El "secreto" para mejorar la seguridad laboral: la fórmula de la colaboración
Un estudio de los profesores de la Facultad de Economía y Administración Jeanne Lafortune y José Tessada demuestra, tras un experimento en más de 12.000 PyMEs, que una intervención de bajo costo centrada en promover la colaboración entre administradores y trabajadores es altamente efectiva para la seguridad, logrando una reducción significativa del 15% en la tasa de accidentes laborales.
photo_camera "Las políticas públicas deben enfocarse en fomentar la colaboración dentro de las empresas", afirman los autores despues de realizar esta investigación en más de 12 mil pequeñas y medianas empresas. (Crédito fotográfico: Aleksandar Andreev/Unsplash)
Para que las mejoras en el trabajo tengan éxito -como nuevos procesos de calidad o acciones más sostenibles, por ejemplo- necesitan más que del entusiasmo de un solo grupo: se requiere de la colaboración tanto de los directivos como de los colaboradores en una organización.
Dada esta premisa, los profesores Jeanne Lafortune, del Instituto de Economía, y José Tessada, de la Escuela de Administración, se preguntaron cómo una intervención simple que promueva la colaboración entre administradores y trabajadores, puede reducir significativamente los accidentes laborales.
Así nació una investigación que involucró a 12.761 pequeñas y medianas empresas (PyMEs), en colaboración con la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS). El “experimento” consistió en fomentar la colaboración explícita entre gerentes y empleados, centrándose en el tema de la seguridad laboral.
Como explican los autores, esta intervención permitió “explorar otros canales o tipos de información que se habían teorizado como posibles explicaciones, a la vez que también nos entregó una mirada respecto de la interacción dentro de las empresas de menor tamaño, en particular respecto del rol de la colaboración en la adopción o cambio de prácticas”.
¿Qué sucedió?
Uno de los resultados más relevantes fue la reducción del 15% en la tasa de accidentes laborales, lo que tiene implicancias directas para el diseño de políticas públicas. En palabras de los investigadores, “las políticas públicas deben enfocarse en fomentar la colaboración dentro de las empresas. En lugar de dirigir las intervenciones sólo a los administradores, es más efectivo involucrar simultáneamente a los trabajadores o dar herramientas para que el administrador, dueño o gerente pueda aunar los esfuerzos de todos”.
El estudio también descubrió que la medida tuvo un mayor impacto cuando se cumplían las siguientes condiciones:
- Gerentes informados: Cuando los gerentes contaban con información específica sobre la seguridad de su propia empresa. Esto subraya la importancia de que el líder tenga datos concretos para guiar la colaboración.
- Inversión mínima base: Cuando la empresa ya había implementado parcialmente algunas prácticas de seguridad (como tener equipos o guías básicas). Esto sugiere que la colaboración es más efectiva cuando ya existe una base mínima de inversión.
- Bajo control de supervisión: Cuando los supervisores estaban a cargo de pocos trabajadores (bajo "margen de control"), lo que sugiere que una supervisión menos extendida facilita la colaboración efectiva.
Como afirman los autores: “Esta colaboración mejora la adopción de prácticas de seguridad, como la capacitación, y genera beneficios al menos hasta 15 meses después de la intervención”.
Los aprendizajes
La experiencia fue plasmada en el artículo “Collaboration, Workplace Practice Adoption and Performance: Evidence from a Field Experiment”, aceptado en la revista científica Management Science, uno de los journals más prestigiosos en economía y gestión a nivel internacional. En el trabajo también participaron Francisco Brahm, profesor de London Business School, Reino Unido (como autor principal) y Catherine Magelssen, profesora de University of South Carolina, Estados Unidos.
Los académicos destacaron el desafío de haber trabajado con miles de empresas en distintas regiones: “Lo más desafiante fue implementar el experimento a gran escala manteniendo la calidad del diseño (…). La colaboración de la ACHS fue clave para todo eso, ya que trabajamos dentro de su logística, y su apoyo y convencimiento del propósito y utilidad del trabajo fueron fundamentales”.
Los autores subrayaron que “para poder diseñar el experimento, y luego en el análisis de los resultados, debimos explorar e incorporar no solo la mirada desde la economía sino también desde la gestión y la administración”, lo que permitió analizar en profundidad cómo la colaboración impacta la adopción de buenas prácticas laborales.
Finalmente, el estudio sugiere que la colaboración establece un conocimiento común entre las partes (que “todos entiendan lo mismo”), reduciendo la incertidumbre y permitiendo que las nuevas prácticas sean adoptadas con éxito.