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Investigación sobre la evolución del maíz revela baja en los micronutrientes


Alejandra Vidal, arqueóloga y académica de Antropología, encabeza un equipo de investigadores que estudian cómo los maíces prehispánicos hallados en el desierto de Atacama han ido perdiendo algunas de las cualidades nutricionales que tenían originalmente. Los resultados obtenidos hasta ahora han sido publicados en la prestigiosa revista Scientific Reports.

Mazorcas de maíz rojo ordenadas sobre una regla.

photo_camera Mazorcas con granos que datan del año 600 DC, halladas en un sitio arqueológico de Tarapacá. Crédito imagen: Alejandra Vidal y equipo.

Una investigación interdisciplinaria de arqueobotánica y fisiología vegetal en base a maíces prehispánicos del desierto de Atacama están llevando a cabo Alejandra Vidal, arqueóloga y académica de Antropología, junto a un equipo de investigadores formado por los académicos Hannetz Roschzttardtz y María Fernanda Pérez, de la Facultad de Ciencias Biológicas, y Mauricio Uribe, académico de FACSO, de la Universidad de Chile. 
El estudio desarrollado en los últimos años ha revelado el cambio morfológico y genético que han experimentado mazorcas y granos de maíz en más de 2.400 años.

“Como arqueóloga veía gran cantidad de mazorcas y de granos que aparecían en sitios arqueológicos domésticos, principalmente en el área tarapaqueña, de Iquique al interior. Observando estas mazorcas vi que efectivamente habían cambios en los tamaños, en las coloraciones y en los tipos de granos. Así, en el año 2016 surgió la idea -con María Fernanda Pérez- de hacer una evaluación sistemática para ver si estos maíces a lo largo de miles de años han sido seleccionados y modificados por los grupos humanos prehispánicos”, comenta Alejandra Vidal. 

Los resultados que fueron obtuviendo a medida que avanzaba la investigación les sorprendieron: los maíces habían aumentado sus tamaños a lo largo del tiempo. Y presumiblemente esto se podría deber a dos fenómenos, explica la investigadora. Por un lado, debido a la selección realizada por parte de los grupos humanos prehispánicos y, por otro, –como mostraban los resultados de otra investigación paralela– a la fertilización de estos maíces en un momento determinado. Así lo demostraban las mazorcas más antiguas que no superaban los 5 cm. de largo a diferencia de otras de un período más avanzado (período incaico), donde ya medían 12 centrímetros, con una morfología similar a la de los maíces que todavía se encuentran en el norte grande. Estos primeros hallazgos fueron publicados en la revista Plos One

“Como arqueóloga veía gran cantidad de mazorcas y de granos que aparecían en sitios arqueológicos domésticos, principalmente en el área tarapaqueña, de Iquique al interior. Observando estas mazorcas vi que efectivamente habían cambios en los tamaños, en las coloraciones y en los tipos de granos", cuenta Alejandra Vidal acerca de los incios de la investigación. Crédito imagen: Alejandra Vidal.

Selección, evolución y micronutrientes

La evaluación de los restos vegetales –que aparecen en contextos prioritariamente prehispánicos– para responder preguntas sobre los hábitos alimenticios de la población ha sido el motor de las investigaciones encabezadas por Alejandra Vidal.

En estos estudios se han considerado maíces de diversos períodos, desde algunos que tienen alrededor de 2.400 años de antigüedad hasta maíces contemporáneos, pasando por todos los períodos (formativo, intermedio tardío, tardío y colonial). La pérdida de micronutrientes en los cereales como el trigo, el arroz, la cebada, y el maíz se evidenció a partir de los años 70. Las mediciones de calidad de la época arrojaron que después de la "revolución verde" de los años 50, donde se impulsó la “agricultura intensiva” a través de la selección de semillas para conseguir una producción masiva y así poder alimentar a la población europea y estadounidense en el período de post guerra, los cereales habían perdido micronutrientes. 

"La revolución verde cumplió muchos de sus objetivos, pero en los años 70, cuando comenzaron a evaluar la calidad de estos cereales se evidenció que en 20 años de selección intensiva, estos habían perdido cualidades, especialmente, minerales. Y, hasta el día de hoy, no se sabe cómo se produjo este fenómeno en tan poco tiempo", explica minicuosamente la investigadora. Es decir, la producción de los cereales había aumentado en ese período, pero sus micronutrientes habían disminuido, especialmente minerales tan importantes como el hierro

"Nos dimos cuenta de que, en la medida en que avanzaba el tiempo, sucedía algo similar a lo ocurrido con la revolución verde: el hierro se iba perdiendo y probablemente por esta selección intensiva" - Alejandra Vidal, antropóloga UC

Alejandra Vidal especifica que la mayoría de las personas no consigue el hierro para su alimentación a través de la carne, si no que la consigue por medio de los cereales. "Que estos perdieran hierro es algo crítico. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hicieron llamados a tratar de entender por qué se estaban perdiendo estos minerales. Nos preguntamos, entonces, si esto habrá sucedido también en el pasado, dado que nosotros sabemos que los maíces sí fueron seleccionados, en un tiempo mucho más prolongado, no en 20 años, sino que a través de varios siglos", comenta la académica.

La pérdida de micronutrientes como el hierro en maíces antiguos es algo que aún investiga Alejandra Vidal y su equipo. Los resultados obtenidos hasta ahora fueron publicados por la prestigiosa revista Scientific Reports. Crédito imagen: Alejandra Vidal y equipo. 

El hierro 

¿Qué arrojaron los análisis del hierro en los maíces prehispánicos? A partir de un camino exploratorio y sin tener una hipótesis clara, "para nuestra sorpresa descubrimos que los maíces de 2.400 años de antigüedad tienen en sus células, particularmente en sus núcleos, gran cantidad de hierro", revela Alejandra Vidal.  "Lo comprobamos con más análisis en Francia y nos dimos cuenta de que, en la medida en que avanzaba el tiempo, sucedía algo similar a lo ocurrido con la revolución verde: el hierro se iba perdiendo y probablemente por esta selección intensiva". Estos resultados fueron publicados en la prestigiosa Scientific Reports el año pasado.

Ahora bien, por qué se produce esta baja de hierro es lo que aún está investigando la académica de Antropología y su equipo, a través del análisis genético de los maíces. En 2019 hicieron extracciones de ADN antiguo en la Universidad de Santa Cruz, California, y ya tienen la secuencia genética completa de once especímenes de maíces antiguos. Con estas secuencias completas podrán seguir estudiando aún si hay una selección de ciertos genes que puedan estar asociados al metabolismo de hierro de los maíces. Y esperan publicar los hallazgos en 2023. "Será relevante, más allá de los resultados, publicar la secuencia genética de los maíces antiguos", afirma la investigadora. 


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