizado en el capítulo 6 del podcast “Código abierto”, de Derecho UC.

En este contexto, el informe expone datos alarmantes sobre el acelerado envejecimiento de la población en Chile, que hoy presenta la natalidad más baja de América Latina, con una caída sostenida. Este fenómeno, sumado a profundas transformaciones en las estructuras familiares, plantea urgencias en materia de políticas públicas, salud y previsión social.
Los detalles del informe
Entre otras cosas, el informe revela que Chile ha alcanzado una Tasa Global de Fecundidad (TGF) de apenas 1,03 hijos por mujer, el nivel más bajo del continente y muy por debajo del umbral de reemplazo generacional (2,1). Además, su Tasa Bruta de Natalidad se ubica por debajo de 10 nacimientos por cada 1.000 habitantes: apenas 7,7 nacimientos por cada 1.000 habitantes, muy por debajo del promedio regional de 14,5 (CEPAL 2023), lo que lo situá junto a Argentina como uno de los países con menor crecimiento natural en la región. Esta transición demográfica avanzada se traduce en una población cada vez más envejecida.
El informe advierte que Chile comparte este desafío con Uruguay y Argentina, y que se destaca como uno de los países con mayor envejecimiento del continente. Además, nuestro país presenta una de las edades medianas más altas de América Latina (34,3 años), solo superada por Brasil y Uruguay, lo que refleja un desplazamiento sostenido hacia una estructura etaria más envejecida.
A ello se suma que Chile lidera la región en esperanza de vida al nacer, con un promedio de 81,2 años, significativamente por encima del promedio latinoamericano de 75,8 años, lo que refuerza la necesidad de planificar políticas públicas sostenibles para una población cada vez más longeva.
Otros datos reveladores
El fenómeno no es sólo numérico: las estructuras familiares están cambiando drásticamente. En Chile, el hogar nuclear sigue siendo mayoritario (57,6 %), pero crecen los hogares unipersonales (16,6 %) y los hogares sin núcleo (7,6 %), que incluyen convivencias no familiares.
Estos datos muestran una diversificación de formas de convivencia, con menos niños en casa y más adultos mayores viviendo solos, lo que plantea nuevos desafíos sociales y económicos.
El informe también alerta sobre la creciente fragilidad de las uniones: Chile lidera la tasa de divorcio de la región con 59 divorcios cada 100 matrimonios, seguido por Ecuador y Brasil.
Carolina Salinas, directora del Centro UC de la Familia, destaca que “son cifras que preocupan, pero a la vez nos permiten anticipar escenarios que pueden revertirse, como la soledad en la vejez, familias nucleares sin redes de apoyo para la crianza o familias con un fenómeno de hijo único que reduce la experiencia de lo familiar”. Además, señala que “en esa línea, la inversión en apoyo terapéutico ante los conflictos, la educación en valores y también el fomento de proyectos de vida familiares -y no sólo profesionales- en la juventud, resultan claves”.
“Son cifras que preocupan, pero a la vez nos permiten anticipar escenarios que pueden revertirse, como la soledad en la vejez, familias nucleares sin redes de apoyo para la crianza o familias con un fenómeno de hijo único que reduce la experiencia de lo familiar”- Carolina Salinas, directora del Centro UC de la Familia
En tanto, Nicole Elizondo, investigadora del Centro, enfatiza que estas cifras deben ser una alarma para las políticas públicas. “Necesitamos repensar el diseño de políticas públicas que reduzcan los costos directos e indirectos de criar hijos y faciliten la conciliación de la vida laboral y familiar. La evidencia internacional muestra que medidas como el apoyo financiero, la ampliación de la cobertura de cuidados infantiles y licencias parentales efectivas impactan positivamente en la decisión de formar familia y en el tamaño deseado de los hogares”, comentó.