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La Fiesta de Cuasimodo llevó a Jesús a los hogares de los más necesitados


A los gritos de “Santo, Santo, Viva Cristo Rey”, trece cuasimodistas y una comitiva de 52 miembros de la comunidad UC llevaron la eucaristía a los vecinos y vecinas de Villa Campus, en la comuna de Macul, que no pueden, por varias razones, asistir a las iglesias y/o capillas para recibir la comunión. Esto como parte de una costumbre típica del campo chileno que cada año se celebra en la Universidad Católica.

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photo_camera Los vecinos de Villa Campus en Macul salieron de sus hogares ante la llegada de los cuasimodistas y el carro que llevaba al Santísimo y al capellán General UC, Pbro. Jorge Merino. (Fotografía: César Cortés).

Trece jinetes recorren el sector de Villa Campus, en la comuna de Macul, con banderas chilenas y del Vaticano resguardando el carro donde viajan el Santísimo y el capellán General de la Universidad Católica, Pbro. Jorge Merino, todo como parte de una tradición del campo chileno que se celebra el segundo domingo tras la Pascua de Resurrección, pero que en la UC se realiza el primer lunes siguiente a este, y en la que se lleva la comunión a personas que, por distintas razones, no pueden salir de sus hogares.  

Se trata de la Fiesta de Cuasimodo de la UC, en la que este año participaron 52 personas desde la universidad, y es una iniciativa que lidera la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana junto a la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal. “Lo vemos en las casas, la alegría de la gente y la emoción de los enfermos postrados al ver a este grupo de jóvenes que llegan, al ver que Jesús viene a visitar sus corazones. Realmente es muy impactante cómo se emocionan, la alegría y la fe con que reciben a Jesús”, dijo el capellán General. 

“Esta tradición de Cuasimodo nos hace valorar aún más la posibilidad de recibir la Eucaristía porque organizar esto no es fácil, especialmente por la cantidad de cuasimodistas que necesitamos. Nosotros aquí podemos tener todos los días la posibilidad de recibir a Jesucristo. Esto nos tiene que hacer pensar más en el valor eucarístico”, destacó el padre Jorge Merino.   

Los cuasimodistas usan una vestimenta que incluye la esclavina que sustituye al poncho del huaso, quien hacía el recorrido en los orígenes de esta tradición, y un pañuelo en la cabeza que reemplaza al sombrero de campo. (Fotografía: César Cortés).

Llevando fe a los hogares 

Sara Navarro, vecina de Villa Campus, comentó que se emocionó mucho al ver llegar a los jinetes a su barrio. “He estado muy enferma y no puedo ir a la iglesia porque está muy lejos de aquí. Ésta es la primera vez que participo de Cuasimodo, antes iba a la iglesia todos los domingos, así que es una alegría, me van a dejar tan en paz y feliz”, dijo. 

“Vimos mucha necesidad de parte de los vecinos, íbamos a una casa y nos decían ‘justo tengo una vecina que también quiere’ y nos iban pasando direcciones para que las incluyéramos. En un momento les dijimos que cuando escucharan las campanas y los gritos de ‘Santo, Santo, Viva Cristo Rey’ salieran de sus casas, que ya íbamos a estar pasando y felices de darles la comunión”, comentó Clemente Manzur, coordinador de la Pastoral de Agronomía y estudiante de tercer año de esta facultad. 

Otra de las vecinas que participaron en la celebración fue Bernarda Quintero, quien por segunda vez recibió la comunión en su casa. “Antes mucha gente lo hacía, pero ahora que lo hagan los jóvenes me hace muy feliz”, señaló. 

"Realmente es muy impactante cómo se emocionan, la alegría y la fe con que reciben a Jesús", - Pbro. Jorge Merino, capellán General UC.

Por su parte, Teresa Faúndez, también vecina de esta comuna, comentó que “van a ser dos años desde que mi mamá está postrada, en 2022 también vinieron y fue super hermoso. Yo no estaba porque estaba trabajando, hoy me tocó. Siempre vienen y es maravilloso”. 

“Cuando vimos la gratitud en la cara de las personas, de las familias que son parte del recorrido que trazamos, nos sentimos llenos de alegría y confirmamos que todo el trabajo previo valió la pena, que esto se está haciendo por una buena causa. Esta gente de verdad tiene sed de Cristo y el hecho de poder llevarlo es una tremenda alegría, poder aportar con un granito de arena”, agregó el coordinador de la Pastoral de Agronomía UC.

La procesión de la Fiesta de Cuasimodo partió como cada año tras una misa celebrada en el Templo del Sagrado Corazón del Campus San Joaquín. (Fotografía: César Cortés).

Símbolos y tradición

La Fiesta del Cuasimodo es una celebración muy típica del campo chileno, se realiza desde el siglo XIX y sigue la costumbre que tiene la iglesia, en relación al mandato de comulgar una vez al año. “Muchos enfermos no podían hacerlo, entonces el domingo siguiente al Domingo de Resurrección los sacerdotes comenzaron a llevar la comunión a los enfermos. En los campos los empezaron a asaltar y por eso muchos de los huasos empezaron a acompañarlos para proteger al Santísimo y al sacerdote”, compartió la autoridad de Pastoral UC. 

"Esta gente de verdad tiene sed de Cristo y el hecho de poder llevarlo es una tremenda alegría, poder aportar con un granito de arena"- Clemente Manzur, coordinador de la Pastoral de Agronomía.

El nombre de esta celebración surgió del texto latino que corresponde a la antífona introductoria del domingo después de Pascua de Resurrección: “Quasi modo geniti infantes”, que significa “como niños recién nacidos”; en su desarrollo forman parte varios elementos que contienen una riqueza simbólica para la religión católica en Chile, lo que hace a esta tradición única en el mundo.

Entre ellas que la procesión de los jinetes siempre es presidida por la cruz y una campana que proclama la llegada del Santísimo. Todo esto entre las banderas de Chile y del Vaticano que son llevadas por los cuasimodistas, los que usan la “esclavina”, que sustituye al poncho del huaso, en señal de que se está haciendo un servicio a la Iglesia; y un pañuelo en la cabeza que reemplaza al sombrero de campo que se usaba en sus orígenes, en señal de respeto. 

Antes de que el sacerdote ingrese a una casa a dar la comunión, algunos jinetes se bajan del caballo y forman un arco con sus banderas, para custodiar al Santísimo. 

“Organizar el Cuasimodo de este año ha significado mucho aprender, delegar y usar nuevas herramientas, pero, sobre todo, una gran oportunidad de descubrir necesidades de nuestro alrededor que a veces no vemos, otras realidades en las que podemos impactar”, concluyó Trinidad Fernández, coordinadora de la Pastoral de Agronomía y estudiante de segundo año de esta facultad. 

Revisa cómo fue la Fiesta de Cuasimodo 2023:

 


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