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La deuda pendiente con la educación inicial


La educación superior en Chile es una de las más caras de Latinoamérica, inversión que contrasta con la destinada a la educación inicial, a pesar de que esta última genera beneficios a largo plazo para los niños y niñas más vulnerables. Ernesto Treviño, profesor de la Facultad de Educación y director del CENTRE UC, explica por qué esta etapa es clave en el desarrollo educativo de los estudiantes.

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photo_camera La inversión pública en educación parvularia cayó un 12% entre 2015 y 2021, según el estudio Education at a Glance 2024. Foto: Pexels

Mejor inserción social, mayor participación en el mercado laboral formal, menor incidencia en el consumo de drogas y alcohol, e índices más bajos de criminalidad son algunos de los beneficios que, a largo plazo, entrega la educación preescolar.

Así lo aseguró Ernesto Treviño, profesor de la Facultad de Educación y director del Centro para la Transformación Educativa (CENTRE UC), quien indicó que “está demostrado que la educación inicial de calidad permite cambiar la trayectoria de vida de los niños y niñas más desaventajados”.

En Chile se destina solamente el 4,2% del PIB a educación, según mencionó el experto. Es decir, el 30% del gasto en educación en el país proviene de las familias. En cambio, en los países de la OCDE, cerca del 90% del gasto en educación es público.

La educación superior en el país es una de las más caras del mundo y tiene un alto grado de inversión pública y privada, lo que contrasta con la inversión en educación inicial.

El estudio Education at a Glance 2024  de la OCDE indica que en Chile se asignan USD 10.718 por estudiante en educación terciaria, frente a solo USD 6.347 en educación primaria. Además, señala que la inversión pública en educación parvularia cayó un 12% entre 2015 y 2021.

"Los centros de educación parvularia y básica se sostienen financieramente de forma frágil, y es necesario fortalecer la inversión en estos niveles para mejorar las oportunidades de estos niños y niñas” - Ernesto Treviño, académico UC. 

“La falta de inversión en educación inicial y básica representa una desventaja importante para los niños y niñas de familias de bajo nivel socioeconómico, que no alcanzan a llegar a la educación. Esto implica que los centros de educación parvularia y básica se sostienen financieramente de forma frágil, y es necesario fortalecer la inversión en estos niveles para mejorar las oportunidades de estos niños y niñas”, indicó el experto.

La educación inicial y las políticas públicas

Se han tomado medidas que han puesto a la educación inicial en el debate público, como el anuncio del presidente Gabriel Boric sobre el proyecto que amplía el derecho a sala cuna y crea un fondo para financiar su funcionamiento en establecimientos que cuenten con reconocimiento oficial del Estado.

También se aprobó recientemente la Ley de Modernización de la Educación Parvularia, la cual permitirá contar con información sobre la distribución de la matrícula en el territorio, hacer seguimiento individualizado de los niños y niñas, mejorar el sistema de postulación y matrícula, y dotar de más información a la política educativa.

Sin embargo, el académico recalcó que: “La gran deuda de esta ley es que no aporta recursos para cerrar las brechas de financiamiento por estudiante entre proveedores, donde un niño en un jardín vía transferencia de fondos recibe 35% menos recursos para su educación en comparación con un niño en jardines JUNJI de administración directa”.

El aporte de la UC a la educación inicial

El CENTRE UC, junto con el Centro de Primera Infancia del Tecnológico de Monterrey y la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes de Colombia, en el marco del convenio La Triada, presentaron el nuevo Certificado de Competencias en Políticas de Primera Infancia en América Latina.

El certificado —que es equivalente a un diplomado en Chile— busca fortalecer las capacidades técnicas y estratégicas de quienes diseñan, implementan o evalúan políticas públicas dirigidas a los primeros años de vida.

“Detectamos en México, Colombia y Chile una sentida necesidad por generar capacidades para influir en mejorar la calidad de la educación para la primera infancia en América Latina”, señaló Ernesto Treviño.

"Aún enfrentamos desafíos importantes, por ejemplo, en los niveles de prekínder y kínder, donde muchas veces se escolariza en exceso el enfoque pedagógico"- Ernesto Treviño, académico UC. 

Y si bien destacó los avances en políticas públicas, indicó que quedan importantes deudas en la región: “Las políticas de primera infancia en Chile están entre las más avanzadas de América Latina, con programas como Chile Crece Contigo —que ya están muy asentados—, una institucionalidad robusta y buenos niveles de calidad en educación inicial. Pero aún enfrentamos desafíos importantes, por ejemplo, en los niveles de prekínder y kínder, donde muchas veces se escolariza en exceso el enfoque pedagógico”.


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