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MAVI UC:

La apuesta de la UC por preservar el patrimonio artístico chileno


Más de mil obras de arte contemporáneo chileno, de artistas de la talla de Roberto Matta, Nemesio Antúnez, Mario Toral, Roser Bru y Claudio Bravo, entre muchos otros, es la colección que pasará a manos de la UC, gracias al acuerdo recientemente alcanzado entre el Museo de Artes Visuales y la Universidad Católica, y que creará la nueva fundación MAVI-UC, generando interesantes oportunidades en el ámbito académico y de compromiso público.

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photo_camera La nueva Fundación MAVI-UC es fruto de la alianza entre el Museo de Artes Visuales y la Universidad Católica, dándole sustentabilidad y continuidad al proyecto, así como también conservación del patrimonio e innovación. (Fotografía: Gentileza MAVI)

A fines de julio de 2020, María Irene Alcalde, directora ejecutiva del Museo de Artes Visuales (MAVI), recibió un correo inesperado. Su remitente era el propio rector Ignacio Sánchez. “Me dejó sorprendida que me escribiera directamente y se lo comenté al directorio. Empezamos tímidamente a explorar, pero la alianza se concretó muy rápido”, cuenta.

Una noticia que llega justo cuando este reconocido museo, situado en el corazón del Barrio Lastarria en el centro de Santiago, está a punto de cumplir 20 años de vida, el próximo 11 de abril. Y que se suma a las recientes donaciones artísticas que ha recibido la universidad -como la obra de arte religioso de Claudio Di Girólamo, el archivo fotográfico de Luis Poirot, y las colecciones de René Combeau y Jorge Brantmayer-, además de la adquisición de la radio Beethoven hace poco más de un año.

Como explica el rector Ignacio Sánchez, el directorio de MAVI quiso involucrar a la universidad para darle una sustentabilidad al proyecto, para darle permanencia. “Han tenido la generosidad y también la confianza de emprender un trabajo conjunto con la Universidad Católica, para poder potenciarlo, para darle cada vez mayor calidad, mayor pertinencia, y desde la universidad, entregar el acervo cultural que tenemos”, afirma el rector.

Los orígenes del MAVI

La colección que dio vida al Museo de Artes Visuales nació muchísimo antes del propio museo. Sus orígenes se remontan al interés por el arte de dos empresarios y filántropos: Manuel Santa Cruz y Hugo Yaconi.

Ambos se conocieron en su infancia en Curicó y se fueron juntos a estudiar a Santiago, donde Manuel estudiaría Ingeniería Comercial en la UC. Luego se convirtieron en cuñados. Y también, ambos fueron los creadores del Drugstore, la galería comercial ícono de los 80´s en Providencia, la que se ha mantenido vigente en la era de los malls. También estuvieron a la cabeza de empresas como Lipigas y ABCDIN.

Pero también compartieron una pasión: el arte. Ambos comenzaron a coleccionar sus primeras obras en los años 60´s. En los 80’s y 90’s, la Plaza Mulato Gil de Castro -lugar destinado a convertirse en un edificio de estacionamientos- se transformó en un verdadero epicentro del arte nacional, un espacio de creación, diálogo y aprendizaje, que reunió a los grandes artistas chilenos de la época.

Las obras coleccionadas por ambos empresarios alcanzaron tal volumen, que necesitaron un edificio para albergarla. Con el deseo de abrirla al público, en 2001 nació el MAVI -diseñado por el destacado arquitecto Cristián Undurraga-, junto con la Fundación Plaza Mulato Gil de Castro, con el fin de crear un soporte para las instituciones culturales que se estaban desarrollando en el Barrio Lastarria. Ese mismo año ambos empresarios crearon el “Valle de los artistas”, una comunidad creativa en Lolol, región de O´Higgins. En 2007 ambos se retiraron de la vida pública. Hugo Yaconi falleció diez años más tarde, a los noventa años de edad.

El sello del museo es la pintura chilena. El MAVI posee la colección más grande de Roberto Matta existente en Chile. Manuel Santa Cruz pasó de ser su admirador -cautivado por su trabajo surrealista- a su amigo; lo conoció en París y mantuvo la amistad hasta la muerte del pintor en 2002. Justo un año antes, el artista pintó el gran mural que se encuentra a la entrada del museo.

El MAVI también cuenta con obras de otros destacados artistas nacionales, como Nemesio Antúnez -fundador de la Escuela de Arte UC-, Mario Carreño y Mario Toral. En general la colección del museo contiene obras creadas en la segunda mitad del siglo XX y que sigue completándose con obras actuales, que abarcan pintura, escultura, gráfica y otras disciplinas, así como artistas de variadas edades y trayectorias. También se incluyen obras de artistas más jóvenes, ganadores del Premio MAVI Arte Joven, fundado el año 2006. En total son más de 1300 obras de 320 autores.
 

El sello del museo es la pintura chilena. El MAVI posee la colección más grande de Roberto Matta existente en Chile, así como también obras de destacados artistas chilenos, como Samy Benmayor y Jorge Brantmayer, cuyas exposiciones se muestran en la imagen. (Fotografía: Gentileza MAVI)
El MAVI posee la colección más grande de Roberto Matta existente en Chile, así como también obras de destacados artistas chilenos, como Samy Benmayor y Jorge Brantmayer, cuyas exposiciones se muestran en la imagen. (Fotografía: Gentileza MAVI)

La nueva fundación

La alianza entre ambas instituciones consiste en la donación de la colección completa, el terreno del museo y el edificio. Así también, como afirma María Irene Alcalde, “de lo que significa el museo, que empezó como un lugar para albergar la colección, pero a estas alturas el MAVI ha trascendido bastante a la colección, tiene un prestigio y un espacio ganado dentro de la cultura nacional y entre los artistas. Llena ese espacio para exhibir arte contemporáneo sin fines de lucro”.

A lo anterior se suman programas con la comunidad, con un área educativa dirigida tanto a escolares como a adultos mayores y personas con algún tipo de discapacidad, incluso visual. “Ha sido un trabajo de hormiga, con pequeños grupos, pasantías y pequeños auspiciadores, y algunos fondos públicos los últimos dos años”, comenta la directora del MAVI.

La actual Fundación Plaza Mulato Gil de Castro, pasará a convertirse en la nueva Fundación MAVI UC, que estará compuesta por miembros de las familias Santa Cruz y Yaconi, el arquitecto Cristián Undurraga, y representantes de la universidad. Esta nueva fundación estará a cargo del museo, así como del café del MAVI, el restaurant Mulato y la propia plaza Mulato Gil.

Queremos dar continuidad y también innovar; la universidad va a aportar desde sus propios ámbitos, del arte y la cultura, pero tenemos que ser muy respetuoso de las tradiciones del propio proyecto. La idea de los fundadores tiene más de 40 años de vida desde que se instalaron en la Plaza Mulato Gil y nosotros queremos aprovechar todo ese acervo cultural”, expresa el rector Sánchez.

Por otra parte, el MAVI cuenta con la sala Mueso Arqueológico de Santiago, MAS. Originalmente instalado en la Plaza Mulato Gil de Castro para exponer más de 3 mil piezas de cerámica, tejido, y objetos de metal, hueso y madera, entre otras, constituye una de las colecciones de arqueología chilena más importantes hasta la actualidad. En 2011, la Fundación traspasó esta colección al Museo de Arte Precolombino, pero mantiene una muestra permanente desde 2015 sobre la cultura mapuche, además de contar con un acuerdo que permite recibir piezas en “préstamo” para renovar la sala.

Esto abre interesantes oportunidades de vinculación, especialmente en los ámbitos de la investigación y docencia, con el programa de Antropología y la carrera de Arqueología de la universidad, y el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), así como con los territorios en concesión con que cuenta la universidad en el norte del país.

“Creo que en las universidades tenemos que tomar muy en serio el hecho de cuidar el patrimonio para las nuevas generaciones. El MAVI tiene colecciones desde los años 60 y la única manera que las nuevas generaciones las puedan conocer, y conocer cuál es la influencia de un Nemesio Antúnez, de una Roser Bru, de Claudio Bravo, Roberto Matta, y de tantos otros artistas, en la cultura, es cuidando y preservando”, afirma el rector Sánchez.

El museo tiene preparada su programación hasta el 2023 y ha apostado por tener menos exposiciones pero por más tiempo, además de muestras semi presenciales y contenido digital -promovido por la pandemia-. A futuro, buscan contar con una colección permanente, renovar la muestra arqueológica y profundizar la investigación de sus obras -lo que incluye su catalogación completa, y la caracterización tanto del artista como de la obra-. Y se encuentran muy atentos a las oportunidades que abrirá la nueva etapa del museo de la mano de la UC.  Como reconoce María Irene Alcalde: “Estamos muy expectantes”.

"Creo que en las universidades tenemos que tomar muy en serio el hecho de cuidar el patrimonio para las nuevas generaciones" - Ignacio Sánchez, rector de la UC.

 


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