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Excesiva atención en el SIMCE restringe el modo de concebir la calidad, opinan expertos


El primer seminario del ciclo Diálogos sobre calidad en Educación, organizado por el CEPPE y la Universidad Alberto Hurtado, analizó el tema de la calidad más allá de las mediciones estandarizadas.

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photo_camera Archivo UC


El jueves 19 de marzo pasado se realizó el primer seminario del ciclo Diálogos sobre calidad en Educación que organiza el Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación, CEPPE UC, y la Universidad Alberto Hurtado, UAH. El encuentro fue inaugurado por el director de CEPPE, el profesor de la Facultad de Educación UC Andrés Bernasconi, y fue moderado por el impulsor del ciclo de debates, el profesor de la UAH Juan Eduardo García-Huidobro.

Participaron Donatila Ferrada, profesora de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, que insistió en la necesidad de partir los procesos de mejora escolar desde la realidad de las escuelas; Tatiana Cisternas, directora de la carrera de Educación Diferencial de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), quien reflexionó sobre la calidad desde el punto de vista de la inclusión en la escuela, y el ex ministro de Educación Sergio Bitar, quien abordó los desafíos que los cambios actuales plantean al futuro de la educación.

 

Más allá de las mediciones

Andrés Bernasconi recordó que el Ministerio de Educación ha convocado ya a dos comisiones para revisar el SIMCE en los últimos diez años, la primera en 2003 y la segunda el año pasado. “La más reciente de ellas que sesionó en 2014 -y en la cual nuestro centro de investigación tuvo una destacada participación- concluyó, entre otras cosas, que un foco o atención excesiva en los puntajes del SIMCE como sinónimo o indicador único de calidad, deriva en una restricción del modo de concebirla”, sostuvo.

El reconocimiento social que se otorga a los logros de aprendizaje en algunas asignaturas, (Matemáticas, Lenguaje, Ciencias Naturales y Sociales), y los reflectores enfocados solo en ellas, se traduce en que otras dimensiones de la formación de los estudiantes y de los procesos escolares queden opacadas o invisibles”, agregó.  

Bernasconi precisó que incluir más dimensiones en lo que se evalúa no es la única respuesta, y que ampliar la noción de calidad no significa abandonar el propósito de entregar a los jóvenes los conocimientos y habilidades ‘tradicionales’ indispensables para desenvolverse en el mundo laboral.

 

Panelistas: “El SIMCE no es un indicador de una escuela inclusiva”

La profesora Tatiana Cisternas recordó que al menos discursivamente, existe un consenso ideológico en el Chile actual: a la escuela le hace bien ser diversa. Sin embargo, advirtió, “adherir a una escuela diversa actualmente resulta difícil, dar el salto desde la intención a la práctica. No sabemos mucho qué sucede en las escuelas inclusivas, qué dinámicas se dan”.

Y agregó: “El SIMCE no es un indicador de una escuela inclusiva. La evaluación estandarizada deja fuera otros aspectos relevantes del aprendizaje. Por ejemplo, un elemento crucial, que es el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje entre pares en grupos heterogéneos”.

Por su parte, la expositora Donatila Ferrada reflexionó sobre la calidad, pero con una mirada desde el profesorado. Sostuvo que el concepto de calidad está pensado “desde fuera de los territorios, pensada desde el centralismo. Desde la visión monocultural y monolinguística. En definitiva, el concepto de calidad educativa está pensada desde el poder, es decir, desde la  desigualdad”.

Citó a una profesora del sector de Butalelbún, Alto Bíobío, quien señaló: “Aquí vienen y aplican las pruebas como el SIMCE, pruebas en castellano, con preguntas de la cultura chilena y de otras parte del mundo, las aplican con unos tiempos definidos. Ellos no saben, por ejemplo, que los niños pehuenches son más lentos para todo, porque la vida aquí es más lenta, los animales deben caminar lento porque viven en altura, aquí en la cordillera, y por eso no se le puede apurar. Entonces, los niños no es que no sepan contestar esas pruebas, sino que no alcanzan, porque ellos no tienen apuro, su cultura no opera por el tiempo lineal, es circular. Luego de eso salen los resultados y dicen que nuestra escuela es de mala calidad…”.

Ferrada llamó a pasar de las decisiones y definiciones impuestas centralizadamente a construcciones colectivas de los sujetos situados desde sus propios territorios, lengua y cultura.  

El ex ministro de Educación Sergio Bitar expuso sobre educación y futuro, señalando que “los países que van a tener más posibilidades son aquellos que educan a sus niños con una mirada y competencias globales”.  

Bitar dijo que, para formar estos ciudadanos globales, es necesario priorizar la educación cívica y la ética, aumentar el intercambio y la permanencia de los estudiantes en otros países, promover la capacidad de trabajar en equipo, apreciar la diferencia y generar un sentido de responsabilidad social o colectiva, por encima de la ganancia individual.  “Hay que mejorar la convivencia y aumentar la confianza en el otro”, señaló.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Francisco Zabaleta, CEPPE, fzabaleta@uc.cl


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