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Expertos nacionales y extranjeros dieron vida al II Congreso Internacional sobre Educación y Pobreza (CIEP)


El encuentro se desarrolló en Campus Villarrica y congregó a alrededor de 200 asistentes, entre los que destacaron académicos y estudiantes de pedagogía.

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photo_camera Archivo UC

Clases magistrales, simposios, talleres y ponencias compusieron la segunda versión del Congreso Internacional sobre Educación y Pobreza (CIEP), cuya organización estuvo a cargo del campus Villarrica UC en colaboración con destacadas instituciones y organizaciones, como UNICEF y la Fundación Superación de la Pobreza.

El evento tuvo por objetivo contribuir al conocimiento de la intersección entre educación y pobreza a la luz de la investigación contemporánea, tanto en Chile como en otros países del orbe, donde el tema se ha vuelto un campo de estudio importante. En la versión 2018 de CIEP se realizaron ocho conferencias a cargo de profesionales residentes en Estados Unidos, Sudáfrica, Perú y Chile, quienes expusieron la realidad de sus respectivos países en torno a la temática en análisis. Asimismo, investigadores de diversas universidades de nuestro país tuvieron la oportunidad de exponer sus trabajos mediante ponencias, talleres, simposios y conversatorios que tuvieron ocasión durante los días del congreso.

“Fueron tres días de aprendizaje profundo y significativo. Tuvimos experiencias muy enriquecedoras y los participantes señalaron que fue una experiencia muy importante para ellos, así que estamos muy conformes. En relación al congreso anterior (2015), éste fue un poco más largo en cuanto a días y con más presencia internacional. Ahora dejaremos pasar una cantidad de años prudente para que los investigadores produzcan material nuevo y lo puedan presentar en una próxima edición”, comentó Alfredo Gaete, académico del Campus Villarrica e integrante del comité organizador.

Stephanie Jones (University of Georgia), Viviana Gómez (UC), Salim Vally (University of Johannesburg), Daniel Contreras (UNICEF-Perú), Cathy Amanti (Georgia State University), Claudia Matus (UC), Carol Anne Spreen (New York University) y Sara Goldrick-Rab (Temple University) fueron los conferencistas que expusieron masivamente temáticas como “Pagar el precio. El persistente impacto de la pobreza sobre el logro académico en la educación superior”, “Equidad educativa y derechos humanos: las oportunidades y barreras para la equidad educativa en América Latina” y “Formación inicial docente: por qué cambiar las creencias sobre pobreza es un tema controvertido”.

Desigualdad v/s Oportunidades
Relatando el contexto de su país de residencia, todos los expertos que brindaron clases magistrales dieron cuenta de un problema transversal, sentenciando a la inequidad como la principal responsable de la crisis en la educación a nivel global.

Daniel Contreras, profesional que actualmente se desempeña en UNICEF Perú, expuso cifras desalentadoras del panorama en América Latina: el 3% de los adolescentes es analfabeto. Además, en el caso específico del país altiplánico, los resultados de los exámenes aplicados a los estudiantes muestran una realidad preocupante. “A medida que se progresa en la vida escolar, los resultados no van mejorando. En segundo año de primaria, 1 de cada 12 niños está en el nivel donde le corresponde; en la prueba de secundaria, 1 de 5; y en el mundo rural, 1 de cada 50”, detalló Contreras.

Pese a ser una potencia mundial, la realidad educacional en Estados Unidos también es compleja según evidenciaron las cuatro expositoras provenientes de dicho país. La profesora Sara Goldrich-Rob, de Temple University, señaló que actualmente son altísimos los aranceles para acceder una casa de estudios superiores en EE.UU, y que varios de los jóvenes que logran entrar al sistema muchas veces no tienen cómo mantener costos paralelos a la universidad (alimentación, hospedaje, compra de libros, etc.). En ese contexto, fue testigo de cómo algunos estudiantes de prestigiosas universidades como Yale o Harvard no tenían qué comer o un lugar donde dormir. “Hace 50 años en EE.UU. solamente un tercio de las personas que crecía en familias pobres pensaba ir a la universidad. Actualmente la educación universitaria es carísima y tenemos por primera vez una generación que piensa que hay una posibilidad de retroceder en vez de avanzar”, manifestó la docente universitaria.

Si bien los profesionales concordaron en que las soluciones pasan por un trabajo compartido, instaron a que los docentes conozcan la realidad de sus estudiantes para entender cómo ésta influye en sus resultados académicos y en lo que podrían aspirar en un futuro. “No podemos esperar que los niños lleguen a la escuela listos para aprender si no tienen padre, si están hambrientos, si los han echado de sus casas o si caminan muchas horas para llegar a estudiar. Tenemos escuelas que -en muchas ocasiones- son la contraparte de las escuelas de excelencia, la vasta mayoría no corresponde a ellas. La desigualdad tiene un impacto profundo para alcanzar los resultados que deseamos obtener”, opinó el Dr. Salim Vally, de la Universidad de Johannesburgo, Sudáfrica.

Por su parte, la Dra. Cathy Amanti, de Georgia State University, concluyó que para los docentes “es importante salir de la escuela, de la zona de confort. Aquello es una experiencia transformadora para los profesores. Recuerdo cuando visité el hogar de una estudiante y pude ver cómo ella se preocupaba y atendía a sus hermanos, fue totalmente diferente a como era en la escuela. Desde entonces, mi encuentro etnográfico se transformó en un agente activo más allá del aula y la distancia entre nosotras se aminoró, comenzó a ser más participativa. Me pregunto qué hubiese pasado si hubiera visitado antes a esa familia”.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Campus Villarrica


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