Andrés Charrier y su legado en la Facultad de Ciencias Biológicas

Un naturalista nato, curioso, creativo, abierto, proactivo y defensor de la biodiversidad. Esas son algunas de las características que mencionan con emoción quienes conocieron a Andrés Charrier Escobar (1971- 2025) para describirlo, contar sus historias y anécdotas.

Andrés Charrier, naturalista, herpetólogo y fotógrafo, se declaraba así mismo como un antropólogo extraviado. “La ranita de Darwin me encontró a mí, ahí se me produjo un cambio casi epistémico”, relató en una entrevista con Ladera Sur sobre el origen de su dedicación al estudio de los anfibios.

Sin embargo, años antes de que la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii) se cruzara en su camino, llegó al laboratorio del Dr. Eduardo Palma en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile para ser parte de un proyecto de largo plazo sobre ecología y epidemiología del virus hanta en Chile, financiado por el National Institutes of Health.

En esa misma conversación con Ladera Sur, Andrés Charrier recordó que su amistad con el biólogo Jean Paul de la Harpe, a quien conoció en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRAR), lo llevó a integrar este estudio de la UC. Gracias a esta investigación recorrió gran parte de Chile, desde el Altiplano hasta la Patagonia.

“Este proyecto tenía dos equipos que estaban muestreando todo el tiempo, entonces, a uno de ellos llegó Andy en 2001 por referencia de otro biólogo que lo recomendó porque era muy bueno para el terreno. En ese tiempo todavía no mostraba esa pasión por los anfibios, pero sí le encantaba la historia natural”, cuenta el profesor  Eduardo Palma.

"Colectamos todos los tipos de roedores posibles y las testeamos en la universidad en colaboración con investigadores de la Facultad de Medicina UC que también era parte del proyecto. Ahí Andrés tomó una pasión especial por todo lo que significó el trabajo de campo, pero también se involucró en la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez de la Facultad de Ciencias Biológicas clasificando especímenes, ayudando al entonces curador Patricio Zavala, donde aprendió más sobre historia natural”- profesor Eduardo Palma.

El académico, que en ese entonces estaba a cargo de la parte ecológica del estudio, relata que “colectamos todos los tipos de roedores posibles y las testeamos en la universidad en colaboración con investigadores de la Facultad de Medicina UC que también era parte del proyecto. Ahí Andrés tomó una pasión especial por todo lo que significó el trabajo de campo, pero también se involucró en la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez de la Facultad de Ciencias Biológicas clasificando especímenes, ayudando al entonces curador Patricio Zavala, donde aprendió más sobre historia natural”.

Pese a que trabajaron sólo 7 años de los 15 que implicó este proyecto, el profesor Eduardo Palma continuó colaborando con Andrés Charrier, con quien construyó una amistad: “Él se fue a trabajar con el académico Juan Armesto al Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), entonces el Andy tenía un espacio ahí en su laboratorio en la facultad. Y seguimos en contacto, de hecho, él me invitó a escribir un proyecto del Ministerio de Medio Ambiente, uno de estos fondos de protección ambiental, que era justamente para estudiar un par de especies de anfibios de la cordillera de Santiago. Además, yo era director de la Colección Patricio Sánchez en esa época y él se involucró mucho ahí. Constantemente estaba llevando especímenes y nos ayudaba a prepararlos”. “Andy manifestó su amor por la historia natural de muchas formas”, destaca el profesor Palma.

Patricio Zavala, excurador de la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes, recuerda algo similar a Palma: “Lo conocí cerca del año 2000 cuando empezó a trabajar en un proyecto del profesor Eduardo Palma de micro mamíferos relacionados con el virus hanta. Luego llegó el Andy a la colección, se puso a colaborar y transformamos el trabajo en una entretención. Nos quedábamos hasta tarde preparando los animales y yo le comentaba sobre algunas técnicas de taxidermia, pero él ya sabía cómo preparar pieles”.

“Después, cuando dejó de trabajar en el proyecto, el Andy siguió yendo al laboratorio y conversábamos un montón. Lo más característico de él, era que le gustaba mucho la naturaleza, pienso que era un naturalista neto. Andy recorrió casi todo Chile y fue una persona muy interesante, le daba importancia a toda la flora y fauna del país y, en especial, se dedicó a los anfibios. Hizo un trabajo importante, publicó la «Guía de Campo. Anfibios de los bosques de la zona centro sur y Patagonia de Chile». Nadie tenía tanto conocimiento de los anfibios como él”, subraya.

"Lo más característico de él, era que le gustaba mucho la naturaleza, pienso que era un naturalista neto. Andy recorrió casi todo Chile y fue una persona muy interesante, le daba importancia a toda la flora y fauna del país y, en especial, se dedicó a los anfibios"- Patricio Zavala, excurador de la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes.

Por su parte, Benito Rosende, actual curador de la colección que alberga la FCB, señala que conoció a Andrés Charrier cuando el herpetólogo ya formaba parte del laboratorio del Dr. Juan Armesto: “Yo tenía compañeros del doctorado y amigos que trabajaban en ese laboratorio, que también eran naturalistas. En esas conversaciones con otros laboratorios, hablando de especies y compartiendo el mismo espacio descubrimos que teníamos mucho en común, especialmente, el interés por la biodiversidad y la naturaleza”.

“Él fue muy cercano al CRAR, que actualmente está en Lonquén, y colaboró con el profesor Fabián Jaksic, entonces contaba sobre su participación en censos de aves rapaces, de migraciones, etc., y por ese lado tomamos una hebra común, y nos hicimos amigos”, rememora.

 

 

Andrés y la Colección de Flora y Fauna de la UC

“Oligoryzomys longicaudatus. Fundación Senda Darwin: Ancud, Chiloé. A. Charrier. Prep. Abril 2012”, se lee en la etiqueta de uno de los especímenes de la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes. Se trata de un ratón de cola larga que colectó y preparó Andrés.

Para Benito Rosende es evidente el aporte que tuvo Andrés Charrier en la colección en varios sentidos. “El primero es la cantidad de anfibios que trajo a la colección, pues hay una alta representatividad de especímenes teniendo en cuenta que la diversidad de anfibios en Chile es baja, si lo comparamos con los países vecinos. No sólo aportó con especímenes fijos, sino que también participó en la identificación de los mismos. Esto es bien notable porque lo hizo como un colaborador externo”, detalla. 

A lo que agrega: “También trabajó en la Senda Darwin y me consta que hay muchos especímenes de ahí. Por ejemplo, tenemos roedores que la etiqueta indica Fundación Senda Darwin y que fueron preparados por él. Es importante destacar que Andrés trabajó codo a codo con mi antecesor, Patricio Zavala, en la preparación de pieles, labor que requiere tiempo y una dedicación importante. Entonces, tenemos, por un lado, su aporte con los anfibios, que podríamos decir, era su fuerte como herpetólogo, pero él también estuvo muy involucrado en la identificación y preparación de especímenes de la colección que son los que exhibimos, por ejemplo, para el Día de los Patrimonios”.

Rosende asegura que las colecciones son como un imán para cualquier naturalista: “Su pasión por la biodiversidad y su labor en difusión siempre estuvieron de la mano, porque él era muy crítico del alcance limitado que tiene la ciencia para generar conservación efectiva y conectar con las personas, en ese sentido el trabajo que hizo dentro de la colección fue muy sinérgico. Hay un valor que tienen los museos y las colecciones que se van pasando esta posta de generación en generación, por ende, creo que Andrés fue muy tocado por esa escuela del naturalismo”.
 

"Su pasión por la biodiversidad y su labor en difusión siempre estuvieron de la mano, porque él era muy crítico del alcance limitado que tiene la ciencia para generar conservación efectiva y conectar con las personas, en ese sentido el trabajo que hizo dentro de la colección fue muy sinérgico"-Benito Rosende, actual curador de la colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes.

 

En tanto, el profesor Eduardo Palma cuenta que cuando llegó a la UC en 1998, antes de que iniciara este proyecto sobre el virus hanta, comenzó a ingresar mamíferos a la Colección de Flora y Fauna, especímenes que él mismo preparaba.

Años más tarde se integró Andrés, donde aprendió muy rápido a preparar pieles, trabajo que hizo durante varios años: “Por ejemplo, a veces a la colección nos llegaban mamíferos grandes, que encontraban atropellados, y el Andy se encargaba de preparar esos especímenes, podía estar ahí toda una tarde o buena parte del día. Le encantaba. Y esto era parte de su motivación y encanto por la vida silvestre, porque no era un trabajo remunerado, era absolutamente voluntario. Entonces, en la colección se involucró mucho con la preparación de animales, pero también fue donante de especímenes, anfibios y pequeños mamíferos, que traía de sus terrenos”.

“En ese sentido, Andy fue un gran difusor de la historia natural. También era muy inquieto, curioso, creativo y proactivo: siempre estaba pensando en que podía venir dentro de lo próximo. Era muy entusiasta e interesado por la historia natural y la biodiversidad. En la facultad se preocupó de todo lo que tenía que ver con actividades de difusión, andaba siempre buscando el apoyo de los académicos, de Fabián Jaksic, Juan Armesto, el mío, y de otros profesores UC para hacer cosas. De hecho, uno de los últimos correos que recibí de él era para pedirme el e-mail de Darko Cotoras, docente que es el actual director de la Colección de Flora y Fauna, porque seguramente quería conversar con él para hacer algo”, añade.

Su rol en la conservación de anfibios

En un capítulo del podcast “Inspirados por la naturaleza“, Andrés Charrier comentó que, de las aproximadamente 62 especies de anfibios descritas en Chile, él había logrado conocer 58 en terreno hasta el 2020.

En ese mismo episodio, se refirió al emblemático rescate de la ranita del Loa (Telmatobius dankoi) en 2019. Tras detectar que su hábitat natural se secaba, Andrés y el Dr. Gabriel Lobos lograron salvar a la especie de la extinción en un operativo que fue ampliamente destacado a nivel nacional e internacional.

Además, el herpetólogo y fotógrafo se dedicó años a coordinar el monitoreo a largo plazo de anfibios altoandinos en centros de esquí como Farellones y La Parva, entre ellos, el sapo de pecho espinoso (Alsodes tumultuosus) y el sapo del monte (Alsodes montanus).

No obstante, su labor trascendió estos proyectos. Charrier realizó muchos más estudios, monitoreos y acciones de conservación para diversas especies de anfibios en Chile. Complementó este trabajo científico y de terreno con una extraordinaria pasión por la divulgación científica: impartía charlas, talleres y realizaba actividades de difusión. Él mismo se consideraba “una bisagra entre la ciencia y la comunidad“.

 

Y en este puente que estableció con las personas, le gustaba escribir sobre historia natural, especialmente, libros para infancias. Dentro de sus textos más destacados están: “Guía de campo. Anfibios de los bosques de la zona centro sur y Patagonia de Chile”, “Historia natural de los animales del bosque“, “Croares: Concierto a cielo abierto” y “Agua y tierra. Anfibios y reptiles de América”.

Para el profesor Eduardo Palma el rol de Andrés en la protección de anfibios en nuestro país fue enorme. “Él constantemente aparecía en los medios de comunicación y en los programas sobre medio ambiente haciendo difusión. Fue un gran difusor de la historia natural, particularmente, su pasión eran los anfibios, pero partió mucho antes. Aprendió mucho conmigo y con el profesor Juan Armesto, y así fue encontrando su propio nicho”.

“Le encantaba enseñar y escribir para niños. También daba muchas charlas, lo invité varias veces al curso que dictaba en pregrado de Biología y Diversidad Animal en la facultad. Andy fue todos los semestres a hacer una clase sobre conservación de anfibios y los estudiantes quedaban fascinados. Él les hablaba sobre la diversidad de anfibios en Chile y la situación de los anfibios en el mundo, y les mostraba sus propias fotografías. Los chicos quedaban encantados, después de la clase querían ponerse en contacto con él. Andy comunicaba muy bien, era entretenido y ameno, pero no sólo eso, también tenía la capacidad de convocar. Siempre le decía: «Nos falta más gente como tú en la ciencia»”, recuerda.

"Algo que también es parte del legado de Andrés es que él entendió que la difusión no es una cosa accesoria, él evidenció la importancia de hacer puentes con la gente y con los niños, pero no lo vio como una obligación, sino como leitmotiv, e hizo varios libros”- profesor Benito Rosende, curador de la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes.

El curador de la Colección de Flora y Fauna Profesor Patricio Sánchez Reyes, Benito Rosende, coincide con el Dr. Palma: “Su aporte fue muy importante. En ese sentido, describió al «Alsodes cantillanensis», la rana de pecho espinoso de Cantillana, una especie micro endémica de Chile, como también realizó acciones de conservación. Un ejemplo es lo que hizo con la ranita del Loa. Estando en terreno encontró una población en una situación bastante paupérrima y generó todo un movimiento para que esos especímenes fueran colectados, traídos al Zoológico Metropolitano, se recuperaran y reprodujeran. Sé que estuvo además en los equipos de conservación de la ranita de Darwin”.

“No solamente estuvieron estas acciones bien concretas respecto a especies particulares, sino que están todos sus libros de divulgación. Tenía un tacto increíble para transmitir la información y se la jugó por la estrategia de hacer libros físicos, de los cuales soy un férreo defensor, porque a diferencia de las aplicaciones y páginas web, las publicaciones en papel no caducan. Algo que también es parte del legado de Andrés es que él entendió que la difusión no es una cosa accesoria, él evidenció la importancia de hacer puentes con la gente y con los niños, pero no lo vio como una obligación, sino como leitmotiv, e hizo varios libros”, resalta.

Para Patricio Zavala, excurador de la Colección de Flora y Fauna, Andrés Charrier está plasmado en cada uno de sus libros: “Él tenía el objetivo de responderle a la sociedad con sus publicaciones, libros y artículos, y yo creo que cumplió la misión. Lamentablemente se nos fue muy rápido, sin embargo, creo que el legado está en sus libros. Andy eligió un camino relacionado con la naturaleza y, afortunadamente, escogió el mundo natural de este país”.

“Hay un libro muy bonito que hizo para niños junto a Javiera Constanzo, que es la «Historia natural de los animales del bosque». Es un texto precioso para los chicos, pero ahí realmente uno puede ver como él interpretó la naturaleza”, concluye.