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Los desafíos de Aprendizaje Servicio en formato remoto


Ingeniosas soluciones, perseverancia y mucho apoyo de la tecnología, han sido necesarios para que este programa, que pone a prueba los conocimientos de estudiantes solucionando problemas concretos de comunidades, no sólo continúe en tiempos de pandemia, sino que se consolide como un referente en la región.

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photo_camera La metodología de Aprendizaje Servicio, aplicada desde hace 17 años en la UC, que busca que los estudiantes pongan en práctica sus conocimientos y desarrollen distintas habilidades apoyando a comunidades locales en la solución de necesidades reales, se ha adaptado con gran éxito a las actuales condiciones sanitarias. (Fotografía: Curso Didáctica del Lenguaje de la Facultad de Educación/A+S)

Los cursos de Aprendizaje Servicio (A+S) en la UC son reconocidos por estudiantes y docentes como una oportunidad de salir de la sala de clases y poner en práctica los conocimientos adquiridos, con socios comunitarios como contraparte, y desafíos concretos de los cuales aprender, en un escenario real.

Frente al escenario sanitario mundial y las dificultades para ir presencialmente a cualquier actividad educativa, la realización de este tipo de cursos se vio notoriamente desafiada. ¿Cómo hacer cursos con socios de comunidades a las que no es posible asistir? ¿Cómo identificar problemáticas concretas de comunidades a las que no se puede visitar?

El año pasado, 146 equipos docentes asumieron ese desafío, con el apoyo y creatividad de socios comunitarios y estudiantes de 31 carreras diferentes. “Los profesores readecuaron sus formas de contactarse con las comunidades, a pesar de algunos problemas como la baja conectividad; incluso los municipios apoyaron con espacios con conexión a internet… entre todos se fueron buscando los acomodos”, afirma Manuel Caire, jefe del Programa Aprendizaje Servicio.

En la práctica y a la distancia

“Lo más importante fue comprometer a todos en el propósito de alcanzar resultados de aprendizaje equivalente a los obtenidos a través de la docencia presencial", explica el subdirector de Diseño Andrés Villela. (Fotografía: Curso de diseño por Zoom, utilizando la app Miro)
“Lo más importante fue comprometer a todos en el propósito de alcanzar resultados de aprendizaje equivalente a los obtenidos a través de la docencia presencial", explica el subdirector de Diseño Andrés Villela. (Fotografía: Curso de diseño por Zoom, utilizando la app Miro)

El segundo semestre de 2020, la docente Rosa María Droguett, del Instituto de Estética, asumió un doble desafío: trabajar por primera vez un curso con la metodología A+S desde la disciplina de la filosofía y la estética, y hacerlo en contexto remoto. Con la Fundación Mucali y el Museo Campesino de Liray como socios comunitarios, la académica invitó a sus estudiantes a desarrollar proyectos artísticos junto a una pequeña comunidad ubicada en Colina, en el contexto de un curso sobre post vanguardias y pensamiento crítico.

Mediante sesiones de clases centradas en la conversación y levantamiento de necesidades de los socios comunitarios, los y las estudiantes desarrollaron proyectos que, desde el Arte Post Vanguardista, y en cruce con las humanidades, ciencias, técnicas y sustentabilidad, se hicieron cargo de necesidades de la comunidad en torno al museo de Liray.

Esto se tradujo en seis trabajos diversos, que incluyen desde un mapa de emprendimientos de la zona, hasta un fanzine -publicación temática- que reflexionó en torno a la crisis hídrica de Liray, entre otros.

“En las presentaciones finales de los estudiantes vimos que a pesar de haber estado viviendo un semestre difícil, con mucho estrés de todo tipo, se sintieron útiles, les hizo sentido la aplicación de sus saberes a un problema concreto”, destacó la docente. Las principales herramientas digitales que usaron para sobrellevar la dificultad de no poder hacer visitas a terreno fueron Canvas -espacio virtual que reúne distitas herramientas de aprendizaje-, aplicaciones de videoconferencia como Zoom y Google meet, y plataformas de redes sociales como Instagram, entre otras.

“Las dificultades se sobrellevaron porque había mucha voluntad y a todos nos hacía sentido lo que estábamos haciendo. Lo que parecía imposible, gracias también a los socios comunitarios, se pudo hacer”, agregó la profesora Droguett.

Esta voluntad de seguir adelante también fue uno de los puntos que permitieron a los docentes Andrés Villela y Samanta Zeppelin, de la Escuela de Diseño, desarrollar un taller de Diseño Estratégico para la Innovación Social con metodología A+S, en contexto remoto: “Lo más importante fue comprometer a todos en el propósito de alcanzar resultados de aprendizaje equivalente a los obtenidos a través de la docencia presencial; no podíamos partir de la idea de que la educación a distancia sería una experiencia de segundo orden”, comentó el profesor Villela.

Durante el primer semestre de 2020 trabajaron en conjunto con Balloon Latam, empresa B que promueve estrategias de emprendimiento rural, en el proyecto "Explora Maule", en tres áreas particulares del emprendimiento rural: Turismo, Artesanía y Gastronomía. “El trabajo tradicional de este proyecto implica una salida a terreno de dos o tres días, que garantiza un tiempo de vinculación efectiva con el territorio y las personas, lo que significó el primer desafío: conectar profundamente con un territorio que muchos no conocían”, relató el académico.

En vez de esto, el equipo docente facilitó un levantamiento con investigación de escritorio, y con testimonios de los socios comunitarios. Para ello hicieron uso de diferentes tecnologías. Canvas sirvió como espacio de centralización de contenidos, enlaces y comunicaciones; Zoom funcionó como un espacio de integración general y para los propios equipos de trabajo, particularmente con el uso de salas para grupos pequeños.

“Las plataformas tradicionales de trabajo compartido, particularmente la suit de Google, fue ampliamente utilizada para el desarrollo de documentos. La incorporación de (la aplicación) Miro, fue clave para potenciar las dinámicas de trabajo en clases, en lienzos compartidos para cada equipo, que nos permitieron facilitar el desarrollo de brainstorming hasta mapas de actores”, comentó Villela.

Aprendizajes digitales

El pasado 20 de abril se desarrolló el primero de varios encuentros virtuales que se realizarán este año en torno al programa de Aprendizaje Servicio (A+S) en contextos universitarios, con la participación del rector de la UC Ignacio Sánchez y la rectora de la Universidad de Aysén, Natacha Pino. (Ver encuentro)

Si bien los rectores coincidieron en que la pandemia ha planteado importantes desafíos para los cursos de A+S, a largo plazo, los elementos de conexión a la distancia que se han incorporado al trabajo universitario pueden constituirse en un aporte.

“En un futuro, lo ideal sería lograr la complementariedad. Nada supera la presencialidad, pero la virtualidad nos permite convocar a muchas personas en diferentes horarios y lugares. Pienso que el A+S del futuro podrá hacer uso de la virtualidad para algunos contenidos, y presencialidad para otros”, expresó el rector Ignacio Sánchez.

En esa misma línea, la rectora Natacha Pino ahondó en el potencial de comunicarse con comunidades y personas que trabajan desde distintos puntos del país: “La virtualidad se ha mostrado como una gran herramienta de conexión. No reemplaza una sala de clase, pero sí nos entrega es esa capacidad de reunión con personas lejanas”. 

Crecimiento de A+S


 

El concepto de Aprendizaje + Servicio nació en Estados Unidos hace ya un par de décadas, revolucionando el “aprender hacer”. La UC fue la primera universidad en aplicarlo en Chile, hace ya 17 años, bajo tres premisas que se conservan hasta hoy: Responder a un objetivo de aprendizaje, a un eje formativo del curso; Trabajar con necesidades reales de la comunidad; y Generar una relación de reciprocidad entre la comunidad y los estudiantes.

“Para ello es necesario que exista una relación de empatía, de ponerse en el lugar del otro, y de escucha activa, que es una actitud que queremos cultivar en nuestros estudiantes”, afirma Manuel Caire.

El jefe del programa aclara que mientras en otros países la experiencia de A+S es voluntaria o es similar a una iniciativa de voluntariado, en la UC forma parte integral de cerca de 200 cursos en 2021, muchos de ellos correspondientes a la malla mínima de las carreras. “Tenemos que ser conscientes que estamos formando personas”, afirma y agrega: “Los estudiantes deben tener la oportunidad de pasar por diferentes experiencias de aprendizaje”.

La experiencia ha sido replicada por distintas universidades, creándose una red de A+S en Chile. Actualmente la UC participa en un programa global de promoción de Aprendizaje + Servicio en la Educación Superior Católica, Uniservitate, liderando el nodo regional de América Latina y El Caribe. (Ver nota UC) Como cuenta Manuel Caire, el equipo de la UC ya ha realizado capacitaciones a universidades de Honduras y México, consolidándose como un referente del tema en la región.

Más información en el sitio de A+S


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