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CEDETI UC reflexiona sobre la invisibilización del autismo en las mujeres


En esta columna de Catalina Vidal y Nicol Fernández, coordinadoras de Neuropsicología en CEDETi UC, se invita a repensar las brechas históricas y actuales que persisten sobre las mujeres con discapacidad.

"Históricamente se ha concebido que el Trastorno del Espectro Autista (TEA, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5-TR), es una condición que en su mayoría la presenta los hombres. Las cifras estimaban que por cada 3 o 4 hombres, había solo una mujer con TEA (Minsal, 2011; Lampert -Grassi, 2018). Sin embargo, gracias a las recientes investigaciones, la mayor formación profesional y la propia experiencia de mujeres con TEA, se sabe que estas cifras podrían estar siendo invisibilizadas.

En nuestra práctica clínica en el Servicio de Neuropsicología de CEDETI UC, nos ha tocado ver en muchas ocasiones que las mujeres adultas que llegan derivadas por sus profesionales tratantes por una sospecha de trastorno del espectro autista, han pasado por circunstancias complejas de vida como acoso escolar, falta de apoyo social, y baja autoestima, que las han llevado a desarrollar episodios depresivos graves y frecuentes trastornos de ansiedad. Muchas de ellas también han tenido diagnósticos como trastornos de personalidad o trastorno afectivo bipolar, cuyos tratamientos farmacológicos han tenido consecuencias físicas o psicológicas que no siempre han ayudado con sus dificultades. 

A nosotras como mujeres, se nos enseña a autorregularnos mejor, a estar sentadas y tranquilas, a no hablar ni decir comentarios que pueden lastimar a los demás, a ser ordenadas y organizadas, somos criadas para cuidar y estar pendientes de los demás y, justamente, el TEA es una condición donde las mayores dificultades se encuentran ahí.  Y sucede que la educación que recibimos genera que muchos síntomas del TEA en mujeres se enmascaren y solo son visibles cuando las exigencias sociales, académicas y/o laborales aumentan y las ponen en evidencia, lo que genera claramente un desgaste emocional constante. 

En el día de la Mujer, queremos visibilizar esta situación, haciendo énfasis en que nos queda mucho camino por delante para mejorar los modelos de trabajo y la identificación temprana de síntomas asociados al TEA, principalmente en mujeres, porque la evidencia muestra que los criterios diagnósticos tienen características asociadas al género masculino. Por esta razón, es de vital importancia estar al tanto de que existen diferencias importantes en la expresión de la sintomatología asociada al TEA entre hombres y mujeres, y con ello, priorizar una detección temprana que permita entregar las intervenciones y herramientas que niñas, adolescentes y adultas con TEA puedan requerir".


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