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Re- conocer a Francisco


La venida del Papa Francisco a Chile, del 15 al 18 de enero de 2018, fue una oportunidad de acercarse a un Pontífice que, con frecuencia, sorprendía con sus gestos y declaraciones fuera de protocolo. Fue también la ocasión para que los chilenos conocieran mejor el pensamiento de Jorge Bergoglio, según el autor de este texto, Padre Felipe Herrera, publicado en la Revista Universitaria 147 de enero de 2018, el entonces director de Comunicaciones de la Comisión Nacional de la visita papal. Esas ideas y mensajes nacieron en Argentina, donde Bergoglio desarrolló una labor pastoral que lo distinguió entre sus pares, al punto de convertirse en el primer americano que encabezó la iglesia católica.

imagen correspondiente a la noticia: "Re- conocer a Francisco"

photo_camera Su presencia constante en los hechos mundiales más conflictivos, como la guerra en Siria, el proceso de paz en Colombia, los refugiados en Europa o la pobreza en América Latina, están determinados por su propia historia. Foto: Vatican News

Tras la confirmación de la visita papal, luego de la invitación del gobierno y de los obispos del país, viajé en una delegación a Roma en julio de 2017.

En ese momento, pudimos reflexionar sobre el Chile que visitará el Papa Francisco en enero próximo. El alma de esta nación está herida por las diferencias y con una fractura en la cohesión social. Su visita puede ayudar a mirarnos nuevamente como hermanos, restablecer las confianzas y construir una patria donde todos tengamos lugar.

Su llegada es una oportunidad para acercarse a él y conocer mejor los distintos aspectos que motivan su quehacer y su mensaje. Su presencia constante en los hechos mundiales más conflictivos, como la guerra en Siria, el proceso de paz en Colombia, los refugiados en Europa o la pobreza en América Latina, están determinados por su propia historia.

Como obispo, su vida ya era un testimonio de austeridad, para estar más cerca de la realidad de la mayoría de los seres humanos. Esto es, además, un signo propio de la palabra cristiana, como se puede leer en el capítulo 2 de la Carta de San Pablo a los Filipenses: “Jesús, siendo Dios se hizo hombre y pasó por el mundo como uno más entre tantos”.

Como obispo, su vida ya era un testimonio de austeridad, para estar más cerca de la realidad de la mayoría de los seres humanos- Padre Felipe Herrera Espaliat

En su caso, él ha ido madurando una relación con las periferias humanas. Por ejemplo, a partir de lo que conoció en las “villas miseria” de Buenos Aires. Ahí vio las heridas abiertas de la injusticia social y un ambiente muy hostil de delincuencia, drogas y familias quebradas, del cual es difícil salir.

Por eso, también insiste en las periferias existenciales, que se dan en una sociedad muy autorreferente e individualista, que no busca lo colectivo. Ella hiere a personas particulares, a jóvenes que viven sin esperanza y a adultos mayores. Esta es una realidad muy acentuada en este tiempo y que él ha visto en Europa. De ahí su insistencia en que los jóvenes se relacionen más con los adultos mayores, solitarios unos y otros, para que compartan.

Además, ahora que reside en Italia ha visto muy de cerca el drama de los expatriados y siente la vocación específica de ir al encuentro de quienes padecen esta situación.

El alma de esta nación está herida por las diferencias y con una fractura en la cohesión social. Su visita puede ayudar a mirarnos nuevamente como hermanos, restablecer las confianzas y construir una patria donde todos tengamos lugar.

 

Contra la erosión humana

 

En cuanto a la ecología integral, el Santo Padre tiene el convencimiento de que existe un daño que es mucho más profundo que el medioambiental. De una erosión humana que se expresa en desconfianza, egoísmo e individualismo, que finalmente se refleja en la crisis medioambiental. Como arzobispo ya alzaba la voz por esta realidad, pero ahora sabe que cuenta con una plataforma de acción global, que sus acciones concitan la atención de millones y pueden tener repercusiones mayores. Por ello, aprovecha mucho esas circunstancias para expresarse por medio de gestos concretos. Aunque en el caso del cuidado de la casa común, como él llama a la ecología, también remeció al mundo con su encíclica Laudato si’.

Respecto de la opción preferencial por los pobres, Francisco es un profeta de la justicia social, que arranca de su teología del pueblo.

Las fracturas sociales de la región

Como latinoamericano, tiene un conocimiento acabado de la región por viajes y acciones. Recordemos su rol en la redacción del “Documento final de Aparecida”, en 2007, cuando los obispos llamaron a buscar un orden social centrado en la dignidad del ser humano y la justicia. Además, vivió una dictadura en su país y conoce las fracturas sociales de la región, las heridas abiertas en toda América Latina. Es por eso que en la base de su pontificado está la promoción de la cultura del encuentro, que es propia de la cultura latinoamericana y que considera replicable en otras partes del mundo, para que todos podamos reconocernos iguales en dignidad, en derechos y en deberes.

Precisamente su encíclica Laudato si’ viene a engrosar el acervo de la Doctrina Social de la Iglesia, por lo que muchos lo han tildado de izquierdista, sin atender los discursos en los que valora el mundo de la empresa y del emprendimiento, pero toma distancia cuando estas se alinean con un tipo de economía que genera nuevas esclavitudes. Por lo tanto, se refiere a la necesidad de una economía solidaria, inspirada en los principios cristianos.

Cuando critica el modelo neoliberal, se refiere al que es salvaje. También reprocha los modelos sin libertad, que tampoco sirven. Ese deber de la solidaridad cristiana se complementa con Laudato si’, sobre el cuidado de la casa común, deber que se hace difícil en una economía centrada en el consumo y que no considera al hombre como núcleo del desarrollo.

La actitud de ciertos grupos de la sociedad civil que perseveran en sus críticas contra Francisco se debería, en parte, a que no hemos sabido transmitir bien la palabra de la Iglesia. Y esto es un desafío: renovarnos para entregar ese mensaje a los heridos, a las víctimas de la sociedad, a hacer de la Iglesia ese “hospital” adonde llegan los enfermos, utilizando la metáfora a la que el mismo Papa recurre habitualmente.

El Sumo Pontífice conoce esta actitud de crítica ácida que es incapaz de dialogar, porque él la ha vivido personalmente. En las dos primeras semanas, tras su elección, se le acusó de haber sido cómplice de la dictadura mientras era provincial de los jesuitas. Esto porque no habría protegido a dos jóvenes sacerdotes. Pero de inmediato aparecieron testimonios de personas que relataban casos en que había actuado en defensa de perseguidos.

(El Santo Padre) insiste en las periferias existenciales, que se dan en una sociedad muy autorreferente e individualista, que no busca lo colectivo. Ella hiere a personas particulares, a jóvenes que viven sin esperanza y a adultos mayores.

Multiplicar su mensaje

Las redes sociales y los medios online son los principales soportes para informar sobre la visita papal a nuestro país. Estas plataformas permitirán amplificar el mensaje del Papa Francisco en su difusión nacional e internacional.

Al mismo tiempo, se desarrollaron cursos sobre el lenguaje y los alcances de los mensajes papales. Esta estrategia se complementó con seis seminarios para comunicadores, realizados durante los meses previos. Por su parte, los organizadores y el equipo de comunicaciones, formado por 13 personas –periodistas, comunicadores audiovisuales y diseñadores– y decenas de colaboradores voluntarios, han trabajado en la visita papal con objetivos de corto y largo plazo hacia un mayor acercamiento futuro al Papa y la Iglesia.

Su constante presencia en los hechos mundiales más conflictivos como la guerra en Siria, el proceso de paz en Colombia, los refugiados en Europa o la pobreza en América Latina están determinados por su propia historia.

 

 

Un recorrido con más sentido 

Como se ha informado, el Papa Francisco visitará Santiago, Temuco e Iquique durante su estadía en el país. Cada una de sus paradas están relacionadas con el mensaje y la misión de su pontificado. La capital de la Araucanía duplica las cifras de pobreza en el país, por lo que su llegada se relaciona con la vinculación de su misión al mundo de los más desposeídos. En esa región también está presente la temática de la relación del hombre con la naturaleza, a través de la ecología integral que promueve su encíclica Laudato si’.

En Iquique, el Sumo Pontífice se vinculará con los inmigrantes que han llegado a esa zona, donde abordará el fenómeno desde la perspectiva de la misericordia. Además, tendrá la posibilidad de conocer los bailes de la fiesta de La Tirana, que se desplegarán especialmente para su visita. Esta celebración religiosa en honor a la Virgen del Carmen lo vinculará a María. 

En tanto, en Santiago su visita tendrá distintos frentes. En San Joaquín, visitará por primera vez un recinto penal; en el Templo Votivo de Maipú, entregará su mensaje pastoral a los jóvenes; y en la UC, se reunirá con el mundo académico y científico.

 


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