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Rector presentó sobre el futuro de la educación en Chile en la Academia Chilena de Ciencias Sociales


En su ponencia el rector señaló, entre otros aspectos, que el sistema de educación superior está llamado a reflejar la diversidad del país, por lo tanto,  la pluralidad, la diversidad de orientaciones y propuestas educativas deben estar presentes en la totalidad del sistema.

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photo_camera Archivo UC

En una reunión realizada en la Academia Chilena de Ciencias Sociales, el rector Ignacio Sánchez expuso sobre el futuro de la educación en el país junto al ex rector de la Universidad de Chile, Luis Riveros, y al académico José Joaquín Brunner.

La Academia Chilena de Ciencias Sociales, Políticas y Morales es una de las seis Academias que integran el Instituto de Chile -creado en 1964-, el cual busca promover el cultivo, progreso y difusión de las letras, las ciencias y las bellas artes.

En su exposición, el rector Ignacio Sánchez abordó tres aristas: el sentido de una universidad, el rol de las universidades católicas, y, por último, ideas sobre la reforma de la educación superior.

El rector se refirió a la educación y su relación con el Estado laico, diciendo: “Laicidad del Estado en todas sus instituciones, es, pues, un ejercicio constitutivo y recíproco de promoción y tutela del derecho y de valoración positiva de todos los sujetos, que implica su reconocimiento. De acuerdo a estas consideraciones, el sistema de educación superior está llamado a reflejar la diversidad del país. Es decir la pluralidad, la diversidad de orientaciones y propuestas educativas deben estar presentes en la totalidad del sistema. Esta diversidad no es un defecto que haya que tolerar, sino una virtud que el país debe cuidar. Así, el pluralismo al interior de cada institución debe tener como único límite el respeto a la dignidad de la persona y el bien común de la sociedad”.

Para continuar reflexionando sobre el sentido de una universidad, expresó que existe un ideal de universidad que, con distintos acentos, busca encarnar los grandes proyectos de universidad propuestos en los últimos siglos: “La universidad científica, concebida por Von Humboldt; la universidad napoléonica que la transforma en un conjunto de escuelas profesionales del Estado; la universidad humanista, imaginada por el cardenal Newman; la universidad constructora de cultura, de Ortega y Gasset; la universidad que cultiva un saber unitario, de Karl Jaspers; la universidad al servicio de la verdad, de Romano Guardini, y, más recientemente, la universidad forjadora de un nuevo humanismo, propuesta por Juan Pablo II cuando señala que ‘La Universidad Católica, como cualquier otra Universidad, está inmersa en la sociedad humana. Para llevar a cabo su servicio a la Iglesia está llamada -siempre en el ámbito de su competencia- a ser instrumento cada vez más eficaz de progreso cultural tanto para las personas como para la sociedad’”.

Sobre las universidades católicas, declaró que el rol público de ellas ha estado presente desde sus orígenes y se ha expresado en la calidad de su proyecto educativo, en la investigación y creación de nuevo conocimiento y en el compromiso con el país para ofrecer iniciativas orientadas al desarrollo del ser humano y a mejorar su calidad de vida. “Han constituido también un espacio propicio para el diálogo entre la fe y la cultura. Desde la Iglesia, ha existido un continuo diálogo y preocupación por sus universidades, para asegurar un testimonio de fe, de comunidad y de excelencia. Hoy nuestras universidades están comprometidas con el futuro de la educación superior de nuestro país”, explicó.

Respecto de  la reforma de la Educación Superior, la autoridad académica enfatizó que asegurar la calidad a través de una adecuada acreditación e implementar una institucionalidad actualizada de acuerdo a la diversidad del sistema son aspectos a establecer previo a la definición de las fuentes financiamiento público. “La nueva reforma de educación superior debe tener en cuenta que un sistema mixto, con función y orientación pública, carente de fines de lucro, forma parte de la cultura nacional desde sus inicios. Pensar la idea de universidad, su sentido y misión es un desafío necesario de abordar para el desarrollo integral de la sociedad”, agregó.

“El año que iniciamos será trascendente para la educación superior tanto universitaria como técnico-profesional. Se presenta el importante desafío de avanzar en acceso, calidad y financiamiento. Sólo de esta manera vamos a poder dar igualdad de oportunidades y cumplir con nuestra misión de aportar al desarrollo integral de las personas y del país”, enfatizó.

Entre los aspectos que destacó, se encuentra la necesidad de asegurar la calidad del proyecto educativo: “Es la prioridad fundamental. Requiere avanzar en los mecanismos de acreditación institucional, de carreras, y en la obligatoriedad de la acreditación de las instituciones. Es preciso perfeccionar los estándares de evaluación docente, recursos educacionales, infraestructura, sustentabilidad financiera e indicadores de productividad, entre otros. La acreditación debe ser un proceso de apoyo y acompañamiento más que una evaluación puntual de los procesos de una institución. Además, es importante ajustar los parámetros de acreditación al tipo de institución para poder evaluarlas bajo parámetros acordes a su naturaleza, misión y propósitos institucionales. Es vital actualizar la institucionalidad del sistema de educación superior e implementar recomendaciones de mejoramiento continuo de las instituciones. Favorecer el acceso equitativo y la permanencia de estudiantes con talento es uno de los objetivos del financiamiento público”.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA
Virginia Soto-Aguilar C., periodista, msotoagu@uc.cl


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