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¿Qué recomiendan los expertos UC para prevenir incendios forestales este verano?


Ante una nueva temporada de calor y con la omnipresente sequía, los expertos temen que los incendios de este año puedan ser más agresivos. En estas circunstancias se impone la prevención por parte de cada persona que esté en zonas forestales y se recuerda que el 99 % de los incendios se origina por causa humana.

FOGATA

photo_camera La acción humana es la que da inicio a casi la totalidad de los incendios, por eso se deben extremar las medidas de seguridad y evitar hacer cualquier tipo de fuego en el verano.

A pesar de que el pasado invierno llovió un poco más que los años anteriores, los expertos advierten que en la actual temporada de verano, los incendios podrían ser más intensos que años anteriores, especialmente en la zona central de Chile. Esta situación se debe a una suma de factores, entre ellos, el calor y el ambiente seco.

La profesora Fernanda Pérez, de la Facultad de Ciencias Biológicas, explica: “Tal como ha sido la tónica de la última década, el año 2020 fue más caluroso y seco que lo normal y se pronostica que el verano del 2021 también lo será. El año pasado fue especialmente caluroso, con un récord de olas de calor, y aunque tuvimos un invierno lluvioso -o más bien normal-, la primavera fue extraordinariamente seca. Esto ha agravado el efecto que ha tenido la megasequía sobre la vegetación, especialmente en Chile central, y que se refleja en la pérdida de verdor –también llamada “empardecimiento”- de las zonas naturales, que se extiende de mar a cordillera y que es evidente a simple vista”.
 
“Otra razón –agrega la académica- es que el 2019 y 2020 hubo una mortalidad masiva de árboles en Chile Central, sin precedentes, y por ende, hay una acumulación de biomasa seca, que es fácilmente inflamable. Hay muchos árboles muertos o muy deteriorados -especialmente de quillay y peumo- que, aunque se recuperaron un poco con las lluvias de invierno, tienen muchas ramas secas. Esta combinación de vegetación seca y deteriorada con el aumento en el número y extensión de olas de calor, puede ser catastrófica”.

"El 2019 y 2020 hubo una mortalidad masiva de árboles en Chile Central, sin precedentes, y por ende, hay una acumulación de biomasa seca, que es fácilmente inflamable" - Fernanda Pérez, académica de la Facultad de Ciencias Biológicas

Horacio Gilabert, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, detalla: “El tema de la vegetación es especialmente grave en las regiones IV, V, VI y Metropolitana, donde se ha evidenciado un desecamiento muy evidente en el estado de la vegetación natural, con árboles y arbustos con copas muy secas, vástagos completamente secos y en muchos casos árboles muertos y secos, es decir mucho combustible seco”. 

“Las condiciones estructurales del paisaje son objetivamente favorables a incendios más agresivos, más grandes y peligrosos. Puede ser que los efectos de la menor movilidad de veraneantes dadas las restricciones por el COVID-19 disminuyan la ocurrencia (número de eventos), porque probablemente habrá menos personas circulando fuera de los centros urbanos, pero la agresividad potencialmente es alta”, explica Gilabert.

Algunos consejos o medidas preventivas

  1. Detección temprana
    Tomás Ibarra, investigador del Centro de Desarrollo Local UC y de campus Villarrica, hace hincapié en la importancia de dar aviso lo más rápido posible ante un inicio de incendio, para detenerlo a tiempo. “Luego de los desastrosos incendios forestales de años anteriores, especialmente los de 2017, en Chile se han ido generando capacidades para la predicción, prevención y control de incendios. Por ejemplo, se han desarrollado herramientas de detección temprana, helicópteros equipados para la extinción de focos, junto con el desarrollo de sofisticados modelos de simulación de propagación en tiempo real. Estos últimos son claves para la asignación eficiente de recursos destinados a combatir estos eventos. Esta teconología está siendo usada particularmente por CONAF y empresas forestales”.

    El buen uso de estos avances tiene directa relación con que las personas naturales den aviso rápidamente ante focos de incendio.
     
  2. Compromiso de la comunidad
    “La participación de la comunidad es clave en la prevención de los incendios forestales ya que estos eventos generan importantes impactos ambientales, económicos y socioculturales. Entre estas medidas, está el evitar hacer fuego para quema de rastrojos (vegetación que se acumula en los campos, ya que además esto está prohibido por ley durante estos meses), evitar hacer fogatas recreativas o fumar en zonas con vegetación (menos arrojar colillas), extremar los cuidados al utilizar cocinillas o usar velas en ambientes con vegetación. Si es muy necesario hacer un fuego, es crítico conocer fuentes de agua cercanas y estar cerca de ellas, además de informarse cómo se realiza un fuego seguro (solo en lugares permitidos). Si se identifica un foco de incendio, incluso si parece ser pequeño, se debe dar aviso a CONAF (130), BOMBEROS (132), bomberos y/o carabineros”, enfatiza Tomás Ibarra.

    “Este tipo de restricciones aplican para toda la temporada, y especialmente en días con vientos mayores a 30 kilómetro por hora, debido a la alta velocidad con que propagan el fuego. De ser necesario hacer alguna de estas actividades, se deben tomar precauciones extraordinarias para evitar que esta se transforme en un incendio, es decir, elegir cuidadosamente el lugar, la hora y tener elementos de supresión de fuego a mano”, expresa el profesor Gilabert.
     
  3. Crear zona de “cortafuego”
    “Respecto de la prevención, aquellas personas que vivan o estén en contacto cercano con vegetación deben crear ciertos elementos fundamentales en su entorno. Uno de ellos es tener una zona de terreno alrededor de la casa o propiedad completamente despejada de vegetación o bien con pasto verde. Esto actúa como una especie de cortafuego. Se debe poner especial atención a las ramas o árboles muy grandes cerca de las casas o estructuras valiosas”, indica Gilabert.

    El investigador explica que en las zonas de borde entre la propiedad y la vegetación (sea este un pastizal, matorral o bosque, o todos ellos), se debe disminuir la carga de combustible, llevándose el material a otro lugar. No sirve cortarlo y dejarlo ahí mismo. 
     
  4. Identificar vías de evacuación 
    El académico Gilabert recalca que las personas que vivan en zonas de riesgo, deben tener claramente identificada una vía de evacuación o vía de acceso a un cuerpo de agua grande o una zona sin vegetación. Se debe tener una zona de seguridad en caso de incendio. Además, los días de altas temperaturas y vientos fuertes, se debe estar muy estar alerta a señales de incendios.
     
  5. Aprovechar el pastoreo del ganado
    Rafael Larraín, académico de la Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, ha estudiado cómo el ganado puede ayudar a prevenir. “Se deben identificar los sectores más susceptibles a ingreso de fuego a los campos y aprovechar el ganado para reducir la cantidad de pasto seco en pie, que puede ser un elemento importante en la transmisión del fuego. Los sectores más susceptibles tienden a ser los límites sur y sur-oeste de los campos (por la dirección predominante del viento en verano) y aquellos donde existe sectores con bosques o quebradas con árboles que puedan actuar como corredores para el fuego. En esos sectores se recomendaría concentrar los animales para que coman y pisen el pasto”. 

    El investigador explica que, al disminuir la cantidad de material vegetal y/o ponerlo en contacto con el suelo (botado en vez de parado), la velocidad de expansión del fuego se reduce, disminuyendo el riesgo. También, en aquellos casos en que los bosques son más bien abiertos porque los árboles son jóvenes o porque la densidad es menor, se puede utilizar el ganado para comer los pastos y plantas que crecen en la superficie, teniendo el mismo efecto antes señalado.

    “Para concentrar el efecto de los animales en las zonas más susceptibles se pueden usar cercos eléctricos móviles (existen muchas opciones, incluyendo solares o con batería), o pastores o arrieros que mantengan a los animales concentrados en esos sectores, hasta que estén suficientemente limpios”, recalca Larraín.
     
  6. Evitar especies exóticas pirogénicas
    La profesora Fernanda Pérez, señala que es importante remover y evitar plantar especies exóticas altamente pirogénicas, que aumentan la velocidad de propagación de incendios. "Por ejemplo, se ha mostrado que los incendios se propagan más rápidos en monocultivos de pino o eucalipto que en bosques formados por especies nativas, los que mantienen más la humedad del suelo y del ambiente", indica la profesora Pérez. 

"Finalmente, es importante generar mapas de alto riesgo y educar a la población que vive en lugares aledaños a zonas naturales altamente inflamables, para saber cómo reaccionar frente a un incendio y hacia dónde ir", recalca la académica. 

Si ves humo o fuego en zonas de vegetación avisa a: CONAF (130), Bomberos (132).


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