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Científicos UC manifiestan preocupación por marea roja en el sur de Chile


Académica de la Facultad de Ciencias Biológicas, Mónica Vásquez, explicó que se espera que el fenómeno que afecta a la región de Los Lagos, se extienda por unas 3 semanas más. En esta oportunidad, el florecimiento de la microalga Alexandrium catenella ha provocado la existencia de marea roja.

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photo_camera Archivo UC

Gran preocupación ha provocado el nuevo brote de marea roja que se ha registrado en las costas del sur de Chile, específicamente en la región de Los Lagos, en la isla de Chiloé.

El fenómeno, como señalan los expertos, se debe a la floración de una microalga, en esta oportunidad, la Alexandrium catenella, que registra un alto nivel de toxicidad, que ha provocado la contaminación de los productos del mar, y con ello la ineludible paralización en la extracción de mariscos en las zonas afectadas.

El fenómeno, que se explica por la confluencia de diversos factores, ha comenzado a impactar económica y socialmente, por ahora, a la zona de Chiloé.

Al respecto, la académica de Ciencias Biológicas UC y experta en microbiología marina, Mónica Vásquez explica, en primer término, que este fenómeno conocido como marea roja “se conoce como el incremento desmesurado de una microalga particular, la cual se suscita de manera natural”. (Video: Entrevista en Mega)

Asimismo, detalla que en esta oportunidad, el fenómeno ha presentado características distintas a ocasiones anteriores, puesto que esta vez se presentó inicialmente en los canales y fiordos de Chiloé, pero que luego se extendió al mar abierto del Océano Pacífico, lo que ha facilitado su expansión hacia el norte, por el océano, hecho que ha aumentado su impacto y lo ha vuelto más difícil de controlar. “Al estar en mar abierto, la posibilidad de que esto se mueva de una manera que no se puede predecir, es muy alta, y está pasando que además la estamos encontrando en las cercanías de Osorno y eso es inusual. Nunca se había visto en esa zona esta microalga”, asegura la experta.

Por otra parte, Vásquez descarta que el arrojo al mar de más de 4 mil toneladas de salmones muertos, en marzo pasado, tenga relación con el fenómeno actual, puesto que estos fueron arrojados a más de 130 kilómetros mar adentro. “Al menos no hay comprobación científica de aquello, ni tampoco una relación causa-efecto”. Sin embargo, asegura que esto es una situación que se debe comprobar. 

“Los datos dicen que no hay relación, porque lo previsto es que los salmones se depositarían a 60 millas de la costa, donde no había posibilidad de que esto causara un desastre”, señala.

No obstante, hace la salvedad de que un aumento en los nutrientes en las aguas, como podrían ser las más de 4 mil toneladas de salmón arrojadas, es una carga de nutrientes, “lo que puede generar variaciones en el fitoplancton, se va afectar la cadena trófica y van a crecer organismos producto de la existencia de nutrientes”.

Una de las mayores preocupaciones es que la propagación de esta microalga no es posible detenerla, puesto que la Alexandrium catenella no tiene un depredador natural científicamente conocido. Asimismo, esta microalga comienza a asentarse en el fondo del mar, lo que podría provocar a futuro nuevas complicaciones. “Esta alga se enquista y se queda en el fondo del mar y por eso estamos preocupados. Se quedan en el sedimento del fondo del mar y al tiempo vuelven a florecer cuando las condiciones de temperatura y nutrientes mejora”, dice la académica.

En este momento, afirma Vásquez, “estamos en un momento que, de acuerdo a datos de otros colegas, estamos llegando al pick del fenómeno y tendríamos para 3 semanas más, por lo que tendremos moluscos contaminados por 5 ó 6 meses. Sin duda, esto es un problema social terrible. Para los mariscadores, es como si hubiera venido un tsunami”.

Es este escenario, el que justamente más ha complicado a quienes viven de la extracción marina, visión que ha sido reafirmada por Óscar Melo, economista agrario, de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal.

El académico explica que “el principal problema se produce por la caída en las ventas de productos del mar. En un contexto donde muchas familias dependen fuertemente de estos ingresos y en muchos casos tienen muy pocas alternativas económicas en el corto plazo. La disminución en sus ventas se ve afectada tanto por las restricciones por razones sanitarias, que afecta principalmente a mariscos en zonas decretadas con restricción, como también por el efecto que tiene sobre la demanda más general sobre productos del mar".

En ese sentido, el académico hace algunas sugerencias que debieran tomarse para enfrentar la situación: "Al igual que con catástrofes que afectan a otros sectores se debieran considerar seguros o fondos que permitan enfrentar las emergencias y estabilizar los ingresos de pescadores artesanales. Por otra parte, en mi propia experiencia la cadena de producción y comercialización de mariscos tiene muchos problemas, incluyendo sanitarios, por lo que una mayor inversión en este sentido también ayudaría a mejorar la confianza en el sector y gestionar mejor los problemas de marea roja y otras amenazas. Esa inversión pasa por una mayor capacitación, inversiones en infraestructura y fiscalización. Si se logra esta mayor confianza se genera más valor agregado y se atraen nuevos consumidores, aportando a la sustentabilidad del sector", detalló el experto.

 

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Nicolás Aracena, Prensa UC, niaracena@uc.cl

Virginia Soto-Aguilar, Prensa UC, msotoagu@uc.cl

 


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