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¿Cómo afectan los incendios a los bosques de araucarias?


El profesor Tomás Ibarra, del Campus Villarrica y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, explica los efectos del fuego en estos bosques milenarios y recalca que se deben sofisticar aún más las técnicas de predicción de incendios, incluyendo su magnitud, frecuencia e intensidad. Además, indica que es importante que las comunidades aledañas a las zonas protegidas de araucarias participen en la prevención y puedan formarse en el manejo de incendios.

Bosque de araucaria en recuperación: se ven pequeñas plantas creciendo entre los árboles quemados.

photo_camera Dos recientes investigaciones, en las cuales participaron varios investigadores de la UC, estudiaron el daño que se produjo en las comunidades de aves y de lagartijas de bosques de araucarias que se quemaron en los últimos años. Estas fueron publicadas en las revistas Nature y Journal Avian Conservation and Ecology. Imagen: Tomás Ibarra.

A los bosques de araucarias les toma cientos de años crecer, por eso cuando son arrasados por incendios producen gran efecto emocional en sus comunidades aledañas y nacionales, además del consabido daño medioambiental. Dos recientes investigaciones, en las cuales participaron varios investigadores de la UC, estudiaron el daño que se produjo en las comunidades de aves y de lagartijas de bosques de araucarias que se quemaron en los últimos años.

Las investigaciones, que fueron publicadas en las revistas Scientific Reports y en Avian Conservation and Ecology, compararon los efectos en cuatro bosques de araucarias de la Araucanía: uno que se quemó hace 16 años; otro que se quemó hace 3 años; otro quemado dos veces; y uno no incendiado. (Ver detalle al pie de la nota).

“Lo que nos muestra nuestra investigación, en particular para las aves y los reptiles, es que existen especies que se ven fuertemente afectadas por los incendios, que, en general, son las especies que tienen requerimientos más específicos de sus hábitats" - Tomás Ibarra, académico UC.

El profesor Tomás Ibarra, del Campus Villarrica  y la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, participó en ambas investigaciones y explica: “Lo que nos muestra nuestra investigación, en particular para las aves y los reptiles, es que existen especies que se ven fuertemente afectadas por los incendios, que, en general, son las especies que tienen requerimientos más específicos de sus hábitats. Por esto mismo son las más vulnerables a los cambios en estos. En cambio, aquellas especies que pueden colonizar otros ambientes con más facilidad, se ven un poco menos afectadas”. 

Chucao posado sobre una rama.
El chucao es una de las especies en peligro debido a la pérdida de su hábitat en bosques de araucarias. Imagen: Thomas Kramer.

Ibarra indica que en las lagartijas en zonas dos veces quemadas, se observa una colonización paulatina de lagartijas que prefieren zonas abiertas, o sea, el suelo desnudo. “Las especies de lagartijas que requieren vivir en los árboles, o tienen hábitos arbóreos, son las que se ven más afectadas por los incendios”, señala. 

Por su parte, las aves tienen la capacidad de movilizarse, entonces, cuando un sitio sufre un incendio, muchas aves son capaces de volar e irse de ese lugar. Aunque lo dramático es que muchos de estos incendios ocurren en el periodo reproductivo, que es cuando las especies están armando sus nidos, -lo mismo para las lagartijas-, y muchas van a perder sus huevos o pollos. El período de reproducción va desde septiembre-octubre hasta marzo, que es justamente la temporada de incendios

“En relación con la recuperación, en los sitios que se han quemado solamente una vez, al estar alcanzando unas dos décadas de recuperación postincendios, la composición de la comunidad de aves es muy similar entre este bosque en proceso de recuperación y los bosques no quemados. Este hallazgo nos abre una ventana de optimismo sobre la regeneración de los bosques y su biodiversidad en zonas que se han quemado una sola vez. Sin embargo, las zonas quemadas dos veces quedan devastadas o muy pobres en biodiversidad. Pero, ¿qué es lo relevante aquí? Que las zonas que se queman, deben mantener los legados de hábitat. Es importante que se dejen los árboles muertos en pie y los árboles en descomposición en el suelo y que no ocurra lo que ocurre hoy, que en áreas no protegidas, Conaf permite la cosecha de hasta un 80% del material aprovechable. Eso tiene implicancias negativas para la recuperación de la flora y fauna del bosque en el tiempo”, dice Ibarra.

Imagen dividida en 4: arriba a la izquierda un bosque frondoso, arriba a la derecha, un bosque en recuperación, abajo a la izquierda, un bosque quemado con plantas que están creciendo, abajo a la derecha, un pastizal casi sin árboles.
La investigación se realizó en cuatro bosques: (a) bosque sin quemar; (b) bosque que se quemó hace 16 años; (c) bosque que se quemó hace 3 años y; (d) bosque quemado dos veces.

"En relación a la recuperación, en los sitios que se han quemado solamente una vez, al estar alcanzando unas dos décadas de recuperación post incendios, la composición de la comunidad de aves es muy similar entre este bosque en proceso de recuperación y los bosques no quemados. Este hallazgo nos abre una ventana de optimismo" - Tomás Ibarra, académico UC.

"Es relevante incluir la participación de las comunidades que viven en zona adyacentes"

Será importante involucrar a las comunidades aledañas en el resguardo y protección de estos bosques, sostiene el investigador de la UC, Tomás Ibarra, sobre todo porque este tipo de siniestros se repetirán no poco en el futuro.

- ¿Esta va a ser la tónica de los próximos años?
-Todo parece aventurar que sí, las predicciones para estas áreas son una mayor aridización, disminución de las precipitaciones, hasta un 15% en algunas áreas, aumento de las temperaturas promedio y esto significa que se van a dar las condiciones para que los incendios aumenten en frecuencia, intensidad y superficie

-¿Qué especies están en verdadero peligro en los bosques de araucarias? 
-Aquellas especies que son más vulnerables a los cambios en su hábitat, que, según nuestra legislación chilena vigente, son las que han sufrido mayor reducción en su población a lo largo de la distribución del bosque templado: la propia araucaria araucana y también otras especies de animales como: el carpintero gigante; algunas rapaces como el aguilucho de cola rojiza y el concón, que es el búho de bosque; el chucao y el hued hued del sur. Estas dos últimas especies, por ejemplo, no vuelan largas distancias, por lo que no tienen una capacidad de dispersión muy alta. En general, estas son algunas de las especies que son más especialistas en el uso de ciertos recursos, más sensibles a los cambios en su hábitat, y son las que se están viendo más afectadas por estos eventos.

Lechuza concón
El concón es otra especie en peligro por la pérdida de sus hábitats en bosques de araucaria. Imagen: Peter Damerell.

-¿Qué se debería hacer para proteger los bosques de Araucarias?
-En general, se tienen que sofisticar aún más las técnicas de predicción de incendios, de la predicción de la magnitud, frecuencia e intensidad. Pero a su vez es muy relevante incluir la participación de las comunidades que viven en zona adyacentes a las áreas protegidas. No solamente pensar en las áreas protegidas como un lugar de fortaleza, porque lo que nos muestra nuestra propia investigación, es que en muchos casos los incendios inician dentro de la zona protegida, porque igual son vulnerables a los incendios tanto de origen antrópico como de origen natural. La gente que visita las áreas protegidas, o vive en zonas aledañas, necesita la educación, participación, involucramiento en el manejo de estos territorios, en temas como la recolección de productos forestales no madereros, turismo, de cualquier otro uso de carácter económico o espiritual que se haga.

El profesor Ibarra da el ejemplo del incendio que afectó a la reserva nacional China Muerta -ubicada en la Región de la Araucanía, comunas de Lonquimay (Provincia de Malleco) y Melipeuco (provincia de Cautín)- durante el año 2015, que afectó una reserva natural de araucarias. Posteriormente a los incendios, las comunidades locales se reunieron y fueron capacitadas por CONAF para poder prevenir, hacer detección temprana y combatir incendios. En el caso puntual de esa reserva, se construyó un mirador para poder observar la zona e identificar con mayor rapidez los focos de incendios. También se construyeron senderos para poder ingresar a los bosques, porque los bomberos no podían entrar para poder apagar el fuego. 

La comunidad aledaña puede dar importante apoyo en el cuidado, prevención y alerta temprana. 

Bosque quemado, con troncos caídos y secos.

Reserva nacional China Muerta -ubicada en la Región de la Araucanía, comunas de Lonquimay (Provincia de Malleco) y Melipeuco (provincia de Cautín). Imagen: Tomás Ibarra.

Más información

  1. Novoa, F. J., T. A. Altamirano, C. Bonacic, K. Martin, and J. T. Ibarra. 2021. Fire regimes shape biodiversity: responses of avian guilds to burned forests in Andean temperate ecosystems of southern Chile. Avian Conservation and Ecology 16(2):22
  2. Altered fire regimes modify lizard communities in globally endangered Araucaria forests of the southern Andes. José Infante, Fernando J. Novoa, José Tomás Ibarra, Don J. Melnick, Kevin L. Griffin & Cristián Bonacic.

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