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Foco Ciudadano Mide UC: ¿por qué no siempre somos honestos?


Los resultados del tercer y último módulo del proyecto de Mide Sociedad revela que los ciudadanos reconocen, aunque en una medida acotada, la realización de diversas faltas cotidianas. Sin embargo, atribuyeron a sus cercanos una probabilidad muy superior de transgredir. Esta discrepancia, así como algunos factores sociales y psicológicos que se relacionan con la tendencia a transgredir, son analizados en esta encuesta. Revisa AQUÍ el reportaje de TVN.

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photo_camera Archivo UC

¿Somos honestos en nuestro actuar?. Es una de las preguntas que abordó el módulo "Faltas éticas cotidianas", de la Encuesta Foco Ciudadano durante su lanzamiento el 27 de julio. La investigación a cargo de Mide Sociedad, fue presentada por Jorge Manzi, director del Centro de Medición Mide UC y por Héctor Carvacho, profesor de la Escuela de Psicología UC e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR). Los resultados fueron comentados por Sergio Micco, doctor en Filosofía y docente del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, y por Matías del Río, periodista de TVN y Radio Duna. Además, en la jornada participó el prorrector de la Universidad Católica, Guillermo Marshall, quien se refirió a la relevancia de esta investigación teniendo en cuenta la aguda crisis de desconfianza social.

“Las microtransgresiones morales son acciones que cualquiera de nosotros puede hacer en la vida cotidiana y que van en contra de una norma social que nos permite vivir en armonía. Estas pueden ser ilícitas o pueden no estar sancionadas legalmente”, aseguró Carvacho a propósito del estudio que analizó diez situaciones en el cual las personas realizaban faltas éticas. De ellas, las más concurrentes fueron falsear el currículo en una entrevista y quedarse callado cuando se burlan de un colega; y en las menos probables se encontraron usar el estacionamiento para discapacitados y no ayudar, por ir apurado, a una persona que ha caído.

Además, el estudio indica que la gran mayoría de los encuestados se considera honesto. El porcentaje de quienes declara faltas a la ética varía entre 4 y 17 por ciento, a diferencia de lo que piensan sobre sus mejores amigos, a quienes se les adjudica transgredir las normas morales entre un 17 y un 40 por ciento.

Según Jorge Manzi, esta diferencia revela un autoengaño, pues nuestros amigos con seguridad se comportan de manera muy semejante a nosotros. “Verdaderamente creemos ser más honestos que nuestros amigos, debido a que activamos un mecanismo de defensa con el que justificamos las transgresiones que cometemos, e incluso las olvidamos cuando pasa el tiempo. Esto nos hace posible mantener una autoimagen positiva de nuestra honestidad a pesar de haber fallado éticamente”, explica. 

Por otro lado, la encuesta reveló que las transgresiones no están asociadas a la pertenencia de un grupo socioeconómico, geográfico, político o religioso; que la empatía a valores universales se asocia a una menor ocurrencia de faltas éticas; que las personas que creen que las desigualdades sociales son legítimas son más propensos a cometerlas; y que las transgresiones aumentan cuando tenemos la expectativa de que nuestros amigos también las cometerán.

Durante la jornada, Sergio Micco aseguró que este estudio invita a la reflexión multidisciplinaria ya que tiene una gran relevancia social. “Vivimos un momento donde somos extraordinariamente críticos de nuestras élites, sin embargo, no somos tan buenos como parecemos ser, le exigimos a los demás normas morales que nosotros no cumplimos. Basta ver nuestra realidad, posteriormente al 27F y a los saqueos, muchos argumentaban que robaban bienes de empresarios egoístas e inescrupulosos, es decir, pensamos que vivimos en una sociedad muy injusta por lo tanto no hay nada malo en transgredir”, argumentó.

En esta misma línea, el periodista y comentarista de la encuesta, Matías del Río, aseguró que: “el tema de fondo en este mundo binario, de lo bueno y lo malo, de si hay reforma de educación o no, de si cambiamos la AFP o no, es en qué escala de los grises nosotros queremos instaurar cada aprendizaje. Muchas personas no saben o no tienen conciencia de cómo transgreden ya que es parte de su realidad, de su crianza. Los que somos padres debemos educar actuando correctamente y no en echarle la culpa a los grandes conglomerados por ser unos sinvergüenzas. No seamos cínicos cuando nos preocupa que nuestros hijos no reflejen lo que somos nosotros o lo que es nuestro mejor amigo”.

Finalmente, Jorge Manzi se refirió a la posibilidad de revertir estas conductas. “Nuestro país tiene una mitología de origen basada en el roto chileno, un personaje que se aprovecha de las circunstancias, eso quiere decir que hay una especie de orgullo por las ‘vivezas’ que hacemos. Para promover una cultura sin transgresión debemos poner el foco en generar una preocupación por la formación ética, promover las habilidades sociales y ser capaces de reconocer que tras una transgresión siempre hay una víctima”, afirmó.

La encuesta Foco Ciudadano se aplicó en diciembre de 2015 a una muestra probabilística de 1.300 personas de entre 18 y 64 años residentes en Santiago, la II, V, VIII y IX región. El estudio Faltas éticas en la vida cotidiana, corresponde al último y tercer módulo que conforma la encuesta. En mayo se publicaron los resultados referidos a Participación política y descontento en Chile; y durante junio se publicó el estudio sobre Solidaridad y el Índice de Solidaridad.

Revisa aquí el estudio.

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Cristina Durán, periodista Mide UC, cristina.duran@uc.cl


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